San Miguel Arcángel pesando las almas en el Juicio Final

viernes, 27 de diciembre de 2013

Experiencias del Infierno (III)



Las siguientes son experiencias del Infierno vividas por un alma en oración, en nuestros días, transcriptas literalmente.
No despreciemos los llamados de atención que nos hace el Cielo, porque son para nuestro bien. Recordemos lo que nos dice la Sagrada Escritura: "Medita en las postrimerías y no pecarás jamás" (Ecl 7, 40).


(Continuación)

Experiencia g.

 "Estaba en casa de papá. Conversábamos. Quedé en mí sin mí. Estuve en lo que considero es: el Infierno. La profundidad del abismo. El silencio más silenciado. Veo la roca grande, como la vez anterior y otras rocas que están superpuestas en distintos niveles; veo el fuego azulino, que nos consume sin consumirnos, y una luz que viene de arriba, iluminando desde la roca grande. Todo es oscuro, excepto por este rayo de luz. Hay una especie de niebla o humo oscuro o algo así.
Incluso me veo o estoy, con el mismo vestido que llevo en esos instantes.
No puedo precisar si estoy apoyada en algo o si sólo (estoy) suspendida. Luego regresé en mí como si nada hubiese pasado.
¡Jesús, José y María, tened Misericordia de todos nosotros, pecadores!". 

Experiencia h.



"Noche del jueves 4 al viernes 5, en el Oratorio de Yerba Buena. Cumplía con mi turno de adoración. Ya estando en Santo Domingo me sentía muy mal. Luego me compuse. En el Oratorio de Yerba Buena, considero me dormité, estando en la oración. Quedé en mí sin mí.
En ese estado digo: "¿Dónde estoy?". Considero es como una cueva. El fuego, que fuego no es, es el mismo al de anteriores experiencias. El mismo color. Todo igual. En ese estado, veo frente a mí un hueco cuya entrada es redonda. Adentro se ve oscuro. Parece (o sé), es profundo. Luego, no sé qué pasó.
Al volver en mí luego de esta experiencia, fue como si hubiera dormido mucho, mucho. No puedo medir el tiempo en esos estados".

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