San Miguel Arcángel pesando las almas en el Juicio Final

martes, 26 de noviembre de 2013

Culto al ídolo demoníaco "Santa Muerte" entre narcotraficantes provoca aumento de casos de posesión diabólica en México


Liliana tiene 23 años, estudia psicología en la universidad y lleva una vida más o menos común y corriente. Excepto que -según un sacerdote que le es cercano- tiene cuatro demonios que atormentan su alma. Esto porque, cuando va a una iglesia, Liliana a veces termina pareciéndose al personaje de Linda Blair en la emblemática película El Exorcista.

Gruñe, se sacude, habla en idiomas diferentes al castellano, grita o insulta al sacerdote. Una forma de actuar que, como pudo presenciar BBC Mundo, inquieta y genera escalofríos. Pero a la vez genera cierto escepticismo frente a lo que la Iglesia católica históricamente ha llamado posesión.


Esta es una realidad hoy en día en México: la demanda de exorcismos se ha disparado de tal manera que para muchos dentro de la Iglesia católica, el país está bajo ataque de Satanás, el demonio, El Maligno o simplemente el diablo.

Y esto, dicen, se evidencia principalmente en los más de 70 mil muertos que ha dejado la violencia relacionada al narcotráfico, desde que en 2006 el entonces presidente Felipe Calderón le declaró la guerra al crimen organizado y envió a efectivos militares a las regiones más conflictivas.

Pero no se trata únicamente de una asombrosa cifra de muertos más propias de un conflicto bélico. Para los clérigos, el demonio se expresa en lo cruda y sádica que ha sido la violencia.

HISTORIAS ESCALOFRIANTES

Un sacerdote me contó el caso de una mujer en Michoacán que solía hablar en voz alta de los narcos que había en su zona. La mujer vendía Pozole, una especie de sopa hecha a base de un tipo de maíz, a la que se le agregan pollo o cerdo como ingrediente secundario.

Un día unos hombres le encargaron un Pozole para una fiesta y le dijeron que ellos llevaban la carne para el platillo. Cuando le dieron la bolsa, ésta contenía al hijo de la mujer cortado en pedazos y un mensaje de que cerrase la boca.

Historias como esta abundan en México. Y han abundado en los últimos ocho años.

La Iglesia católica dice que tiene una explicación para lo que ha estado sucediendo.

"Detrás de todos estos enorme males hay un agente oscuro y su nombre es el demonio. Así como Adolfo Hitler era la encarnación del diablo, poseyéndolo y dirigiendo sus acciones, también creemos que el diablo está detrás de los carteles del narcotráfico", dice el padre Carlos Triana, quien dice contar con el aval del Arzobispado de México para impulsar más entrenamiento en exorcismo para los sacerdotes del país.

"El Señor quiere que establezcamos aquí un ministerio de exorcismo y liberaciones para justamente luchar contra el demonio", insiste Triana.

BBC Mundo intentó hablar del tema con el Arzobispado de México, pero no recibió respuesta. Aunque el Arzobispo ha inaugurado los más recientes congresos internacionales de exorcismo que se han celebrado cada año en México por casi 10 años.

SIN PRECEDENTES

Todos los exorcistas consultados para esta nota coinciden en que la abultada demanda que hay por sus servicios hoy en día no tiene precedentes.

Algunos ni siquiera están aceptando nuevos casos de personas que afirman estar poseídas o bajo la influencia del demonio, ya que prácticamente todos los días están exorcizando a alguien.

"Esto no lo veía yo antes", me cuenta el padre Francisco Bautista en una iglesia en el sur de Ciudad de México.

Bautista oficia una misa de los enfermos cada martes, a la que asisten no sólo personas con problemas físicos, sino también espirituales. Casos como el de Liliana, la joven que vimos retorcerse como posesa.

Muchos de los casos que atiende actualmente necesitan de la llamadas oraciones de liberación, una forma menor de exorcismo para personas que aún tienen cierto control de su cuerpo y alma.

"La posesión completa es algo que requiere de un exorcismo mayor, pero son caso más raros y que necesitan ser llevados ante un obispo", aclara.

El Vaticano exige a a sus exorcistas que antes de ejecutar una oración de liberación o un exorcismo confirmen si la persona sufre de algún tipo de enfermedad mental.

No obstante, la comunidad médica suele ver con descreimiento las llamadas posesiones.

"Hay dos escenarios que explican lo que es una posesión: el primero es la epilepsia, que hace que las personas tengan convulsiones y vomiten; y el segundo es la esquizofrenia, que tiene una explicación neuorológica y bioquímica, que hace que las personas tengan visiones, o vean imágenes que no existen, lo que las hace pensar que han visto al diablo", explica el psiquiatra Ismael Vásquez, quien ha atendido casos de personas que creen estar posesas.

"Para algunas personas que sufren de esto es más simple pensar en una posesión que en la explicación médica, pero el exorcismo no es necesariamente algo que les haga daño, más bien puede ayudar a calmar, darles contención; pero debe estar acompañado de medicación y supervisión médica", matiza el especialista en esquizofrenia.

PUERTA A LA MUERTE

Como muchos otros clérigos, el padre Francisco Bautista apunta al culto a la Santa Muerte como la razón detrás de lo que describe como la creciente presencia del demonio.

Se estima que la Santa Muerte, una calavera, vestida de novia o vestido largo, tiene unos ocho millones de seguidores, que le hacen peticiones de todo tipo. Por efectos de la migración de mexicanos, investigadores afirman que incluso ya tiene presencia en Centroamérica, Estados Unidos y Canadá.

Y en los últimos años lo que había sido un culto popular ha sido ampliamente adoptado por los sicarios de los carteles de la droga.

"Los narcotraficantes le piden favores y ayuda para evitar el arresto, a cambio ellos ofrecen sacrificios humanos. Esto ha incrementado la violencia en el país", asegura Bautista.

El sacerdote también dice que la legalización del aborto en 2007 en Ciudad de México contribuyó a que espíritus malignos se propagaran por el país.

"Ambas cosas están estrechamente relacionadas. Hay una infestación de demonios hoy en día en México, porque le hemos abierto la puerta a la muerte", asevera.

DEL SATANISMO AL NARCO

Cuando se inició el despliegue de tropas en las zonas controladas por el narco, en 2006, en muchos operativos se encontraron capillas y templos del crimen organizado dedicados a la Santa Muerte.

Este vínculo entre miembros del culto y los carteles de la droga luego fue documentado por la Procuraduría General de la República.

"Cuando el gobierno empezó a ver esto nos pidió como Iglesia ayudar en esta campaña para derrotar a los grupos criminales: ellos militarmente y nosotros a la Santa Muerte", le dice a BBC Mundo el padre Ernesto Caro.

Caro vive en Monterrey, una rica ciudad industrial cerca de la frontera con Estados Unidos y que ha sido escenario de parte de la peor violencia del narcotráfico. También se encuentra al lado del estado de Tamaulipas, considerado por muchos un lugar completamente bajo control del narco.

Este sacerdote y veterano exorcista es uno de los que con exorcismos y liberaciones está haciéndole frente al crimen organizado. Hay un caso reciente, que atendió en prisión, de un miembro de los carteles de la droga que era seguidor de Santa Muerte.

Ante el acercamiento del padre, el hombre empezó a manifestar todo tipo de expresiones de odio y rechazo, por lo que se procedió a hacerle un exorcismo, en el que confesó -según el padre- hechos difíciles de olvidar.

"Él estaba encargado de cortar en pedazos a las víctimas. Lo hacía mientras aún estaban vivas. Y decía que disfrutaba, verlos llorar. Ellos le decían '¡No lo hagas, no lo hagas!' y él simplemente se reía y 'chop, chop' (hace gesto de alguien cortando algo en el aire). A otros los quemaba. También vivos".

El padre Caro asegura que este hombre estaba poseso luego de haber sido consagrado a la Santa Muerte.

"El culto es el primer paso hacia el satanismo y de ahí al narco. Por eso fue escogido para hacer ese trabajo", explica.

¿PREJUICIO?

La Santa Muerte, sin embargo, no sólo es seguida por criminales, también por políticos, policías y hasta artistas de renombre, afirma el periodista José Gil Olmos, quien ya ha escrito dos libros sobre el culto.

"Pero la mayor presencia se observa en los estratos más pobres de la sociedad mexicana", le cuenta a BBC Mundo.

Según el escritor hay más indicios de que el culto comenzó en el siglo XVIII, y no en tiempos de los aztecas, como se suele repetir en México.

"Pero sus números crecieron en particular después de la crisis económica de los años 90, tras el llamado 'Efecto Tequila', cuando muchas personas de clase media terminaron en la miseria. Y en busca de esperanza terminaron en cultos como este", explica Gil Olmos.

En Ciudad de México se halla uno de los principales lugares de peregrinación de la Santa Muerte en México.

Está en el medio del barrio de Tepito, un lugar famoso por dos cosas: por ser cuna de famosos boxeadores e importante centro de distribución del narcotráfico.

Y ahora cada vez más, cada fin de mes, es conocido por los cientos de personas que acuden a darle gracias a la imagen de la Santa Muerte.

El santuario es mantenido por Enriqueta Romero, quien hace una década decidió hacer pública su adoración por la calavera y la puso en su ventana.

Sus vecinos primero se espantaron, luego se hicieron seguidores. Y a medida que se corrió la voz aumentó el número de personas que venían a visitarla.

Hoy en día su ventana es una estructura armada para recibir visitas a lo largo de un pasillo que permite llegar hasta la Santa y tocar el vidrio que la protege.

"Ella (la Santa Muerte) nos ama y nos cuida. La gente viene a verla para pedirle por un hijo en prisión o alguien con sida; o incluso para pedirle algo de comer", le dice Romero a BBC Mundo.

La ceremonia más importante del año es el 31 de octubre. La calavera es vestida de novia y viene gente de todo el país. Todos con figuras de la Santa Muerte, algunos llegan caminando sobre las rodillas, muchos con sendos tatuajes de "la flaca", "la niña", "la santita", como la llaman.

Es impresionante. Una mujer, en particular, se me quedó grabada. Estaba embarazada, parecía cerca a dar a luz. Venía, me dijo, a pedirle a la Muerte por la vida de su hijo que estaba por nacer.

En el lugar hay niños jugando, jóvenes inhalando pegamento o disolventes en tela, señoras vendiendo tacos y familias que vienen a pasar el día. También hay uno que otro personaje, que lo menos inspira temor: lentes oscuros, pelo corto, muchos tatuajes de lágrima cerca de los ojos, mirada escurridiza pero feroz.

La Iglesia llama "satánicas" a las personas que siguen este culto y las ven como candidatas a un exorcismo, pero, irónicamente, muchos de los que siguen a la Santa Muerte también se dicen católicos.

"Yo también creo en Dios, la Virgen y todos los santos; pero soy más devoto a la Muerte porque ella es la que más me ha ayudado", me dice José Roberto Jaimes, quien llegó caminando de rodillas a agradecerle a la calavera que acababa de salir vivo de tres años de prisión.

Las respuestas que obtengo de otras personas son similares.

"Antes me importaba lo que pensaba la Iglesia católica, pero ellos acabaron con nuestra fe con lo que hicieron los sacerdotes con las violaciones de niños. ¿Qué nos pueden criticar? ¿Que adoramos a la muerte? Eso no es malo, malo es lo que hicieron ellos", afirma Romero.

¿Y no le preocupa a Romero la vinculación entre la Santa Muerte y el narco?

"Estamos en un país libre, cada quien hace lo que quiera. Todos le tenemos que responder en algún momento a Dios".

MUERTE, NARCO, EXORCISMO

La relación entre la Santa Muerte y los carteles de la droga empezó hace unos ocho años, afirma el periodista Gil Olmos, quien además cubre temas de crimen organizado para la revista Proceso.

"Tiene mucha presencia de los jefes para abajo. Estas personas buscan a la Santa Muerte por que creen que ni Jesús ni la Virgen María los puede ayudar con lo que necesitan: protección de los soldados, la policía y sus enemigos", señala.

Ahora, en medio de la peor ola de violencia criminal que se haya registrado en la historia moderna de México, la Iglesia apela a exorcismos y liberaciones.

Los propios clérigos saben que achacarle al diablo la culpa de la narcoviolencia es algo difícil de digerir, porque hasta dentro de la Iglesia hay quienes sencillamente no creen en los exorcismos.

"No podemos salir en TV a decir 'miren, México se salvará si hacemos más exorcismo, porque el diablo está detrás de todo esto'", relata el padre Triana.

"Por eso hacemos nuestro trabajo de manera discreta. Sabemos que podemos ser ridiculizados hasta por nuestras propias congregaciones".

Miembros de una de las instituciones más importantes en México creen que a través del exorcismo se puede lograr la pacificación del país. ¿Es posible?

Una respuesta, parcial, a esta interrogante la encontré en Gil Olmos.

"Si necesitamos exorcismo no deberían ser efectuados en una sola persona; sea jefe del narco o un criminal. Lo que necesitamos, metafóricamente hablando, es un exorcismo masivo social que revise cómo estos demonios nos han poseído a tantos de nosotros, cómo se creó esta violencia. Ese demonio es el símbolo del dinero".

Vladimir Hernández
Enviado especial de BBC a México.
(extraído de: http://www.lanacion.com.ar/1642177-el-exorcismo-el-nuevo-recurso-para-combatir-la-narcoviolencia-en-mexico)

sábado, 23 de noviembre de 2013

Catequesis de Juan Pablo II sobre los ángeles y los demonios


Una de las fuentes de la doctrina de la Iglesia es el magistrio papal y parte de la doctrina católica está relacionada con los ángeles, con la caída de algunos de ellos que se volvieron en demonios y con satanás. Entre diciembre de 1984 y diciembre de 1986, el papa Juan Pablo II realizó una catequesis sobre ángeles, demonios y satanás. Son seis catequesis que resultan importantes para exponer la doctrina oficial de la iglesia sobre ángeles, demonios y satanás.

Las catequesis fueron: La existencia de los Ángeles; La caída de los Ángeles malos; La misión de los Ángeles; La naturaleza de los Ángeles; El pecado y la acción de satanás; La acción de Satanás y la victoria de Cristo.
LA EXISTENCIA DE LOS ÁNGELES REVELADA POR DIOS (9.VII.86)
1. Nuestras catequesis sobre Dios, Creador del mundo, no podían concluirse sin dedicar una atención adecuada a un contenido concreto de la revelación divina: la creación de los seres puramente espirituales, que la Sagrada Escritura llama ‘ángeles’. Tal creación aparece claramente en los Símbolos de la Fe, especialmente en el Símbolo niceno-constantinopolitano: Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas (esto es, entes o seres) ‘visibles e invisibles’. Sabemos que el hombre goza, dentro de la creación, de una posición singular: gracias a su cuerpo pertenece al mundo visible, mientras que, por el alma espiritual, que vivifica el cuerpo, se halla casi en el confín entre la creación visible y la invisible. A esta última, según el Credo que la Iglesia profesa a la luz de la Revelación, pertenecen otros seres, puramente espirituales, por consiguiente no propios del mundo visible, aunque están presentes y actuantes en él. Ellos constituyen un mundo específico.
2. Hoy, igual que en tiempos pasados, se discute con mayor o menor sabiduría acerca de estos seres espirituales. Es preciso reconocer que, a veces, la confusión es grande, con el consiguiente riesgo de hacer pasar como fe de la Iglesia respecto a los ángeles cosas que no pertenecen a la fe o, viceversa, de dejar de lado algún aspecto importante de la verdad revelada.La existencia de los seres espirituales que la Sagrada Escritura, habitualmente, llama ‘ángeles’, era negada ya en tiempos de Cristo por los saduceos (Cfr. Hech 23, 8). La niegan también los materialistas y racionalistas de todos los tiempos. Y sin embargo, como agudamente observa un teólogo moderno, ‘si quisiéramos desembarazarnos de los ángeles, se debería revisar radicalmente la misma Sagrada Escritura y con ella toda la historia de la salvación’ (.). Toda la Tradición es unánime sobre esta cuestión. El Credo de la Iglesia, en el fondo, es un eco de cuanto Pablo escribe a los Colosenses: ‘Porque en El (Cristo) fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por El y para El’ (Col 1, 16). O sea, Cristo que, como Hijo-Verbo eterno y consubstancial al Padre, es ‘primogénito de toda criatura’ (Col 1, 15), está en el centro del universo como razón y quicio de toda la creación, como ya hemos visto en las catequesis precedentes y como todavía veremos cuando hablemos más directamente de El.
3. La referencia al primado de Cristo nos ayuda a comprender que la verdad acerca de la existencia y acción de los ángeles (buenos y malos) no constituyen el contenido central de la Palabra de Dios.En la Revelación, Dios habla en primer lugar ‘a los hombres. y pasa con ellos el tiempo para invitarlos y admitirlos a la comunión con El’, según leemos en la Cons. ‘Dei Verbum’ del Conc. Vaticano II (n.2). De este modo ‘las profunda verdad, tanto de Dios como de la salvación de los hombres’, es el contenido central de la Revelación que ‘resplandece ‘ más plenamente en la persona de Cristo (Cfr. Dei Verbum 2).La verdad sobre los ángeles es, en cierto sentido, ‘colateral’, y, no obstante, inseparable de la Revelación central que es la existencia, la majestad y la gloria del Creador que brillan en toda la creación (‘visible’ e ‘invisible’) y en la acción salvífica de Dios en la historia del hombre. Los ángeles no son, criaturas de primer plano en la realidad de la Revelación, y, sin embargo, pertenecen a ella plenamente, tanto que en algunos momentos les vemos cumplir misiones fundamentales en nombre del mismo Dios.
4. Todo esto que pertenece a la creación entra, según la Revelación, en el misterio de la Providencia Divina. Lo afirma de modo ejemplarmente conciso el Vaticano I, que hemos citado ya muchas veces: ‘Todo lo creado Dios lo conserva y lo dirige con su Providencia extendiéndose de un confín al otro con fuerza y gobernando con bondad todas las cosas. “Todas las cosas están desnudas y manifiestas a sus ojos”, hasta aquello que tendrá lugar por libre iniciativa de las criaturas’. La Providencia abraza, por tanto, también el mundo de los espíritus puros, que aun más plenamente que los hombres son seres racionales y libres. En la Sagrada Escritura encontramos preciosas indicaciones que les conciernen.Hay la revelación de un drama misterioso, pero real, que afectó a estas criaturas angélicas, sin que nada escapase a la eterna Sabiduría, la cual con fuerza (fortiter) y al mismo tiempo con bondad (suaviter) todo lo lleva al cumplimiento en el reino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
5. Reconozcamos ante todo que la Providencia, como amorosa Sabiduría de Dios, se ha manifestado precisamente al crear seres puramente espirituales, por los cuales se expresa mejor la semejanza de Dios en ellos, que supera en mucho todo lo que ha sido creado en el mundo visible junto con el hombre, también él, imborrable imagen de Dios. Dios, que es Espíritu absolutamente perfecto, se refleja sobre todo en los seres espirituales que, por naturaleza, esto es, a causa de su espiritualidad, están mucho más cerca de El que las criaturas materiales y que constituyen casi el ‘ambiente’ más cercano al Creador.La Sagrada Escritura ofrece un testimonio bastante explícito de esta máxima cercanía a Dios de los ángeles, de los cuales habla, con lenguaje figurado, como del ‘trono’ de Dios, de sus ‘ejércitos’, de su ‘cielo’. Ella ha inspirado la poesía y el arte de los siglos cristianos que nos presentan a los ángeles como la ‘corte de Dios’.
LA CAÍDA DE LOS ÁNGELES MALOS (23.VII.86)
1. Proseguimos hoy nuestra catequesis sobre los ángeles, cuya existencia, querida por un acto del amor eterno de Dios, profesamos (.).En la perfección de su naturaleza espiritual, los ángeles están llamados desde el principio, en razón de su inteligencia, a conocer la verdad y a amar el bien que conocen en la verdad de modo mucho más pleno y perfecto que cuanto es posible al hombre. Este amor es el acto de una voluntad libre, por lo cual también para los ángeles la libertad significa posibilidad de hacer una elección en favor o en contra del Bien que ellos conocen, esto es, Dios mismo.Hay que repetir aquí lo que ya hemos recordado a su debido tiempo a propósito del hombre: creando a los seres libres, Dios quiere que en el mundo se realice aquel amor verdadero que sólo es posible sobre la base de la libertad. El quiso, pues, que la criatura, constituida a imagen y semejanza de su Creador, pudiera de la forma más plena posible, volverse semejante a El: Dios, que ‘es amor’. Creando a los espíritus puros, como seres libres, Dios, en su Providencia, no podía no prever también la posibilidad del pecado de los ángeles. Pero precisamente porque la Providencia es eterna sabiduría que ama, Dios supo sacar de la historia de este pecado, incomparablemente más radical, en cuanto pecado de un espíritu puro, el definitivo bien de todo el cosmos creado
2. De hecho, como dice claramente la Revelación, el mundo de los espíritus puros aparece dividido en buenos y malos. Pues bien, esta división no se obró por la creación de Dios, sino en base a la propia libertad de la naturaleza espiritual de cada uno de ellos. Se realizó mediante la elección que para los seres puramente espirituales posee un carácter incomparablemente más radical que la del hombre y es irreversible, dado el grado de intuición y de penetración del bien, del que está dotada su inteligencia.A este respecto se debe decir también que los espíritus puros han sido sometidos a una prueba de Carácter moral. Fue una opción decisiva, concerniente ante todo a Dios mismo, un Dios conocido de modo más esencial y directo que lo que es posible al hombre, un Dios que había hecho a estos seres espirituales el don, antes que al hombre, de participar en su naturaleza divina.
3. En el caso de los espíritus puros la elección decisiva concernía ante todo a Dios mismo, primero y sumo Bien, aceptado y rechazado de un modo más esencial y directo del que pueda acontecer en el radio de acción de la libre voluntad del hombre. Los espíritus puros tienen un conocimiento de Dios incomparablemente más perfecto que el hombre, porque con el poder de su inteligencia, no condicionada ni limitada por la mediación del conocimiento sensible, ven hasta el fondo la grandeza del Ser infinito, de la primera Verdad, del sumo Bien. A esta sublime capacidad de conocimiento de los espíritus puros Dios ofreció el misterio de su divinidad haciéndoles participes, mediante la gracia, de su infinita gloria.Precisamente en su condición de seres de naturaliza espiritual, había en su inteligencia la capacidad, el deseo de esta elevación sobrenatural a la que Dios les había llamado, para hacer de ellos, mucho antes que del hombre, ‘partícipes de la naturaleza divina’, partícipes de la vida íntima de Aquel que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, de Aquel que, en la comunión de las tres Divinas Personas, ‘es Amor’.Dios había admitido a todos los espíritus puros, antes y en mayor grado que al hombre, a la eterna comunión de Amor
.4. La opción realizada sobre la base de la verdad de Dios, conocida deforma superior dada la lucidez de sus inteligencias, ha dividido también el mundo de los espíritus puros en buenos y malos.Los buenos han elegido a Dios como Bien supremo y definitivo, conocido a la luz de la inteligencia iluminada por la Revelación. Haber escogido a Dios significa que se han vuelto a El con toda la fuerza interior de su libertad, fuerza que es amor. Dios se ha convertido en el objetivo total y definitivo de su existencia espiritual.Los otros, en cambio, han vuelto la espalda a Dios contra la verdad del conocimiento que señalaba en Él el Bien total y definitivo. Han hecho una elección contra la revelación del misterio de Dios, contra su gracia, que los hacía partícipes de la Trinidad y de la eterna amistad con Dios, en la comunión con El mediante el amor. Basándose en su libertad creada, han realizado una opción radical e irreversible, al igual que la de los ángeles buenos, pero diametralmente opuesta: en lugar de una aceptación de Dios, plena de amor, le han opuesto un rechazo inspirado por un falso sentido de autosuficiencia, de aversión y hasta de odio, que se ha convertido en rebelión.
5. Cómo comprender esta oposición y rebelión a Dios en seres dotados de una inteligencia tan viva y enriquecidos con tanta luz? ¿Cuál puede ser el motivo de esta radical e irreversible opción contra Dios, de un odio tan profundo que puede aparecer como fruto de la locura?.Los Padres de la Iglesia y los teólogos no dudan en hablar de ‘ceguera’, producida por la supervaloración de la perfección del propio ser, impulsada hasta el punto develar la supremacía de Dios que exigía, en cambio, un acto de dócil y obediente sumisión. Todo esto parece expresado de modo conciso en las palabras ‘”No te servir !2, 20), que manifiestan el radical e irreversible rechazo de tomar parte en la edificación del reino de Dios en el mundo creado. ‘Satanás’, el espíritu rebelde, quiere su propio reino, no el de Dios, y se yergue como el primer ‘adversario’ del Creador, como opositor de la providencia, como antagonista de la amorosa sabiduría de Dios.De la rebelión y del pecado de Satanás, como también del pecado del hombre, debemos concluir acogiendo la sabia experiencia de la Escritura, que afirma: ‘En el orgullo está la perdición’ (Tob 4, 14).
LA MISIÓN DE LOS ÁNGELES (30.VII.86)
1. Según la Sagrada Escritura, los ángeles, en cuanto criaturas puramente espirituales, se presentan a la reflexión de nuestra mente como una especial realización de la ‘imagen de Dios’, Espíritu perfectísimo, como Jesús recuerda a la mujer samaritana con las palabras; ‘Dios es espíritu’ (Jn 4, 24).Los ángeles son, desde este punto de vista, las criaturas más cercanas al modelo divino. El nombre que la Sagrada Escritura les atribuye indica que lo que más cuenta en la Revelación es la verdad sobre las tareas de los ángeles respecto a los hombres: ángel (angelus) quiere decir, en efecto, ‘mensajero’. El término hebreo ‘malak’ -mélk-, usado en el Antiguo Testamento, significa más propiamente ‘delegado’ o ‘embajador’.Los ángeles, criaturas espirituales, tienen función de mediación y de ministerio en las relaciones entre Dios y los hombres. Bajo este aspecto la Carta a los Hebreos dirá que a Cristo se le ha dado un ‘nombre’, y por tanto un ministerio de mediación, muy superior al de los ángeles (Cfr. Heb 1, 4).
2. El Antiguo Testamento subraya sobre todo la especial participación de los ángeles en la celebración de la gloria que el Creador recibe como tributo de alabanza por parte del mundo creado.Los Salmos de modo especial se hacen intérpretes de esa voz cuando proclaman, p.e.: ‘Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles.’ (Sal 148, 1-2).De modo semejante en el Salmo 102: ‘Bendecid a Yahvéh vosotros sus ángeles, que sois poderosos y cumplís sus órdenes, prontos a la voz de su palabra’ (Sal 102, 20). Este último versículo del Salmo 102 indica que los ángeles toman parte, a su manera, en el gobierno de Dios sobre la creación, como ‘poderosos ejecutores de sus órdenes’ según el plan establecido por la Divina Providencia.A los ángeles está confiado en particular un cuidado y solicitud especiales por los hombres, en favor de los cuales presentan a Dios sus peticiones y oraciones, como nos recuerda, p.e., el Libro de Tobías (Cfr. especialmente Tob 3, 17 y 12, 12), mientras el Salmo 90 proclama: ‘a sus ángeles ha dado órdenes. te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra’(Cfr. Sal 90, 1-12). Siguiendo el libro de Daniel, se puede afirmar que las funciones de los ángeles como embajadores del Dios vivo se extienden no sólo a cada uno de los hombres y a aquellos que tienen funciones especiales, sino también a enteras naciones (Dan 10, 13-21).
3. El Nuevo Testamento puso de relieve las tareas de los ángeles respecto a la misión de Cristo como Mesías y, ante todo, con relación al misterio de la encarnación del Hijo de Dios, como constatamos en la narración de la anunciación del nacimiento de Juan Bautista (Cfr. Lc 1, 11), de Cristo mismo (Cfr. Lc 1, 26), en las explicaciones y disposiciones dadas a María y José (Cfr. Lc 1, 30-37; Mt 1, 20-21), en las indicaciones dadas a los pastores la noche del nacimiento del Señor (Cfr. Lc 2, 9-15), en la protección del recién nacido ante el peligro de la persecución de Herodes (Cfr. Mt 2, 13).Más adelante los Evangelios hablan de la presencia de los ángeles durante el ayuno de Jesús en el desierto a lo largo de 40 días (Cfr. Mt 4, 11) y durante la oración en Getsemaní (Cfr. Lc 22, 43). Después de la resurrección de Cristo será también un ángel, que se aparece en forma de un joven, quien dirá a las mujeres que habían acudido al sepulcro y estaban sorprendidas por el hecho de encontrarlo vacío: ‘No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí. Pero id a decir a sus discípulos. ‘(Mc 16, 6-7). María Magdalena, que se ve privilegiada por una aparición personal de Jesús, ve también a dos ángeles (Jn 20, 12-17; cfr. también Lc 24, 4). Los ángeles ‘se presentan’ a los Apóstoles después de la desaparición de Cristo para decirles: ‘Hombres de Galilea, ¿qué estáis mirando al cielo?. Ese Jesús que ha sido arrebatado de entre vosotros al cielo, vendrá como le habéis visto ir al cielo’ (Hech 1, 11).Son los ángeles de la vida, de la pasión y de la gloria de Cristo. Los ángeles de Aquel que, como escribe San Pedro, ‘está a la diestra de Dios, después de haber ido al cielo, una vez sometidos a El ángeles, potestades y poderes’ (1 Pe 3, 22).
4. Si pasamos a la nueva venida de Cristo, es decir, a la ‘parusía’, hallamos que todos los sinópticos hacen notar que ‘el Hijo del hombre. vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles’ (así Mc 8, 38, Mt 16, 27 y 25, 31, en la descripción del juicio final; y Lc 9, 26; cfr. también San Pablo, 2 Tes 1, 7).Se puede, por tanto, decir que los ángeles, como espíritus puros, no sólo participan en el modo que les es propio de la santidad del mismo Dios, sino que en los momentos clave, rodean a Cristo y lo acompañan en el cumplimiento de su misión salvífica respecto a los hombres. De igual modo también toda la Tradición y el Magisterio ordinario de la Iglesia ha atribuido a lo largo de los siglos a los ángeles este carácter particular y esta función de ministerio mesiánico.
NATURALEZA DE LOS ÁNGELES (6.VIII.8)
1. En las últimas catequesis hemos visto cómo la Iglesia, iluminada por la luz que proviene de la Sagrada Escritura, ha profesado a lo largo de los siglos la verdad sobre la existencia de los ángeles como seres puramente espirituales, creados por Dios. Lo ha hecho desde el comienzo con el Símbolo niceno-constantinopolitano y lo ha confirmado en el Conc. Lateranense IV (1215), cuya formulación ha tomado el Conc. Vaticano I en el contexto de la doctrina sobre la creación: Dios ‘creó de la nada juntamente al principio del tiempo, ambas clases de criaturas: las espirituales y las corporales, es decir, el mundo angélico y el mundo terrestre; y después, la criatura humana que, compuesta de espíritu y cuerpo, los abraza, en cierto modo, a los dos’ (Cons. Dei Filius).O sea: Dios creó desde el principio ambas realidades: la espiritual y la corporal, el mundo terreno y el angélico. Todo lo que El creó juntamente(‘simuél’) en orden a la creación del hombre, constituido de espíritu y de materia y colocado según la narración bíblica en el cuadro de un mundo ya establecido según sus leyes y ya medido por el tiempo (‘deinde’).
2. Juntamente con la existencia, le fe de la Iglesia reconoce ciertos rasgos distintivos de la naturaleza de los ángeles. Su realidad puramente espiritual implica ante todo su no materialidad y su inmortalidad. los ángeles no tienen ‘cuerpo’ (si bien en determinadas circunstancias se manifiestan bajo formas visibles a causa de su misión en favor de los hombres), y por tanto no están sometidos a la ley de la corruptibilidad que une todo el mundo material. Jesús mismo, refiriéndose a la condición angélica, dirá que en la vida futura los resucitados ‘(no) pueden morir y son semejantes a los ángeles’ (Lc 20, 36).
3. En cuanto criaturas de naturaleza espiritual los ángeles están dotados de inteligencia y de libre voluntad, como el hombre pero en grado superior a él, si bien siempre finito, por el límite que es inherente a todas las criaturas. Los ángeles son también seres personales y, en cuanto tales, son también ellos, ‘imagen y semejanza’ de Dios.La sagrada Escritura se refiere a los ángeles utilizando también apelativos no sólo personales (como los nombre propios de Rafael, Gabriel, Miguel), sino también ‘colectivos’ (como las calificaciones de: Serafines, Querubines, Tronos, Potestades, Dominaciones, Principados), así como realiza una distinción entre Ángeles y Arcángeles. Aun teniendo en cuenta el lenguaje analógico y representativo del texto sacro, podemos deducir que estos seres-personas, casi agrupados en sociedad, se subdividen en órdenes y grados, correspondientes a la medida de su perfección y a las tareas que se les confía. Los autores antiguos y la misma liturgia hablan de los coros angélicos (nueve, según Dionisio el Aeropagita).La teología, especialmente la patrística y medieval, no ha rechazado estas representaciones tratando en cambio de darles una explicación doctrinal y mística, pero sin atribuirles un valor absoluto. Santo Tomás ha preferido profundizar las investigaciones sobre la condición ontológica, sobre la actividad cognoscitiva y volitiva y sobre la elevación espiritual de estas criaturas puramente espirituales, tanto por su dignidad en la escala de los seres, como porque en ellos podía profundizar mejor las capacidades y actividades propias del espíritu en grado puro, sacando de ello no poca luz para iluminar los problemas de fondo que desde siempre agitan y estimulan el pensamiento humano: el conocimiento, el amor, la libertad, la docilidad a Dios, la consecución de su reino.
4. El tema a que hemos aludido podrá parecer ‘lejano’ o ‘menos vital’ a la mentalidad del hombre moderno. Y sin embargo la Iglesia, proponiendo con franqueza toda la verdad sobre Dios creador incluso de los ángeles, cree prestar un gran servicio al hombre.El hombre tiene la convicción de que en Cristo, Hombre-Dios, en él (y no en los ángeles) es en quien se halla el centro de la Divina Revelación. Pues bien, el encuentro religioso con el mundo de los seres puramente espirituales se convierte en preciosa revelación de su ser no sólo como cuerpo, sino también espíritu, y de su pertenencia a un proyecto de salvación verdaderamente grande y eficaz dentro de una comunidad de seres personales que para el hombre y con el hombre sirven al designio providencial de Dios.
5. Notamos que la Sagrada Escritura y la Tradición llaman propiamente ángeles a aquellos espíritus puros que en la prueba fundamental de libertad han elegido a Dios, su gloria y su reino. Ellos están unidos a Dios mediante el amor consumado que brota de la visión beatificante, cara a cara, de la Santísima Trinidad. Lo dice Jesús mismo: ‘Sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos’ (Mt 18, 10). Ese ‘ver de continuo la faz del Padre’ es la manifestación más alta de la adoración de Dios.Se puede decir que constituye esa ‘liturgia celeste’, realizada en nombre de todo el universo, a la cual se asocia incesantemente la liturgia terrena de la Iglesia, especialmente en sus momentos culminantes. Baste recordar aquí el acto con el que la Iglesia, cada día y cada hora, en el mundo entero, antes de dar comienzo a la plegaria eucarística en el corazón de la Santa Misa, se apela ‘a los Ángeles y a los Arcángeles’ para cantar la gloria de Dios tres veces santo, uniéndose así a aquellos primeros adoradores de Dios, en su culto y en el amoroso conocimiento del misterio inefable de su santidad.
6. También según la Revelación, los ángeles, que participan en la vida de la Trinidad en la luz de la gloria, están también llamados a tener su parte en la historia de la salvación de los hombres, en los momentos establecidos por el designio de la Providencia Divina. ‘No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio a favor de los que han de heredar la salud?’, pregunta el autor de la Carta a los Hebreos (1, 14). Y esto cree y enseña la Iglesia, basándose en la Sagrada Escritura por la cual sabemos que la tarea de los ángeles buenos es la protección de los hombres y la solicitud por su salvación.Hallamos estas expresiones en diversos pasajes de la Sagrada Escritura, como por ejemplo en el Salmo 90, citado ya repetidas veces: ‘Pues te encomendará a sus ángeles para que te guarde en todos tus caminos, y ellos te levantarán en sus palmas para que tus pies no tropiecen en las piedras’ (90, 11-12). Jesús mismo, hablando de los niños y amonestando a no escandalizarlos, se apela a ‘sus ángeles’ (Mt 18, 10). Además, atribuye a los ángeles la función de testigos en el supremo juicio divino sobre la suerte del quien ha reconocido o renegado a Cristo: ‘A quien me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios. El que me negare delante de los hombres, será negado ante los ángeles de Dios’ (Lc 12, 8-9; cfr. Ap. 3,5). Estas palabras son significativas porque si los ángeles toman parte en el juicio de Dios, están interesados en la vida del hombre. Interés y participación que parecen recibir una acentuación en el discurso escatológico, en el que Jesús hace intervenir a los ángeles en la parusía, o sea, en la venida definitiva de Cristo al final de la historia (Cfr. Mt 24, 31; 25, 31. 41).
7. Entre los libros del Nuevo Testamento, los Hechos de los Apóstoles nos hacen conocer especialmente algunos episodios que testimonian la solicitud de los ángeles por el hombre y su salvación. Así, cuando el ángel de Dios libera a los Apóstoles de la prisión (Cfr. Hech 5, 18-20), y ante todo a Pedro, que estaba amenazado de muerte por la mano de Herodes (Cfr. Hech 12, 5-10). O cuando guía la actividad de Pedro respecto al centurión Cornelio, el primer pagano convertido (Cfr. Hech 10, 3-8; 11, 12©13), y análogamente la actividad del diácono Felipe en el camino de Jerusalén a Gaza (Hech 8, 26-29).De estos pocos hechos citados a título de ejemplo, se comprende cómo en la conciencia de la Iglesia se ha podido formar la persuasión sobre el ministerio confiado a los ángeles en favor de los hombres. Por ello, la Iglesia confiesa su fe en los ángeles custodios, venerándolos en la liturgia con una fiesta especial, y recomendando el recurso a su protección con una oración frecuente, como en la invocación del ‘Ángel de Dios’. Esta oración parece atesorar las bellas palabras de San Basilio: ‘Todo fiel tiene junto a sí un ángel como tutor y pastor, para llevarlo a la vida’ (Cfr. San Basilio, Adv. Eunomium, III, 1; véase también Santo Tomás, S.Th. I, q.11, a.3).
8. Finalmente es oportuno notar que la Iglesia honra con culto litúrgico a tres figuras de ángeles, que en la Sagrada Escritura se les llama con un nombre.El primero es Miguel Arcángel (Cfr. Dan 10, 13.20; Ap 12, 7; Jdt. 9). Su nombre expresa sintéticamente la actitud esencial de los espíritus buenos: ‘Mica-El’ significa, en efecto: ‘¿quien como Dios?’. En este nombre se halla expresada, pues, la elección salvífica gracias a la cual los ángeles ‘ven la faz del Padre’ que está en los cielos.El segundo es Gabriel: figura vinculada sobre todo al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios (Cfr. Lc 1, 19. 26). Su nombre significa: ‘Mi poder es Dios’ o ‘Poder de Dios’, como para decir que en el culmen de la creación, la Encarnación es el signo supremo del Padre omnipotente.Finalmente el tercer arcángel se llama Rafael. “Rafa-El’ significa: ‘Dios cura’, El se ha hecho conocer por la historia de Tobías en el antiguo Testamento (Cfr. Tob 12, 50. 20, etc.), tan significativa en el hecho de confiar a los ángeles los pequeños hijos de Dios, siempre necesitados de Custodia, cuidado y protección.Reflexionando bien se ve que cada una de estas tres figuras: Mica-El, Gabri-El, Rafa-El reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por el autor de la Carta a los Hebreos: ‘¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor de los que han de heredar la salvación?’ (1, 14).
EL PECADO Y LA ACCIÓN DE SATANÁS (13.VIII.86)
1. Continuando el tema de las precedentes catequesis dedicadas al artículo de fe referente a los ángeles, criaturas de Dios, vamos a explorar el misterio de la libertad que algunos de ellos utilizaron contra Dios y contra su plan de salvación respecto a los hombres.Como testimonia el Evangelista Lucas en el momento, en el que los discípulos se reunían de nuevo con el Maestro llenos de alegría por los frutos recogidos en sus primeras tareas misioneras, Jesús pronuncia una frase que hace pensar: ‘veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo’ (Lc 10, 18).Con estas palabras el Señor afirma que el anuncio del reino de Dios es siempre una victoria sobre el diablo, pero al mismo tiempo revela también que la edificación del reino está continuamente expuesta a las insidias del espíritu del mal. Interesarse por esto, como tratamos de hacer con nuestra catequesis de hoy, quiere decir prepararse al estado de lucha que es propio de la vida de la Iglesia en este tiempo final de la historia de la salvación (como afirma el libro del Apocalipsis. Cfr. 12, 7). Por otra parte, esto ayuda a aclarar la recta fe de la Iglesia frente a aquellos que la alteran exagerando la importancia del diablo o de quienes niegan o minimizan su poder maligno.Las precedentes catequesis sobre los ángeles nos han preparado para comprender la verdad, que la Iglesia ha transmitido, sobre Satanás, es decir, sobre el ángel caído, el espíritu maligno, llamado también diablo o demonio.
2. Esta ‘caída’, que presenta la forma de rechazo de Dios con el consiguiente estado de ‘condena’, consiste en la libre elección hecha por aquellos espíritus creados, los cuales radical y irrevocablemente han rechazado a Dios y su reino, usurpando sus derechos soberanos y tratando de trastornarla economía de la salvación y el ordenamiento mismo de toda la creación.Un reflejo de esta actitud se encuentra en las palabras del tentador a los progenitores: ‘Seréis como Dios’ o ‘como dioses’ (Cfr. Gen 3, 5). Así el espíritu maligno trata de transplantar en el hombre la actitud de rivalidad, de insubordinación a Dios y su oposición a Dios que ha venido a convertirse en la motivación de toda su existencia.
3. En el Antiguo Testamento, la narración de la caída del hombre, recogida en el libro del Génesis, contiene una referencia a la actitud de antagonismo que Satanás quiere comunicar al hombre para inducirlo a la transgresión (Cfr. Gen 3, 5). También en el libro de Job (Cfr. Job 1, 11; 2,5.7), vemos que satanás trata de provocar la rebelión en el hombre que sufre. En el libro de la Sabiduría (Cfr. Sab 2, 24), satanás es presentado como el artífice de la muerte que entra en la historia del hombre juntamente con el pecado.
4. La Iglesia, en el Conc. Lateranense IV (1215), enseña que el diablo (satanás) y los otros demonios ‘han sido creados buenos por Dios pero se han hecho malos por su propia voluntad’. Efectivamente, leemos en la Carta de San Judas: . a los ángeles que no guardaron su principado y abandonaron su propio domicilio los reservó con vínculos eternos bajo las tinieblas para el juicio del gran día’ (Jds 6). Así también en la segunda Carta de San Pedro se habla de ‘ángeles que pecaron’ y que Dios ‘no perdonó. sino que, precipitados en el tártaro, los entregó a las cavernas tenebrosas, reservándolos para el juicio’ (2, 4).Está claro que si Dios ‘no perdonó’ el pecado de los ángeles, lo hace para que ellos permanezcan en su pecado, porque están eternamente ‘en las cadenas’ de esa opción que han hecho al comienzo, rechazando a Dios, contra la verdad del bien supremo y definitivo que es Dios mismo. En este sentido escribe San Juan que: ‘el diablo desde el principio peca’ (1 Jn 3, 3). Y ‘ él es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él’ (Jn 8, 44).
5. Estos textos nos ayudan a comprender la naturaleza y la dimensión del pecado de satanás, consistente en el rechazo de la verdad sobre Dios, conocido a la luz de la inteligencia y de la revelación como Bien infinito, amor, y santidad subsistente.El pecado ha sido tanto más grande cuanto mayor era la perfección espiritual y la perspicacia cognoscitiva del entendimiento angélico, cuanto mayor era su libertad y su cercanía a Dios. Rechazando la verdad conocida sobre Dios con un acto de la libre voluntad, satanás se convierte en ‘mentiroso cósmico’ y ‘padre de la mentira’ (Jn 8, 44). Por esto vive la radical e irreversible negación de Dios y trata de imponer a la creación, a los otros seres creados a imagen de Dios, y en particular a los hombres, su trágica ‘mentira sobre el Bien’ que es Dios. En el libro del Génesis encontramos una descripción precisa de esa mentira y falsificación de la verdad sobre Dios, que satanás (bajo la forma de serpiente) intenta transmitir a los primeros representantes del género humano: Dios sería celoso de sus prerrogativas e impondría por ello limitaciones al hombre (Cfr. Gen 3, 5). Satanás invita al hombre a liberarse de la imposición de este juego, haciéndose ‘como Dios’.
6. En esta condición de mentira existencial satanás se convierte -según San Juan- también en homicida, es decir, destructor de la vida sobrenatural que Dios había injertado desde el comienzo en él y en las criaturas ‘hechas a imagen de Dios’: los otros espíritus puros y los hombres; satanás quiere destruir la vida según la verdad, la vida en la plenitud del bien, la vida sobrenatural de gracia y de amor. El autor del libro de la Sabiduría escribe:. por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen’ (Sab 2, 24). En el Evangelio Jesucristo amonesta: . temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la gehena’ (Mt 10,28).
7. Como efecto del pecado de los progenitores, este ángel caído ha conquistado en cierta medida el dominio sobre el hombre.Esta es la doctrina constantemente confesada y anunciada por la Iglesia, y que el Concilio de Trento ha confirmado en el tratado sobre el pecado original (.): Dicha doctrina encuentra dramática expresión en la liturgia del bautismo, cuando se pide al catecúmeno que renuncie al demonio y a sus seducciones.Sobre este influjo en el hombre y en las disposiciones de su espíritu (y del cuerpo) encontramos varias indicaciones en la Sagrada Escritura, en las cuales satanás es llamado ‘el príncipe de este mundo’ (Cfr. Jn 12, 31; 14, 30;16, 11) e incluso ‘el Dios del siglo’ (2 Cor 4, 4). Encontramos muchos otros nombres que describen sus nefastas relaciones con el hombre: ‘Belcebú’ o ‘Belial’, ‘espíritu inmundo’, ‘tentador’, ‘maligno’ y finalmente ‘anticristo’ (1 Jn 4, 3). Se le compara a un ‘león’ (1 Pe 5, 8), a un ‘dragón’ (en el Apocalipsis) ya una ‘serpiente’ (Gen 3). Muy frecuentemente para nombrarlo se ha usado el nombre de ‘diablo’ del griego ‘diaballein’ -diaballein- (del cual ‘diabolos’),que quiere decir: causar la destrucción, dividir, calumniar, engañar. Y a decir verdad, todo esto sucede desde el comienzo por obra del espíritu maligno que es presentado en la Sagrada Escritura como una persona, aunque se afirma que no está solo: ‘somos muchos’, gritaban los diablos a Jesús en la región de las gerasenos (Mc 5, 9); ‘el diablo y sus ángeles’, dice Jesús en la descripción del juicio final (Cfr. Mt 25, 41).
8. Según la Sagrada Escritura, y especialmente el Nuevo Testamento, el dominio y el influjo de Satanás y de los demás espíritus malignos se extiende al mundo entero. Pensemos en la parábola de Cristo sobre el campo (que es el mundo), sobre la buena semilla y sobre la mala semilla que el diablo siembra en medio del grano tratando de arrancar de los corazones el bien que ha sido ‘sembrado’ en ellos (Cfr. Mt 13, 38-39). Pensemos en las numerosas exhortaciones a la vigilancia (Cfr. Mt 26, 41; 1 Pe 5, 8), a la oración y al ayuno (Cfr. Mt 17, 21). Pensemos en esta fuerte invitación del Señor: ‘Esta especie (de demonios) no puede ser expulsada por ningún medio sino es por la oración’ (Mc 9, 29).La acción de Satanás consiste ante todo en tentar a los hombres para el mal, influyendo sobre su imaginación y sobre las facultades superiores para poder situarlos en dirección contraria a la ley de Dios. Satanás pone a prueba incluso a Jesús (Cfr. Lc 4, 3-13) en la tentativa extrema de C contrastar las exigencias de la economía de la salvación tal como Dios le ha preordenado.No se excluye que en ciertos casos el espíritu maligno llegue incluso a ejercitar su influjo no sólo sobre las cosas materiales, sino también sobre el cuerpo del hombre, por lo que se habla de ‘posesiones diabólicas’ (Cfr. Mc 5,2-9). No resulta siempre fácil discernir lo que hay de preternatural en estos casos, ni la Iglesia condesciende o secunda fácilmente la tendencia a atribuir muchos hechos e intervenciones directas al demonio; pero en línea de principio no se puede negar que, en su afán de dañar y conducir al mal, Satanás pueda llegar a esta extrema manifestación de su superioridad.
9. Debemos finalmente añadir que las impresionantes palabras del Apóstol Juan: ‘El mundo todo está bajo el maligno’ (1 Jn 5, 19), aluden también a la presencia de Satanás en la historia de la humanidad, una presencia que se hace más fuerte a medida que el hombre y la sociedad se alejan de Dios. El influjo del espíritu maligno puede ‘ocultarse’ de forma más profunda y eficaz: pasar inadvertido corresponde a sus ‘intereses’: La habilidad de Satanás en el mundo es la de inducir a los hombres a negar su existencia en nombre del racionalismo y de cualquier otro sistema de pensamiento que busca todas las escapatorias con tal de no admitir la obra del diablo.Sin embargo, no presupone la eliminación de la libre voluntad y de la responsabilidad del hombre y menos aún la frustración de la acción salvífica de Cristo. Se trata más bien de un conflicto entre las fuerzas oscuras del mal y las de la redención. Resultan elocuentes a este propósito las palabras que Jesús dirigió a Pedro al comienzo de la pasión: . Simón, Satanás os busca para ahecharos como trigo; pero yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe’ (Lc 22,31).Comprendemos así por que Jesús en la plegaria que nos ha enseñado, el ‘Padrenuestro’, que es la plegaria del reino de Dios, termina casi bruscamente, a diferencia de tantas otras oraciones de su tiempo, recordándonos nuestra condición de expuestos a las insidias del Maligno.El cristiano, dirigiéndose al Padre con el espíritu de Jesús e invocando su reino, grita con la fuerza de la fe: no nos dejes caer en la tentación, líbranos del Mal, del Maligno. Haz, oh Señor, que no cedamos ante la infidelidad a la cual nos seduce aquel que ha sido infiel desde el principio.
LA ACCIÓN DE SATANÁS Y LA VICTORIA DE CRISTO (20.VIII.86)
1. Nuestras catequesis sobre Dios, Creador de las cosas ‘visibles e invisibles’, nos ha llevado a iluminar y vigorizar nuestra fe por lo que respecta a la verdad sobre el maligno o Satanás, no ciertamente querido por Dios, sumo Amor y Santidad, cuya Providencia sapiente y fuerte sabe conducir nuestra existencia a la victoria sobre el príncipe de las tinieblas.Efectivamente, la fe de la Iglesia nos enseña que la potencia de Satanás no es infinita. El sólo es una criatura, potente en cuanto espíritu puro, pero siempre una criatura, con los límites de la criatura, subordinada al querer y al dominio de Dios. Si Satanás obra en el mundo por su odio a Dios y su reino, ello es permitido por la Divina Providencia que con potencia y bondad (‘fortiter et suaviter’) dirige la historia del hombre y del mundo. Si la acción de Satanás ciertamente causa muchos daños -de naturaleza espiritual- e indirectamente de naturaleza también física a los individuos y a la sociedad, él no puede, sin embargo, anular la finalidad definitiva a la que tienden el hombre y toda la creación, el bien. El no puede obstaculizar la edificación del reino de Dios en el cual se tendrá, al final, la plena actuación de la justicia y del amor del Padre hacia las criaturas eternamente ‘predestinadas’ en el Hijo-Verbo, Jesucristo. Más aún, podemos decir con San Pablo que la obra del maligno concurre para el bien y sirve para edificar la gloria de los ‘elegidos’ (Cfr. 2 Tim 2, 10).
2. Así toda la historia de la humanidad se puede considerar en función de la salvación total, en la cual está inscrita la victoria de Cristo sobre ‘el príncipe de este mundo’ (Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11). ‘Al Señor tu Dios adorarás y a El sólo servirás’ (Lc 4, 8), dice terminantemente Cristo a Satanás.En un momento dramático de su ministerio, a quienes lo acusaban de manera descarada de expulsar los demonios porque estaba aliado de Belcebú, jefe de los demonios, Jesús responde aquellas palabras severas y confortantes a la vez :’Todo reino en sí dividido será desolado y toda ciudad o casa en sí dividida no subsistirá. Si Satanás arroja a Satanás, está dividido contra sí: ¿cómo, pues, subsistirá su reino?. Mas si yo arrojo a los demonios con el poder del espíritu de Dios, entonces es que ha llegado a vosotros el reino de Dios’ (Mt 12, 25-26. 28). ‘Cuando un hombre fuerte bien armado guarda su palacio, seguros están sus bienes; pero si llega uno más fuerte que él, le vencerá, le quitará las armas en que confiaba y repartirá sus despojos’ (Lc 11, 21-22). Las palabras pronunciadas por Cristo a propósito del tentador encuentran su cumplimiento histórico en la cruz y en la resurrección del Redentor. Como leemos en la Carta a los Hebreos, Cristo se ha hecho partícipe de la humanidad hasta la cruz ‘para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a aquellos que estaban toda la vida sujetos a servidumbre’ (Heb 2, 14-15). Esta es la gran certeza de la fe cristiana: ‘El príncipe de este mundo ya está juzgado’ (Jn 16, 11); ‘Y para esto apareció el Hijo de Dios, para destruir las obras del diablo’ (1 Jn 3, 8), como nos atestigua San Juan. Así, pues, Cristo crucificado y resucitado se ha revelado como el ‘más fuerte’ que ha vencido ‘al hombre fuerte’, el diablo, y lo ha destronado.De la victoria de Cristo sobre el diablo participa la Iglesia: Cristo, en efecto, ha dado a sus discípulos el poder de arrojar los demonios (Cfr. Mt 10,1, y paral.; Mc 16, 17). La Iglesia ejercita tal poder victorioso mediante la fe en Cristo y la oración (Cfr. Mc 9, 29; Mt 17, 19 ss.), que en casos específicos puede asumir la forma de exorcismo.
3. En esta fase histórica de la victoria de Cristo se inscribe el anuncio y el inicio de la victoria final, la parusía, la segunda y definitiva venida de Cristo al final de la historia, venida hacia la cual está proyectada la vida del cristiano. También si es verdad que la historia terrena continúa desarrollándose bajo el influjo de ‘aquel espíritu que -como dice San Pablo- ahora actúa en los que son rebeldes’ (Ef 2, 2), los creyentes saben que están llamados a luchar para el definitivo triunfo del bien: ‘No es nuestra lucha contra la sangre y la carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires’ (Ef 6, 12).
4. La lucha, a medida que se avecina el final, se hace en cierto sentido siempre más violenta, como pone de relieve especialmente el Apocalipsis, el último libro del Nuevo Testamento (Cfr. Ap 12, 7-9). Pero precisamente este libro acentúa la certeza que nos es dada por toda la Revelación divina: es decir, que la lucha se concluirá con la definitiva victoria del bien. En aquella victoria, precontenida en el misterio pascual de Cristo, se cumplirá definitivamente el primer anuncio del Génesis, que con un término significativo es llamado proto-Evangelio, con el que Dios amonesta a la serpiente: ‘Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer’ (Gen 3, 15). En aquella fase definitiva, completando el misterio de su paterna Providencia, ‘liberará del poder de las tinieblas’ a aquellos que eternamente ha ‘predestinado en Cristo’ y les ‘transferirá al reino de su Hijo predilecto’ (Cfr. Col 1, 13-14). Entonces el Hijo someterá al Padre también el universo, para que ‘sea Dios en todas las cosas’ (1 Cor 15, 28).
5. Con ésta se concluyen las catequesis sobre Dios Creador de las ‘cosas visibles e invisibles’, unidas en nuestro planteamiento con la verdad sobre la Divina Providencia. Aparece claro a los ojos del creyente que el misterio del comienzo del mundo y de la historia se une indisolublemente con el misterio del final, en el cual la finalidad de todo lo creado llega a su cumplimiento. El Credo, que une así orgánicamente tantas verdades, es verdaderamente la catedral armoniosa de la fe.De manera progresiva y orgánica hemos podido admirar estupefactos el gran misterio de la inteligencia y del amor de Dios, en su acción creadora, hacia el cosmos, hacia el hombre, hacia el mundo de los espíritus puros. De tal acción hemos considerado la matriz trinitaria, su sapiente finalidad relacionada con la vida del hombre, verdadera ‘imagen de Dios’, a su vez llamado a volver a encontrar plenamente su dignidad en la contemplación de la gloria de Dios. Hemos recibido luz sobre uno de los máximos problemas que inquietan al hombre e invaden su búsqueda de la verdad: el problema del sufrimiento y del mal. En la raíz no está una decisión errada o mala de Dios, sino su opción, y en cierto modo su riesgo, de crearnos libres para tenernos como amigos. De la libertad ha nacido también el mal. Pero Dios no se rinde, y con su sabiduría transcendente, predestinándonos a ser sus hijos en Cristo, todo lo dirige con fortaleza y suavidad, para que el bien no sea vencido por el mal.
Fuentes: Fortea, Signos de estos Tiempos

Cómo fue que Lucifer se convirtió en Satanás


La caída de los ángeles rebeldes.

Las  Sagradas Escrituras enseñan que hay ángeles buenos y ángeles malos. La bifurcación de los ángeles a los ángeles buenos (como San Miguel) y los ángeles malos (como satanás) es discutido por Santo Tomás en la Summa Theologiae, I, q. 63-64. Vamos a echar un vistazo.

Siguiendo pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, Santo Tomás enseña que los ángeles fueron probados. Algunos ángeles se adhirieron a Dios y fueron recompensados con la visión beatífica de la esencia de Dios (ángeles buenos) y algunos se rebelaron y perdieron la gracia (ángeles malos o demonios). Según la tradición cristiana, satanás fue una vez un serafín y el ángel supremo de todos.



UN DEFECTO APARECIÓ EN LOS ÁNGELES MALOS 
Tomás cita a Job 4:18:
“En sus ángeles, halló maldad.” Cuando fueron creados, los ángeles no tienen la visión beatífica de la esencia de Dios. Eran literalmente ciegos a la visión de Dios.
Fueron probados primero (algunos dicen que por una visión de Cristo encarnado en María, ver Apocalipsis capítulo 12) y ciertos ángeles no podían aceptar el servicio a Dios si implicaba servir a una especie menor, en concreto la especie humana.
Una tercera parte de los ángeles cayeron y se convirtieron en demonios.
María de Agreda relata que cuando Lucifer se enteró de que el Logos se hizo hombre a través de una madre humana, Lucifer, la más alta de todas las criaturas, demandó el honor de convertirse en la Madre de Dios. Quería que la unión hipostática se produjera a través de él.
Esta es otra razón por la que hay enemistad perfecta entre satanás y María (cf. Gn 3,15). También es la razón por María tiene ahora el lugar más alto en el cielo.
EL ORGULLO Y LA ENVIDIA DE LOS DEMONIOS
Tomas cita a San Agustín, que dice que
el diablo “no es un fornicador ni un borracho ni nada por el estilo tipo, sin embargo, es orgulloso y envidioso.” (Ciudad de Dios, 14, 3)
Lucifer y un tercio de los ángeles cayeron a causa del orgullo y la envidia.
Tomas explica que el diablo quería ser Dios y cita a Isaías 14:13-14:
“Subiré al cielo… y seré semejante al Altísimo”
San Agustín también confirma que
satanás “deseaba ser llamado Dios” (ver a su respecto el Antiguo Testamento, 113).
Y Miguel, un ángel inferior, dirigió la carga contra Lucifer y sus ángeles caídos diciendo en voz alta: “Mi Cha El”, que en hebreo significa “¿Quién como Dios?”.
Por eso Miguel aparece como el gran capitán que es el encargado de la mejor parte de la humanidad. Esta tradición da paso a la creencia católica de que Miguel es el patrón de los ejércitos católicos, y también un protector de los cristianos contra el demonio. La tradición también le asigna la función de dirigir el alma a Dios en la hora de la muerte para el juicio – algo que se menciona en el Ofertorio de la misa romana de los Muertos {Signifer S. Michael repraesentet eas en lucemsanctam} hasta las revisiones litúrgicas de 1970.
San Agustín relata la caída de los ángeles malos en el libro del Génesis:
“Y vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas” (Génesis 1:4).
Tomas recoge esta alegoría de Agustín, e identifica la separación aquí como la división de los ángeles buenos de los ángeles malos que se convirtieron en “oscuros”.

viernes, 22 de noviembre de 2013

La influencia demoníaca en el ocultismo


El mal subyacente que al principio no se ve.

El ocultismo es invocar a poderes sobrehumanos fuera del reino de Dios, para obtener resultados que van más allá de la capacidad de la mera naturaleza.  O sea una influencia supra-humana o sobrenatural que no es de Dios y comúnmente lo asociamos con lo que tiene influencia demoníaca.

El ocultismo es ahora mucho más popular que hace veinte años. Esto se manifiesta en la música popular satánica, las pandillas callejeras satánicas, el aumento de los adoradores de satanás, el uso más extendido del horóscopo y el estudio de los signos del zodiaco y los juegos satánicos que pueden comprarse. A pesar de esto, mucha gente no toma el ocultismo seriamente, se ríen de la noción del poder del mal y no lo consideran parte del mundo “real” en que vivimos.
Pero la influencia demoníaca es muy real y constituye una amenaza peligrosa para nuestro bienestar espiritual.
NUESTRA VIDA ES UNA GUERRA ESPIRITUAL
En su carta a los Efesios (1,3-10), San Pablo nos dice que Dios nos escogió en Jesucristo antes del principio del mundo. Estamos llamados a vivir limpios de pecado en su presencia. Dios nos llamó para ser sus hijos por medio de Jesucristo. Hemos sido salvados y nuestros pecados han sido perdonados en Jesús y mediante su Sangre. Esto muestra la generosidad de Dios, Nuestro Padre, hacia nosotros. El nos ha dado la sabiduría para comprender este misterio, este plan que nos reveló en Cristo.
Somos cristianos bautizados y confirmados. En estos dos sacramentos hemos renunciado a Satanás, a sus obras y a sus promesas vacías del reino de las tinieblas. En el bautismo profesamos nuestra fe en Jesucristo y en la Iglesia. Ahora, el Reino de Dios está absolutamente opuesto al reino de satanás. La salvación en Jesucristo presupone el rechazo del reino de las tinieblas, sin embargo, nuestra vida es una guerra espiritual. En su primera carta, San Juan (1 Jn 5,18-69) nos dice dos cosas: Que nacimos de Dios (por el bautismo y el Espíritu Santo) y que estamos protegidos por El para que el maligno no pueda tocarnos, pero también nos dice que el mundo entero está bajo el maligno.
El maligno puede tentarnos, pero no nos toca directamente a menos que le abramos la puerta. No debemos temerle, pero tampoco debemos buscarlo constantemente en los acontecimientos ordinarios de nuestra vida.
No se concentren en los espíritus malos, sino fijen sus ojos y su fe en Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Somos salvados sólo por Jesucristo, mediante la oración, nuestra adhesión a la Palabra de Dios en la Biblia y mediante los sacramentos, especialmente por la presencia de Jesús en la Sagrada Eucaristía.
No debemos olvidar incluir a María, la Madre de Dios, en nuestra oración; Ella ha aplastado la cabeza de la antigua serpiente (Gén 3,15). La devoción a María es un medio poderoso de protección en nuestra vida diaria.
¿CÓMO ES EL REINO DE SATANÁS, EL REINO DE LAS TINIEBLAS?
Es una mentira que busca parecerse al Reino de Dios. Lean Isaías (14,12-15); se trata de Satanás. El profeta nos dice que, en su corazón, satanás está determinado a ser como Dios.
Satanás quiere en su reino todo lo que hay en el Reino de Dios, pero su reino es una mentira; es falsedad. En el reino de las tinieblas hay culto y adoración falsa; hay oración maligna. Nos ofrece felicidad y paz falsa, nos da sabiduría y conocimiento falso. Así tentó a Adán y Eva (Gén 3,5). Satanás dijo: “No. Dios sabe que al momento que lo comiereis (el fruto prohibido) seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.” En su reino, Satanás nos ofrece salud, que es la muerte y una protección falsa. Así como nos imaginamos a los ángeles del cielo cantando y adorando a Dios, así también hay una música especial en el reino de las tinieblas, que es mala.
El reino de satanás es una mentira. Quiere ser como Dios, pero en el primero de los Diez Mandamientos, Dios dijo a Moisés: “Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás otros dioses fuera de mi” (Exodo 20,3). San Pablo nos dice que estemos en guardia: “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, dando oídos a espíritus falaces y a doctrinas diabólicas” (1 Tim 4, l). Aferrémonos a nuestra fe en el Señor Jesús y en su Iglesia, pues nuestra salvación se logra por Jesucristo, mediante la oración, leyendo y estudiando la palabra de Dios en la Biblia y mediante la presencia de Jesús en el santo sacrificio de la misa en nuestros sagrarios.
Cuando los israelitas estaban a punto de llegar a la tierra prometida, el Señor Dios les dió muchos mandatos relacionados con la verdadera adoración deseada por El y la adoración falsa que aborrecía. Este mismo Mandamiento es válido para nosotros en la actualidad.
“Cuando hubieres entrado en la tierra que tu Señor te dará, guárdate de querer imitar las abominaciones de aquellas gentes. No se vea en tu país quien purifique a tu hijo o hija, pasándolos por el fuego; ni quien consulte adivinos, y haga caso de sueños y de agüeros; no haya hechicero, ni encantador, ni quien pida consejo a los que tienen espíritu pitónico y a los astrólogos, ni quien intente averiguar por medio de los difuntos la verdad. Porque todas estas cosas las abomina el Señor; y por haber cometido semejantes maldades aquellos pueblos, acabará con ellos a tu entrada. Tú has de ser perfecto y sin mácula para con el Señor Dios Tuyo” (Dt 18, 9-13).
El Señor dice que debemos ser sinceros con Él. No podemos servir a dos señores. Jesús dice: “Quien no está conmigo, está contra mi” (Mt 12, 30). Debemos ser firmes en nuestra resolución de seguir solamente al Señor.
Consideremos ahora algunos ejemplos de poder y conocimiento prohibidos. Cuando hablamos de conocimiento prohibido queremos decir el que es obtenido fuera de la influencia divina o por el camino normal en que 1os humanos tenemos conocimientos. Ninguno de nosotros conoce el futuro; mediante nuestro conocimiento de circunstancias particulares podemos saber qué pasaría posiblemente. Esto es una cosa. Buscar conocimiento del futuro o conocimiento íntimo de alguna otra persona, aparte de Dios y con la ayuda de clarividencia y espíritus, es lo que significa conocimiento prohibido.
Poder prohibido es cierta clase de poder mágico que produce efectos, apartado de Dios y en cierta manera que está más allá de los medios humanos ordinarios.
 “No os desviéis de Dios en busca de magos, ni consultéis a adivinos, porque seréis por ellos corrompidos. Yo, el Señor Dios vuestro” (Lev 19,31). “La persona que se desviare para ir a consultar a los magos y adivinos, y se abandonara a ellos, yo mostraré mi saña contra ella y la exterminaré de en medio de su pueblo” (Lev 20,6).
LA ASTROLOGÍA Y LOS HORÓSCOPOS SON COSTUMBRES PAGANAS
Los adivinos tratan de predecir el futuro mediante el uso de lo oculto, la magia o superstición. Está prohibido buscar el conocimiento del futuro usando cartas de baraja, de tarot, la bola de cristal, el estudio de la mano, las estrellas, examinando el hígado de animales muertos, lanzando flechas, usando la ouija o cualquier otro medio supersticioso.
Un médium es una persona que tiene conocimiento inmediato o secreto, ya sea por algún poder dudoso de sí mismo o mediante el poder de algún espíritu malo que trabaja por su medio. En el Libro Primero de Samuel (Reyes), capítulo 3, leemos cómo el Rey Saúl consultó a un médium y murió al día siguiente. En el 1 Crónicas (Paralipómenos) 10, 13 dice que Saúl murió por este pecado.
Jeremías 10,2 – “Esto dice el Señor: No imitéis las costumbres de las naciones; ni temáis las señales del cielo, que temen los gentiles.”
Mediante el estudio de las estrellas y planetas, un astrólogo calcula un horóscopo sobre la base del mes y el día de nacimiento de un individuo. El horóscopo es una predicción de eventos que pudieran suceder, basado en el movimiento de las estrellas y planetas. Aunque miles de personas siguen los horóscopos con más o menos interés, esto es un tipo de adivinación. Aunque Ud. diga no creer en horóscopos y solamente lee el suyo por diversión, debería abandonar esta práctica, pues el horóscopo diario puede influirnos fácilmente de vez en cuando y es un modo en que nos hacemos receptivos a lo oculto.
Si quiere vivir en el Reino de Dios, renuncie a los horóscopos y a todos los otros medios de adivinación. Deben ser destruidas las barajas, ouijas y otras cosas usadas para adivinación.
EL REINO DE LAS TINIEBLAS Y EL PODER PROHIBIDO
La brujería o magia supersticiosa se usa para producir efectos que están más allá del poder humano. Estos efectos pueden ser buenos o malos y se realizan por medio de palabras o gestos mágicos, por el uso de hierbas mágicas, polvos, líquidos o cosas similares. Con frecuencia hay una invocación especial al diablo. Males físicos son dirigidos contra individuos, a causa de odio o celos. Todos hemos oído sobre alfileres clavados en muñecas, el mal de ojo, la maldición de alimentos o bebidas que mediante el poder de las tinieblas deben causar daño, enfermedad o muerte; esto es brujería. En la actualidad, las brujas pueden encontrarse casi en todas partes y con frecuencia son presentadas bajo una luz positiva. Recuerden que toda persona envuelta en adoración falsa, que busca conocimientos prohibidos o usa poderes prohibidos, deberá ser evitada a toda costa.
También hay un interés creciente en la brujería africana: el vudú. Los dioses del vudú son “malos y buenos” y el servicio de esta práctica empieza usualmente al anochecer, terminando al amanecer. Con frecuencia incluye el sacrificio sangriento de una cabra o un pollo, hay oración y canto, se supone que los dioses entran brevemente en la persona durante el ritual.
Algunas veces se usan objetos católicos en el vudú y la brujería, tales como imágenes de santos, crucifijos, velas, agua bendita y oraciones católicas, así como otros objetos y oraciones. No se dejen engañar por la naturaleza aparentemente religiosa de lo que sucede.
Si Uds. tienen objetos y oraciones que han sido usados en brujería o les han sido dados por alguna bruja, deben destruirlos por completo.
Si han estado envueltos en brujería, deben renunciar al demonio, renunciar a la brujería que hayan practicado y a toda brujería, pedir perdón a Dios y confesar su pecado a un sacerdote. En la confesión (el sacramento de la reconciliación) hay el Poder Divino necesario para librarse de la influencia del mal.
AMULETOS
Esta es una forma de magia en que se cree que un objeto particular tiene el poder de atraer el bien y alejar el mal. Estos son particularmente malos cuando nos son dados por un adivinador, espiritista, “curandero” o alguna persona envuelta en lo oculto. Cuando el objeto es usado en la persona o llevado en la cartera o colocado en el hogar, significa que la presencia maligna siempre está con nosotros.
Algunos ejemplos son: Llevar ajo en la bolsa para tener siempre dinero, mantener unas tijeras abiertas para la buena suerte, mantener hierbas especiales en un frasco, usar una media luna al cuello o un collar de ajo, poner alfalfa y flores frente a una estatua, tener ídolos orientales o indostanos en la casa, etc. Mucha de la joyería usada al cuello hoy día representa algo usado en brujería y usualmente la gente la usa inocentemente.
Debemos tener cuidado de no usar medallas religiosas y estatuas de una manera supersticiosa. Ninguna medalla, estatua o artículo religioso tiene ningún poder o suerte conectado con ella. Una medalla, estatua o vela es solamente una señal de nuestra plegaria al santo para que interceda ante Dios por nosotros. Toda adoración es dada a Dios y a El solamente.
Todos los objetos descritos anteriormente o cualquier objeto usado de una manera supersticiosa, debe ser destruido o botado. Si usamos joyería que corresponde a algún signo del zodíaco o algo que representa brujería, inocentemente podemos dar entrada al reino de lo oculto. La gente usa medallas religiosas porque busca la intercesión de la Stma. Virgen María o de los santos y desean la protección y la bendición de Dios. Usar algo que representa lo oculto, aún de una manera inocente, es simbólico de nuestra dependencia del poder de las tinieblas. No deberíamos vacilar en deshacernos de este tipo de joyería. Deseamos pertenecer al Reino de Dios o no lo deseamos.
Renuncien a Satanás, renuncien al uso de amuletos y pidan perdón a Dios. Si Ud. esculpió o talló deliberadamente tal objeto para alejar el mal o atraer buena suerte, sería bueno mencionarlo cuando se confiese.
Ponga su fe, no en el reino de las tinieblas, sino en Jesucristo que sana, salva, proteje y nos ama.
ESPIRITISTAS O IGLESIAS ESPIRITISTAS
El espiritismo envuelve la comunicación con los muertos o con el mundo de los espíritus, por algún medio síquico u oculto.
Debe tenerse mucho cuidado, porque mucha gente es engañada. Puede haber el uso de la Biblia, agua bendita, estatuas de santos e himnos católicos. Los espiritistas con frecuencia creen en la paternidad de Dios, en hacer el bien a otros, la responsabilidad personal por los actos del individuo, la recompensa por las buenas obras y el castigo por las malas. Muchos de ellos son cristianos y aún católicos y profesan la fe en Jesús.
Siempre hay, sin embargo, un intento peligroso de comunicarse de alguna manera con los muertos o con espíritus. Esto puede ser mediante una sesión especial o tal vez la persona sólo parece entrar en trance.
Los espiritistas están envueltos algunas veces en curaciones, brujerías, adivinación y hasta en la bendición de los hogares para protegerlos. Algunas veces creen también en la reencarnación.
REENCARNACIÓN (TEOSOFÍA)
Esta es la creencia de que el alma, después de la muerte, pasa al cuerpo de otro ser humano, animal o planta, o hasta a un objeto. Muchos cultos o religiones orientales creen en esto. En el Hinduismo, se cree que el dios Visnú tuvo varias reencarnaciones como pez, enano, la persona de Rama y como Krishna, en las diferentes edades del mundo. Esto es contrario a la Biblia y a toda creencia cristiana en la otra vida. “Porque está escrito que el hombre muera una vez y después de la muerte sea juzgado” (Heb 10,27).
Aquellos que están envueltos con espiritistas deben renunciar a satanás, renunciar al espiritismo, pedir perdón a Dios y confesar su pecado a un sacerdote.
CURACIONES MEDIANTE LA SUPERSTICIÓN “CURANDEROS” Y “SANTEROS”
No importa que haya estatuas, agua bendita, crucifijos, oraciones a Jesús, a María y a los santos, si hay cualquier práctica supersticiosa, es malo. Algunos ejemplos son:
- el uso de amuletos o de un tomate para lavar el cuerpo, colocando el resto bajo la cama,
- limpiar el cuerpo con huevos o limones y quemar estos con carbón,
- usar agua de rosas y alcohol como remedio (a veces, esto fue preparado colocando un esqueleto en el agua durante seis horas, seguido de canto y oraciones sobre el agua).
Algunas veces el “curandero” receta alguna vitamina especial y también oraciones “católicas” que deben rezarse. Ninguna de estas oraciones deben decirse en estas circunstancias, porque fueron preparadas bajo la influencia del mal. Otros ejemplo incluyen: – tomar un baño especial, preparado con vino, flores, pan, canela, azúcar negra y agua de un río, – envolver a la persona en un bendaje especial cortándolo poco a poco y enterrándolo en una fosa reciente, en el cementerio.
Estas son unas cuantas de las supersticiones usadas, pero hay muchas más. Algunas veces la gente reza a Dios y a los santos y luego busca alivio en el reino de las tinieblas. Muchas veces Dios no sana por medio de oraciones o doctores, porque desea que el alma sane primero del odio, celos o algún otro pecado. El sabe lo que hace y nosotros tenemos que escoger entre el poder de Dios y el poder del mal. Si Ud. tiene algunos objetos que se hayan usado en estas curaciones falsas, destrúyalos; renuncie a Satanás y a este pecado, pida el perdón de Dios y confiéselo a un sacerdote.
HIPNOTISMO
Aunque el hipnotismo es usado ahora por doctores respetables, dentistas o terapeutas, en el pasado estaba relacionado con lo oculto y la superstición.
A pesar de que es legítimo, hay cierto peligro que debe ser considerado muy cuidadosamente. En el hipnotismo, uno entrega por cierto tiempo su propia capacidad de razonar; la voluntad del hipnotizado depende del hipnotizador y puede haber consecuencias indeseables que resulten de esta técnica.
Se debe evitar someterse a un hipnotista, a menos que exista una razón poderosa; nunca debe hacerse con el propósito de divertirse.
MÚSICA
En nuestros días, cierta música de rock, tocada por grupos musicales “satánicos” presenta problemas adicionales. Esta música con frecuencia glorifica a satanás y a veces despierta deseos de cometer suicidio, usar drogas, cometer perversiones sexuales, y también se ha sabido que incita a la violencia física.
Hasta el infierno se presenta como el fin deseado de la vida. La maldad se encuentra en la combinación de letra, ritmo y ruido. Estos discos y cintas no deberían tenerse en el hogar, sino destruirse, aunque hayan costado una cantidad considerable de dinero. ¡Escoja el Reino de Dios!
ADORACIÓN AL DIABLO
No es necesario decir que rezar al diablo, adorar a satanás, leer la biblia satánica o tomar parte en la Misa Negra que ridiculiza la Crucifixión de Jesús y la Eucaristía, son algunos de los pecados más serios que se pueden cometer.
En algunos de los cultos satánicos algunas veces hay sacrificios a satanás que consisten en la horrible muerte de animales y en algunas partes hasta el asesinato de infantes humanos. El secreto que rodea estas actividades, permite a la “iglesia de satanás” obtener cierta respetabilidad en nuestra sociedad y hasta tener en algunas partes los mismos derechos legales que cualquier otra iglesia.
No se deje engañar; tomar parte en esta iglesia falsa es un asunto muy serio. Los católicos que deseen arrepentirse, deben renunciar a esta religión falsa sin importar el costo, renunciar de corazón a satanás y a su pecado y confesar éste en el sacramento de la reconciliación.
EL MOVIMIENTO DE “LA NUEVA ERA” (“NEW AGE”)
Aunque hace algunos años era virtualmente desconocido, este movimiento está aumentando en popularidad a nivel internacional. En la superficie parece ser un movimiento pro “paz,” pero definitivamente pertenece a lo oculto, porque presenta algunas características básicas que están identificadas con lo oculto, aunque no se menciona a satanás.
Por ejemplo, el “dios” de la Nueva Era no es el Dios de la Cristiandad y el Judaísmo, sino una fuerza energética impersonal en que consiste el universo. Esta es una forma de panteísmo. Para nosotros, Dios es Creador y Señor de todo, somos sus criaturas; pero en la Nueva Era, Jesús se convierte en uno de muchos maestros espirituales que logró descubrir su más alta identidad. La creencia es que en la Nueva Era también podemos ser iluminados mediante nuestros propios esfuerzos, no mediante la revelación y la gracia de Dios.
Algunas veces, el movimiento de la Nueva Era es llamado movimiento por la paz. Se dice que cuando formamos parte de esta “Convergencia Armónica” podemos atraer, en cierta manera, una fuerza poderosa que está más allá de nosotros, para lograr la paz del mundo; sin embargo, cuando hablamos de una fuerza que no viene de Dios y que está más allá de nosotros, estamos realmente hablando de lo oculto.
No se dejen engañar por lo que se dice sobre la ecología, la belleza de la naturaleza en el mundo y la bondad fundamental de las metas aparentes de este movimiento. Quienes se unen al movimiento de la Nueva Era, entran en un movimiento que trata con un poder espiritual oculto, no con una fuerza espiritual proveniente de Dios, sino del reino de la luz falsa y las tinieblas.
EL REINO DE LAS TINIEBLAS
Este reino ofrece una paz falsa y felicidad en el pecado. El hombre es capaz de experimentar profundamente el gozo y la paz dados por Dios, especialmente en el cielo, pero también aquí en la tierra. Muchos de nosotros lo hemos experimentado. Un gozo falso se ofrece, por ejemplo, en el pecado de la borrachera o en el abuso de las drogas, así como en los pecados de relaciones sexuales antes del matrimonio, adulterio después del matrimonio y homosexualidad.
Cuando las personas se involucran profundamente en estos pecados o en el asesinato, el enojo violento, odio profundo, los celos y rencores, están realmente viviendo en el Reino de las Tinieblas y pueden exponerse a la posibilidad de ataques directos de los malos espíritus.
El peligro de hoy es que el pecado ha llegado a ser muy “respetable” en nuestra sociedad y esto incluye relaciones sexuales antes del matrimonio, adulterio, borracheras sociales, aborto y homosexualidad que han llegado a cierta “respetabilidad.” No parecen tan malos y se debe a que no son malos en el Reino de las Tinieblas.
ELIMINANDO EL REINO DE LAS TINIEBLAS
Nuestros hogares deberían ser lugares sagrados y pacíficos y necesitan estar limpios. No deberíamos dejar que se ensuciaran, ni deberíamos permitir el desorden acumulando cosas inútiles y suciedad en nuestros cajones y armarios. El poder del mal aborrece la limpieza.
Desháganse de todo cuanto hay en su hogar que haya tenido alguna relación con brujería, espiritismo o haya sido usado por algún curandero, un médium, en alguna religión oriental, algún culto, o que haya sido usado para alguna superstición. Destrúyanlo o asegúrense de que es destruido. No guarden joyería que sea simbólica en la brujería o que sea algún signo del zodíaco. Quemen todas las imágenes y revistas pornográficas, aún aquellas que hayan sido guardadas en un cajón, armario o petaca. Destruyan toda literatura religiosa que no está de acuerdo con la verdad básica de nuestra fe que reconoce la divinidad de Jesucristo, que es Hijo de Dios, nuestro único Salvador y que nos conduce al Padre. Destruyan la literatura de los testigos de Jehová, los mormones, la Ciencia Cristiana, Unidad, Ciencia de la Mente, Cienciología, Hare Krishna, yoga, meditación transcendental, Misión de la Luz Divina, Iglesia de la Unificación de Sun Myung Moon, los Niños de Dios y la Senda Internacional. Ninguna de estas literaturas, o algo similar, deberá existir en nuestros hogares. No permitan a la influencia del mal entrar en sus hogares mediante la televisión. Examinen cuidadosamente los programas que ven. Los valores enseñados en los anuncios de televisión no son los valores predicados por Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio de San Mateo, capítulos cinco, seis y siete.
EN EL HOGAR – BUSCANDO LA PRESENCIA DE DIOS
Aunque Uds. no sean sacerdotes, como católicos bautizados tienen un poder que no conocen. San Pablo dijo esta verdad en su Carta a los Efesios: ”… Y cuál aquella soberana grandeza de su poder sobre nosotros, que creemos según la eficacia de su poderosa virtud, que el ha desplegado en la persona de Cristo, resucitándole de entre los muertos, y colocándole a su diestra en los cielos” (Ef 1, 1 9-20). ¡Piensen en esto! El poder de la oración es más grande de lo que creemos.
Aunque no tengamos el poder de un sacerdote ordenado, podemos pedir a Dios que proteja y bendiga nuestros hogares. Es bueno tener agua bendita en nuestros hogares y usarla con frecuencia y si queremos pedir a Dios que nos bendiga, podemos decir una oración sencilla y rociar agua bendita en cada cuarto. Esta oración puede ser algo así:
“Oh Padre Celestial, os suplicamos bendigáis nuestro hogar.
En nombre de vuestro Hijo Jesús te suplicamos librarnos del pecado y de toda influencia maligna.
Protegenos de enfermedad, accidentes, robos y toda tragedia doméstica.
Confiamos nuestro hogar al Señorío de Nuestro Señor Jesucristo
y nos consagramos al Inmaculado Corazón de María,
para que todos los que vivimos bajo este techo recibamos vuestra bendición de paz y amor.”
También pueden ser recitados un Padre Nuestro y una Ave María.
La consagración del hogar y la familia al Sagrado Corazón de Jesús es otra bella costumbre católica. Necesitamos tener en nuestros hogares un Crucifijo y cuadros del Sagrado. Corazón y de Nuestra Señora, porque deseamos que nuestro hogar sea un lugar sagrado.
Es necesario que haya en el hogar un lugar donde la familia se una a orar. Algunas familias mejicanas tienen la costumbre de tener un pequeño altar con cuadros o estatuas, no solamente de Jesús, María y algunos santos, sino también fotografías de miembros de la familia. Esto nos recuerda rogar por ellos.
LIBRANDO MI PERSONA DEL PODER DEL MAL
Jesús, mediante su pasión, muerte y resurrección, ha destruido el poder del Maligno. Cuando la influencia del mal es percibido en nuestra propia vida, frecuentemente es por el pecado personal. A causa del pecado de un individuo sufren todos los miembros de la familia. La maldad del pecado es derrotada mediante el poder sagrado que el Señor ha depositado en su Iglesia.
El sufrimiento puede ser aliviado mediante la medicina, la sicología y otros medios humanos, pero Jesús en su Iglesia nos ha dado el auxilio básico que es descuidado con frecuencia.
El sacramento de reconciliación ha caído en desuso en nuestros días; sin embargo tiene el poder de destruir la fuerza del Maligno y del pecado; lo que no es posible hacer de otra manera.
Nuestra fe en la Eucaristía se ha debilitado. En este sacramento están el poder y la presencia de Jesús mismo. Algunas personas que han necesitado exorcismo contra el poder del Maligno, han sido curados sentándose en la presencia del Stmo. Sacramento una hora diaria durante dos o tres meses. Estos fueron casos muy difíciles.
Nuestra Stma. Madre ha sido designada por Dios para aplastar la cabeza de la serpiente (Gén 3,15) y su Rosario es un medio muy poderoso de protección y salvación. Muchos hijos han sido salvados del poder del pecado y la pérdida de la fe, mediante la perseverancia de sus padres en la recitación del Rosario.
EL “MAL DE OJO” O “MALDICIÓN”: UNA NOTA ESPECIAL
Algunas personas se atemorizan porque creen que alguien les ha mirado con “mal de ojo”, les ha echado una maldición o ha hecho algo por medio de brujería para atraerlos bajo el poder destructivo del enemigo. ¿Qué hay de este problema?
Jesús es Dios y Señor, por lo tanto tiene dominio sobre el Reino de la Luz y el Reino de las Tinieblas. Satanás no tiene dominio sobre el Reino de la Luz y sólo le está permitido un dominio limitado sobre el Reino de las Tinieblas.
Por lo tanto, si estoy bautizado y vivo en el Reino de la Luz, en estado de gracia santificante, satanás no tiene dominio sobre mí, a menos que por miedo, yo abra la puerta a su influencia.
La gracia santificante significa que comparto de una manera misteriosa en la vida de Dios mismo y El habita en mi alma. (Rom 5,5; 1 Cor 6,16; Jn 14,23). Sin embargo, cuando cometo pecado mortal, pierdo la gracia santificante y paso a vivir en el reino de las tinieblas. Aunque haya sido bautizado y posiblemente confirmado, soy vulnerable. Si persisto en un pecado serio sin arrepentirme, soy vulnerable a la influencia de satanás.
Cuando vivimos en el Reino de la Luz, en estado de gracia santificante, debemos sencillamente rehusar todo temor y colocar nuestra confianza en Dios y en Nuestra Señora, luego vivir de acuerdo con el consejo dado previamente en este artículo, en lo concerniente al Reino de las Tinieblas.
Una vez más, sin embargo, hay la dificultad de definir el pecado en nuestros tiempos. Debemos definirlo de acuerdo con los Evangelios y la enseñanza oficial del Magisterio de la Iglesia y no definirlo desde el punto de vista contaminado de la edad moderna. Muchas personas viven en pecado y tienen una paz falsa porque su conciencia ha sido formada, no en el Evangelio, sino en el espíritu de esta era. Pueden estar viviendo respetablemente, ser ciudadanos obedientes de la ley y, en opinión de la gente, vivir bien; pero si no viven de acuerdo con los Diez Mandamientos, el Evangelio y la enseñanza moral de la Iglesia aún en una sola área que implique un pecado grave, probablemente están viviendo en el Reino de las Tinieblas.
El sacramento de la reconciliación y la Eucaristía (así como todos los demás sacramentos) son armas muy especiales que Jesús dio a su Iglesia para vencer al reino del pecado y de las tinieblas. Necesitamos usar estos sacramentos como Cristo quiso que fuesen usados y no temer al enemigo. Si alguien tiene un grave problema sobre este asunto, sugiero Misa diaria y Comunión.
CONCLUSIÓN
Hay muchas y muy variadas formas en que se nos presenta el pecado y el mal en forma atractiva.
La oración es remedio poderoso contra las fuerzas del mal. Acudamos a la oración sincera, que brota del corazón, para que el Señor reprenda al Maligno, e instaure en nuestras vidas su Reino de Paz y Bien, Verdad y Justicia.
ACTO DE CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Oh Sacratísimo Corazón de Jesús,
presente de forma real en el Santísimo Sacramento del Altar,
latiendo de amor infinito por el género humano,
e intercediendo por nosotros al Padre a cada momento,
queremos renovar hoy nuestro acto de consagración a Ti,
con nuestros corazones llenos de confianza afectuosa en tu infinita bondad
y de esperanza sincera en el cumplimiento de tus promesas.
Jesús, Te aclamamos como Rey del Cielo y de la Tierra,
pero sobre todo, te proclamamos Rey de nuestros corazones arrepentidos.
Concédenos tu gracia, para que percibamos en nuestros corazones
la realidad de Tu Majestad sobre nuestras vidas diarias.
Ayúdanos con tu gracia todopoderosa
a vencer las tentaciones del mundo, la carne y Satanás,
para que protegidos de toda influencia maligna y defendidos de nuestros enemigos,
podamos servirte con tranquilidad y eficacia.
Permite que seamos instrumentos de tu Amantísimo Corazón
como propagadores del Reino de Dios entre los hombres.
Acelera el día de la plenitud de tu Reinado en nuestras vidas
y en las de todos nuestros familiares y seres queridos,
los cuales encomendamos en esta oración.
Te pedimos Señor, que podamos ser fieles a la consagración a Tu Sacratísimo Corazón,
que hoy estamos renovando,
para que nuestros corazones palpiten junto al Tuyo ahora y siempre,
en el tiempo y la eternidad. Amén.
Oremos a María Santísima, Madre de Dios y de todos los seres humanos, para que Ella nos enseñe a ser siempre fieles a la voluntad de Dios. Porque Ella es la siempre fiel, “la esclava del Señor” que por su obediencia y aceptación gozosa de los designios de Dios, aplastó para siempre la cabeza de la serpiente antigua, Satanás (Génesis 3:15). María es la Vencedora en todos los combates de Dios. Acudamos a su intercesión para nuevamente aplastar la influencia del mal en nuestro atribulado mundo.
ACTO DE CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
¡Oh Virgen María! A tu Corazón Inmaculado consagramos hoy
nuestro hogar y todos los que lo habitan.
Que nuestra casa sea, como la de Nazaret,
morada de paz y de felicidad, por el cumplimiento de la Voluntad de Dios,
por la práctica de la caridad y el perfecto abandono a la Divina Providencia.
Velad sobre cuantos lo habitan, ayudadles a vivir cristianamente,
cubridles de vuestra protección maternal y dignáos, ¡Oh bondadosa Virgen María! f
ormar de nuevo en el Cielo este hogar,
que en la Tierra pertenece por entero a vuestro Inmaculado Corazón. Así sea.
Manos abiertas, llenas de Amor, las de María. Bendice, Madre, nuestra familia.
Oremos a San Miguel Arcángel, Capitán de los Ejércitos de Dios, quien venció a Satanás por el poder del Señor, para que nos proteja de las asechanzas del Maligno y que junto a la corte celestial, también nosotros podamos decir “¿Quién como Dios?”
ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla,
se nuestra protección contra las perversidades y asechanzas del demonio;
¡reprímale Dios!, pedimos suplicantes;
y que tú, Príncipe de la milicia celestial,
arroja al infierno con el divino poder a satanás
y a todos los espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
Fuentes: Apostolado Mundial de Fátima, Signos de estos Tiempos