San Miguel Arcángel pesando las almas en el Juicio Final

domingo, 29 de octubre de 2017

"Festejar Halloween es alabar al Diablo" (Exorcista P. Amorth)


DEMONIOS – Por Cornelio Á Lápide. (Parte VI)


"Destrucción de Leviatán"
(Gustavo Doré)

Malicia, habilidad, y astucia del Demonio.

   El  demonio, dice San Cipriano, es llamado serpiente, porque se desliza y arrastra como ella; se adelanta insensiblemente, ocultando su marcha a fin de engañar. Su astucia es tan grande, sus planes tan hábiles y capciosos, que hace tomar la noche por el día, el día por la noche, el veneno por el remedio; lleva la desesperación bajo pretexto de esperanza, y la deserción bajo pretexto de fidelidad; ofrece a nuestros homenajes al Anti-Cristo bajo el nombre de Cristo. De esta suerte, haciendo pasar la mentira por verdad, escamotea sutilmente la verdad misma.

   Satanás se transforma en ángel de luz para seducir, dice el gran Apóstol.

   La malicia, la habilidad y las astucias de Satanás se manifiestan:

   1° en que observa cuáles son los lugares menos fortificados, como dice San Jerónimo.

   2° en que, como también dice San Jerónimo, no presenta jamás al hombre el pecado descubierto, sino que se sirve de rodeos; no se lanza de repente, sino que se adelanta poco a poco y echa completamente a pique la débil navecilla. Para hacer caer en el pecado, se oculta; porque es tan asqueroso, tan horrible y tan infecto, que si se presentase, haría morir de miedo a todo el mundo; nadie querría acercarse a él. Oculta la fealdad del pecado, de aquel pecado, que, hijo de Satanás, es asqueroso, horrible e infecto como su padre; disfraza el pecado con la apariencia y el nombre de dulzura, de flores lozanas, da felicidad y hasta de virtud. Oculta el anzuelo del pecado, y sobre todo del deleite, a fin de que quedéis cogidos a este aguijón penetrante y mortal, mientras saboreáis un placer engañoso y emponzoñado. Impele al hombre al vicio paso a paso; comienza por hacerle cometer faltas ligeras, y le arrastra asi á las mayores.

   El demonio, tan audaz, bien quisiera, si se atreviese y pudiese, hacernos desde luego tan malvados como él; pero, demasiado astuto, prevé que no tendría éxito su seducción. Bien quisiera atacarnos a campo abierto; pero, demasiado maligno, teme que se le escape su presa. Va por grados, dice Bossuet, y se oculta. Su fealdad, como ya hemos dicho, y la fealdad del pecado que quiere hacer cometer, darían horror: oculta una y otro; porque si el hombre pudiese ver al demonio y al pecado tales como son, jamás, jamás se daría al demonio ni al pecado...

   El demonio se arrastra como la serpiente, y toma sus movimientos y rodeos; ya enseña la cabeza, ya la cola. Se arrastra cuando está lejos, para que no le vean, y muerde cuando está cerca...

   Estudia nuestras inclinaciones y las admite: asi es que no tentará por impureza al avaro, porque para ser libertino habría de ser pródigo. No tentará por avaricia al impúdico. Transportará en espíritu al ambicioso a la cumbre del poder; llevará al orgulloso a adorarse a sí mismo; enviará hambre al hombro dominado por la gula, etc...

   Seduce al libertino de un modo, al sabio de otro, al escrupuloso de diferente manera. Ataca al niño, a los jóvenes, al hombre adulto, al anciano; a cada uno según su edad, su parte débil, su inclinación.

   Ataca ora al cuerpo, ora al espíritu, ora al corazon Hiere ya por fuera, ya por dentro; busca el paraje más débil; sube por asalto; presenta la flor, y oculta la espina; dora la copa Mirad esta flor: ¡qué hermosa! respirad el agradable olor que despide Examinad esta copa: ¡qué excelente licor contiene! bebed, bebed... Pero, ¡deteneos! esta flor y esta copa está envenenada; si las tocáis, moriréis al momento para la eternidad...

   No es más que un pensamiento, dice aquel maligno espíritu, una simple mirada, una complacencia probadlo, ya os detendréis cuando queráis. Si buscáis la felicidad, aquí la podréis hallar... Tened cuidado; ya se avanza el asesino; el incendio empieza por una chispa… Que un buque vaya a pique, ya recibiendo de repente una gran cantidad de agua, ya tomándola poco a poco, el hecho es qne el buque va a pique… El demonio, este monstruo astuto, dice Bossuet, va por grados; inclina primero a Judas a la avaricia, luego le induce a vender a su Dios, más tarde a la traición, y por fin a la desesperación, a la cuerda, al infierno.

   Ved como el maligno espíritu ataca a nuestros primeros padres. La serpiente, dice la Escritura, que era el más astuto de todos los animales, dijo a la mujer: ¿Por qué motivo os ha mandado Dios que no comieseis del fruto de todos los árboles del paraíso? (Gen. III. 1). Esta sola pregunta es un crimen. ¿Por qué, serpiente infernal, te metes en lo qne Dios ha mandado? Lo que Dios ha prescrito es sagrado ¿No obra asi Satanás respecto de todos los hombres para seducirlos? ¿Por qué no habéis de hacer esto? les dice: ¿Por qué no habéis de ver a tal persona? ¿Por qué no habéis de ir a tal sitio? ¿Por qué, etc.?

   Eva le respondió: Dios nos ha prohibido comer del fruto del árbol que está en medio del paraíso, para que no muramos. (Gen. III. 2-3). ¡Imprudente Eva! ha tenido la debilidad de escuchar un instante a la serpiente, y sólo por esto ha empezado a sucumbir y a ser culpable. ¡Ay de mí! ¿No nos conducimos nosotros también de este modo?...

   La serpiente, viendo la debilidad de Eva, va más lejos: al crimen de la pregunta une el crimen de la negativa, y responde a la mujer: De ninguna manera, no sufriréis la muerte (Gen. III. A). ¿No obra el demonio de una manera parecida con nosotros? No hay tanto mal en esto como se dice; es exageración; son demasiado severos. ¡Qué! ¿El infierno por tan poca cosa?... En tercer lugar, al crimen de la pregunta y de la negativa, la serpiente añade el crimen de la afirmación, para instar a Eva y seducirla del todo: No moriréis, dice, porque Dios sabe que el día que comáis de esta fruta se abrirán vuestros ojos, y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal. (Gen. III. 5).

   Ya está Eva seducida y perdida. La mujer vió, pues, que aquella fruta era buena “para comer, y bella a los ojos, y de un aspecto  deleitable; y cogió del fruto, y comióle; y dió también a su marido, que comió como ella. (Gen. III. 6). Y los ojos de ambos quedaron abiertos; y reconocieron que estaban desnudos, etc. (Gen. III. 7). Estos son los felices y los dioses que ha hecho el demonio. Todos los que escuchan a la serpiente, hallan las mismas recompensas...


   O desgraciados mortales que dais oído al demonio, padre de la mentira y de la muerte, enemigo jurado de la felicidad del hombre y del mismo Dios...

   Los demonios, dice San Pedro, os seducen con palabras engañosas, y harán con vuestras almas un tráfico infernal…

   Estos orgullosos espíritus de las tinieblas, dice el Salmista, me ; han ocultado sus redes y sus lazos.

   Cuando el demonio, aquella serpiente resbaladiza que no puede cogerse, se presenta, dice San Jerónimo, si no le aplastáis la cabeza, es decir, si no resistís inmediatamente a su primera sugestión, se precipita toda entera al fondo de vuestro corazon, sin que podáis sospecharlo.

   El demonio es llamado serpiente, y tomó la forma de este reptil para seducir a nuestros primeros padres, porque, 1°, la serpiente es hábil y astuta por naturaleza. 2° Se mantiene en emboscada, ataca al hombre sin ser vista, y le muerde de improvisto. 3° La serpiente se arrastra, inocula su veneno y mata al hombre: el demonio obra de la misma manera. 4° La serpiente toca en el suelo con todas las partes de su cuerpo: el demonio no inspira más que el amor de las cosas terrestres y carnales...

   Para sorprender y engañar a Adán y a Eva, la serpiente, observadlo, dijo cinco mentiras evidentes: la primera: No moriréis: la segunda: Vuestros ojos se abrirán: la tercera: Sereís como dioses: la cuarta: Conoceréis el bien y el mal: la quinta: Dios sabe que lo que digo es verdad, etc...

   El Señor, dice Isaías, el Señor con su espada cortante, larga y fuerte, tomará residencia a Leviatán, serpiente enorme  Leviatán, el tortuoso monstruo, y le matará. Armado con una espada, es decir, con su cruz. Esta serpiente es llamada enorme, a causa de su fuerza; tortuosa 1°  a causa de su genio depravado, y 2°, a causa de sus astucias y dobleces con que rodea al hombre...

   El demonio aparta siempre del bien; lo presenta como inútil, demasiado penoso o impracticable, etc. Siempre lleva al mal y lo presenta como ventajoso, dulce, agradable, etc. Autor de la muerte, jamás conduce a la vida de la gracia y de la gloria, sino a la pérdida de la inocencia y a la muerte espiritual en la tierra y en la eternidad...

“Tesoros de Cornelio Á Lápide”
(http://sanmiguelarcangel-cor-ar.blogspot.com.ar/2017/10/demonios-por-cornelio-lapide-parte-vi.html#more)

DEMONIOS – Por Cornelio Á Lápide. (Parte V)


El demonio está en todas partes; vigila sin cesar para perdernos.


   El demonio está en el aire, en las aguas, en la tierra, en el infierno...

   Nuestros perseguidores, dice Jeremías, han sido más rápidos que las águilas: nos han perseguido en las montañas; nos han tendido lazos en el desierto (Lamentaciones. IV, 19) En un abrir y cerrar de ojos están en donde quieren; andan más veloces que el pensamiento; todo lo ven sin ser vistos; todo lo oyen sin ser oídos ni apercibidos. El demonio está siempre en acecho, y da vueltas sin cesar al rededor nuestro, buscando víctimas: (I. Petr. V. 9).

   Estas idas y venidas, este círculo que forma al rededor nuestro, indican: 1° que el demonio es un vagabundo entregado a la instabilidad, porque, al abandonar a Dios con el pecado, ha perdido la estabilidad de espíritu. El, que quería sentarse en el trono del Omnipotente, ha sido condenado a andar siempre errante, a no sentarse nunca, ni siquiera en el infierno. Jamás tendrá descanso ni sueño. 2° Estas expresiones indican también la ira y el deseo insaciable de dañar que le animan. 3° Pintan sus astucias, sus engaños y sus rodeos. 4° Príncipe del mundo, recorre sin cesar su imperio. 5° Ojea como un cazador. 6° Las vueltas que da, son el emblema de su sagacidad y de sus exploraciones. 7° Obliga a los hombres culpables a acabar de recorrer el círculo de sus iniquidades, a fin de caer entonces en el círculo de la desdicha eternidad...

Ciencia del demonio.


   Satanás, antes de atacar, examina el vicio, la inclinación, la parte débil de cada uno.

   Oíd a San León: Satanás, dice, conoce a quien ha de abrasar con el fuego de la codicia, a quien ha de coger por la gula, a quien ha de poseer por la lujuria, a quien ha de inocular el veneno de la envidia; conoce al que ha de turbarse por los pesares, excederse por la alegría, agobiarse por el temor, y dejarse seducir por la admiración.

   Tantea las inclinaciones de cada uno; descubre sus cuidados, escudriña sus afectos, busca los medios de dañar, explotando sobre todo las inclinaciones del hombre.

   Conoce todo lo que pasa en la tierra. Ve los pensamientos, los deseos, las palabras, los pasos, las acciones y las omisiones de todos los hombres Sabe y conoce todo lo qne ha sucedido desde el principio del mundo Sondea las entrañas y los corazones. Sabe todos los giros y rodeos, los pliegues y dobleces que tiene que seguir para insinuarse, seducir, vencer, derribar, asesinar y llevar al infierno...

   Todo en él se convierte en ojos, en oídos, en lengua, en espíritu, en inteligencia, en astucia, en ciencia. Aunque sumergido en las más profundas tinieblas, todo lo ve, todo lo comprende, todo lo nota, todo lo aprecia...


“Tesoros de Cornelio Á Lápide”

DEMONIOS – Por Cornelio Á Lápide. (Parte IV)



El demonio es débil


   Sujetaos a Dios, dice el apóstol Santiago: resistid al demonio, y huirá de vosotros. Resistidle con una fe viva y firme, dice el apóstol San Pedro.

   Cuando el demonio se acerca y trata de excitar en vosotros movimientos de ira, de orgullo, de impureza, etc., resistidle con valor; y al momento le ahuyentaréis. Porque delante de un alma firme, el demonio tiembla; con los que titubean, es, por el contrario, terrible como un león.

   Él enemigo antiguo, dice San Gregorio, es fuerte contra los que le escuchan, y débil contra los que le oponen resistencia. Sí cedemos a sus sugestiones, es formidable como un león, es vencedor; pero si le rechazamos fuerte y prontamente, queda aplastado como una hormiga.

   Asi pues, para los unos es un león, y para los otros una hormiga: las almas carnales tienen trabajo para escaparse de su crueldad; mientras que las almas puras pisan su debilidad con el pié de la virtud.

   ¿De qué modo, dice Isaías, arrancaremos su presa a un hombre tan esforzado? ¿Cómo recobrar aquello que ha arrebatado un varón tan valiente? He aquí lo que dice el Señor: Le serán quitados al hombre esforzado los prisioneros que ha hecho, y será recobrada la presa que arrebató el valiente.

   Si consideráis la naturaleza del demonio, dice Orígenes, es un gigante, y nosotros unos pigmeos; pero si seguimos a Jesús, que le ha privado de su fuerza, el demonio no nos inspirará ya ningún temor.

   El demonio es muy débil, ante los hombres valerosos y heroicos.

   Es un león rugiente, es terrible: Leo rugiens. (I. Petr. V. 8). Es una serpiente que se arrastra por el suelo; es muy débil. Dios, que le ha dejado sus fuerzas para suplicio suyo, le ha puesto un freno. No puede dominar más que a aquellos a quienes Dios desprecia y abandona: ¡triste poder y reino vergonzoso!...

   El demonio es débil, puesto que emplea la habilidad, la astucia, los rodeos, la mentira; es débil, puesto qne se arrastra y se oculta. Es impotente; Jesucristo le ha derrotado ¿Quién es el que le vence y le derriba? El que está vigilante, el que huye, que ruega, el que desconfía de sí mismo y se mortifica.

   Una sola palabra de Jesucristo ahuyentaba a legiones de espíritus infernales del cuerpo de los poseídos: ¿qué fuerza no ha de tener la presencia de Jesucristo, su gracia, la sagrada comunion? Sólo una señal de la cruz asusta a los espíritus de las tinieblas, y les hace huir, San Bernardo asegura que cualquiera que invoque los santos nombres de Jesús, de María y de José, es invencible, aunque todos los demonios luchen contra él. Tertuliano decía a los perseguidores de la religión, que un poseído, cualquiera que fuese, no podía resistir a un simple cristiano. El demonio es pues muy débil. (Apolog.). Una simple resistencia estrella sus fuerzas y le pone en derrota, dice el apóstol Santiago (IV. 7).

   Los Santos de todos los siglos, de todas las edades y de todos los sexos, han triunfado del demonio y le han aplastado la cabeza; siguiendo su ejemplo, todos nosotros podemos quedar victoriosos de este enemigo salvaje...




“Tesoros de Cornelio Á Lápide”

DEMONIOS – Por Cornelio Á Lápide. (Parte III)


Santa Rosa pelea contra el Demonio y lo vence.

El demonio es fuerte.


   El  Evangelio llama al demonio el fuerte armado: Fortis armatus. (Luc. XI. 21).  ¿Tratáis de indagar cuál es la naturaleza de este enemigo? Es un espíritu ¿Deseáis verle? Es invisible... ¿Queréis conocer su carácter? Es muy malo y muy astuto ¿Su poder? Es, dice San Pablo, el dueño y el gobernador del mundo, esto es, de los siglos: Mundi rectores. (Efesios. VI. 12). Revestíos, dice aquel gran apóstol, de toda la armadura de Dios para poder contrarrestar a las asechanzas del diablo; porque no es nuestra pelea solamente contra hombres de carne y sangre, sino contra los príncipes y potestades, contra los adalides de estas tinieblas del mundo, contra los espíritus malignos esparcidos en los aires (Efesios VI 11- 12).

   Notad estas palabras: principados, potencias, príncipes, del mundo. Según los santos Padres, los demonios han conservado, después de su caída el mismo nombre jerárquico que tenían en el cielo antes de haber caído. Como en un ejército, unos mandan, otros obedecen y tienen señalado un puesto más bajo. De ahí su fuerza inmensa. Los que son llamados principados, potencias, príncipes, son jefes entre los demonios.

   Si tenéis deseos de conocer el lugar que ocupa el demonio, sabed que domina la tierra y cae sobre nosotros desde lo alto de los aires… Si buscáis su morada, sabed que está en todas partes, noche y día… Si preguntáis cuál es su inteligencia, sabed que es muy vasta y superior a la de los hombres más sabios...

   Hombres de gran fuerza, dice el Salmista hablando de los demonios, arremeten contra mí: Irruerunt in me fortes. (LVIII. 4). ¿Cómo arrancar su presa a un hombre esforzado? dice Isaías: ¿cómo recobrar aquellos que ha arrebatado un varón valiente? (XLIX. 24).

   Sí consideráis su naturaleza, el demonio es un gigante, dice Orígenes. (Homil VII c. XII).

   Espíritus inteligentes, activos, ágiles y vigilando sin cesar, los demonios tienen un gran poder, triplicado todavía por su audacia, su odio y crueldad. Cayendo, han conservado todas sus fuerzas. Los demonios son tan fuertes, que San Pablo baste los llama dioses de este siglo: (II. Cor. IV. 4).

   Semejantes expresiones nos prueban con evidencia cuán fuerte y poderoso es el diablo...

   Lo que obliga a decir con mucha razón a San Crisóstomo: Si los demonios están asi organizados en ejércitos, si son espíritus, si son los amos del mundo, ¿cómo, decidme, os entregáis al placer, y cómo los venceremos sin armas?

   Añadid a la fuerza y al poder de los demonios, su número prodigioso. Y toda esta espantosa multitud no cesa de hacernos una guerra encarnizada...

De qué modo es fuerte el demonio y contra quien.


   Oíd a San Agustín: San Pablo, exclama, llama príncipes a los demonios; pero, para que no creáis que son príncipes del cielo y de la tierra los llama solamente príncipes del mundo, esto es, príncipes de los amantes del mundo, del mundo lleno de tinieblas, del mundo de los impíos y de los malos, del mundo del que se dice en el Evangelio que al presentarse Jesucristo en él, este mundo no lo conoció. Son los príncipes de aquel mundo contra el cual el Salvador lanzó el aterrador anatema: ¡Vae mundo! ¡Desgraciado mundo! Padre mío, dice en otra parte, no ruego por el mundo: Non pro mundo rogo. (S. Aug., in Salmo. LIV).

   Los demonios son los príncipes del mundo del que habla Jesucristo cuando dirigiéndose a su Padre, le dice: Oh Padre justo, el mundo no te ha conocido: Pater juste, mundus te non cognovit. (Juan. XVIII. 25); del mundo que el Rey Profeta llama tierra de olvido: (LXXXVIII. 13); del mundo del que se dice en el Apocalipsis: ¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra! (VIII. 13). Los demonios son los príncipes de un mundo semejante al que el diluvio cubrió con sus aguas; son los príncipes de los que llevan la señal o divisa de la bestia, y adoran su imagen, como dice el Apocalípsis (XVI. 2).

   Se dice en el Apocalipsis que el dragón se apostó en la arena del mar (XII. 17-18). ¿Qué significan estas palabras? ¿Por qué el demonio, que es este dragón, se detuvo a orillas del mar en la arena? La Escritura quiere decir con esto que el demonio no es fuerte y no prevalece sino contra los hombres estériles en buenas obras, e inconstantes como la arena de las orillas del mar; quiere decir también que Satanás no domina más que a los que se exponen a los huracanes, a las tempestades, a las olas encrespadas y furiosas de las pasiones; a aquellos, en una palabra, que se parecen a la arena de las orillas del Océano, arena expuesta a todas las tempestades, y muchas veces arrebatada, dispersada y sumergida. En las orillas del mar del mundo es en donde está el dragón para atormentar y anegar a sus víctimas en las agitadas olas de la concupiscencia, del vicio y del crimen...

   Jesucristo ha venido, dice San Agustín, y ha encadenado al demonio. Pero, me diréis: Si está encadenado, ¿por qué es todavía tan poderoso? Es verdad, hermanos míos, que todavía es muy poderoso; pero no reina más que sobre los tibios, los negligentes y los que no temen verdaderamente a Dios.

   Satanás reina sobre lodos los hijos del orgullo, dice Job (XLI. 25).

   ¿Contra quién es fuerte el demonio? Contra los sordos, los ciegos, los mudos, los cojos, los paralíticos, los muertos espirituales...

   ¿Contra quién es fuerte? Contra los padres negligentes, escandalosos, que cierran los ojos para no ver los vicios de sus hijos; contra los hijos desobedientes, sin amor y sin respeto a aquellos que les han dado la vida.

   ¿Contra quién es fuerte el demonio? Contra aquel joven que imita al hijo pródigo, contra aquella joven que, faltando a las promesas de su bautismo, se despoja del sagrado vestido de Jesucristo, se viste con el de Satanás, no recata ya sus sentidos, y arroja de su corazon el amor de Dios, sustituyéndole por el amor corrompido del mundo y de las pasiones de la carne...

   ¿Contra quién es fuerte el demonio? Contra los avaros, los impúdicos y los que abandonan la oración, la vigilancia y los Sacramentos, etc...

   El demonio sólo es fuerte porque le ayudamos.

   Mientras que los hombres dormían, dice Jesucristo, vino cierto enemigo suyo y sembró cizaña en medio del trigo (Mateo. XIII. 25).

   Jesucristo, es verdad, ha encadenado al demonio con su cruz; le ha dicho como en otro tiempo al Océano: Hasta este sitio llegarás, y de aquí no has de pasar; aquí se estrellará el orgullo de tus olas.

   Mirad a aquel león encadenado: ve una presa, se lanza; pero se halla detenido: se lanza de nuevo con más furor, y muerde su cadena de rabia: vanos esfuerzos, rabia inútil; su presa está demasiado lejos, no puede alcanzarla: ella nada teme; pero si se acerca mucho el león, lanzándose de nuevo la cogerá y devorará.

   El perro encadenado puede ladrar, pero no puede morder, dice San Agustín, más que al imprudente que se pone A su alcance.

   Cuán insensato es el que so deja devorar por el león encadenado, o morder por el perro atado. A ellos os parecéis, pecadores imprudentes. Como ellos, os dejáis morder y, devorar por el demonio.

   Encadenado no puede alcanzaros para desgarraros: puede rugir, ladrar, solicitaros; pero no puedo exterminar más que al que lo quiere, añade San Agustín. Porque el demonio no daña violentando, sino persuadiendo: no nos arranca a viva fuerza nuestro consentimiento; no puede más que pedirlo.

   Los demonios no nos combaten porque hacemos su voluntad, dice el abate Abraham; nuestras voluntades son las que se cambian en demonios y nos atormentan.

   Preguntado sobre la manera de que podían valerse los demonios para cogernos, el abale Achille respondió: Con la ayuda de nuestra voluntad. Y añadió: Nuestras almas son la leña, el diablo es la segur, y el leñador es nuestra voluntad. Nuestras voluntades perversas son pues las que hacen que seamos cortados y derribados.

   He aquí porqué dice San Bernardo: Que cese la voluntad propia, y no habrá infierno.



“Tesoros de Cornelio Á Lápide”
(http://sanmiguelarcangel-cor-ar.blogspot.com.ar/2017/08/demonios-por-cornelio-lapide-parte-iii.html)

DEMONIOS – Por Cornelio Á Lápide. (Parte II)



¿Por qué ha salvado Dios al  hombre y no al ángel?

   Los santos Padres indican cinco causas principales que han hecho que el perdón se negara al ángel y se concediera al hombre.

   La primera es que el hombre ha pecado por fragilidad de la carne; mientras que el ángel, no teniendo cuerpo, no tenía esta fragilidad...

   La segunda es que el ángel ha pecado sin ser tentado por nadie; mientras que el hombre ha sido tentado y seducido por el demonio...

   La tercera es que no ha caído toda la raza de los ángeles, sino sólo parte de ellos; mientras que en la persona de Adán toda la naturaleza humana ha caído. La posteridad de Adán no era indigna del perdón, puesto que no había tomado parte con su voluntad en el pecado del primer hombre. Asi lo siente San Agustín...

   La cuarta es que el ángel, a causa de su gran inteligencia, ha pecado con plena voluntad y malicia; mientras que el hombre, dotado de una inteligencia más escasa, ha pecado por debilidad y obedeciendo a un impulso extraño, más bien que por una voluntad muy deliberada y por malicia...

   La quinta es que el ángel ha sido creado en el más alto grado de honor que pudiera alcanzar mientras estaba aún en el camino del mérito, y debía ser confirmado en gracia por la contemplación de su Criador. El hombre, por el contrario, había sido creado en un orden inferior. Colocado en la tierra, destinado a multiplicar su raza antes de llegar a mejor vida, se hallaba más apartado de la bienaventuranza...

El demonio es homicida.

   Vosotros sois hijos del diablo, dijo Jesucristo a los escribas y fariseos, orgullosos y criminales, y asi queréis satisfacer los deseos de vuestro padre: El fué homicida desde el principio, y criado justo, no permaneció en la verdad  (Juan. VIII. 44).

   Con su rebelión, el demonio se dió la muerte… Ha sido homicida del primer hombre, y lo es de la raza humana… Hasta quería destruir a Dios, si hubiese podido, a fin de usurpar su puesto. Y lo que no ha podido hacer a Dios en el cielo, se lo ha hecho en la tierra, haciendo que los judíos matasen a Jesucristo...

   El demonio es el padre de la muerte; no ha engendrado jamás otra cosa más que la muerte. No sabe hacer vivir: como un ladrón hábil y feroz, no sabe más qne despojar, degollar y reírse de los crímenes que puede cometer...
El demonio es el padre de todos los crímenes y de todas las herejías.

   El que comete pecado, del diablo es hijo, porque el diablo continúa pecando desde el momento de su caída, dice el apóstol San Juan. El demonio es el príncipe del pecado, y el padre de todos los males, dice San Cirilo.

   El demonio es el autor de todos los crímenes, de todas las mentiras y de todos los errores: por esto es el padre de los herejes y de las herejías. Sin él jamás habría existido el pecado; y sin él, por consiguiente, jamás habría habido miserias, enfermedades, muerte e infierno; porque todas estas cosas terribles son la pena del pecado… Ningún ser es tan culpable, criminal, depravado e infame como lo es Satanás...

¿Por qué compara Jesucristo el demonio al relámpago y al rayo?

   Yo estaba viendo, dice Jesucristo a sus apóstoles, caer del cielo á Satanás A manera de relámpago (Luc. X. 18).

   Lucifer es comparado al relámpago y al rayo: 1° a causa de su agilidad...; 2° a causa de su poder para dañar...; 3° porque llega pronto, pero pasa y desaparece de la misma manera, si no se le escucha...; 4° porque aparece algunas veces bajo una forma brillante y pura: aunque rechazado, y despreciado y maldecido, se trasforma en ángel de luz...

¿Por qué es llamado león el demonio?

   Sed sobrios y velad continuamente, dice el apóstol San Pedro; porque el diablo, vuestro enemigo, anda girando al rededor vuestro como un león rugiente en busca de presa que devorar (1. V. 8).

   Satanás es llamado león; porque,  1° como el león, vela… 2° Es cruel como el león… 3° Ruge como el león… 4° El león que se arroja sobre su presa, obedece a la ira, a la rabia, al hambre; y lo mismo sucede con el demonio: el león desprecia y pisotea las sobras de su presa; el demonio desprecia y pisotea a los que pervierte y mata… 5° EI león se oculta para sorprender a su presa; el demonio también… 6° El león se enfurece; Satanás también... 7° El león huele mal; el demonio esparce por todas partes el mal olor de las pasiones y del pecado… 8° El león y el demonio desean poder devorar… 9° E1 león y el diablo rondan buscando su presa…10° El león ataca sobre todo a los animales de gran tamaño y poderosos, desprecia a los pequeños y a los débiles, no come más que lo que coge vivo; el demonio hace del justo su víctima privilegiada, ataca sobre todo a las almas más piadosas, más santas, más elevadas en virtud y más heroicas; desprecia los corazones cobardes y carnales… 11°. El león y el demonio se lanzan con más furor sobre el hombre cuando se ven heridos...



“Tesoros de Cornelio Á Lápide”

DEMONIOS – Por Cornelio Á Lápide. (Parte I)


¿HAY DEMONIOS?

   No hay duda que hay espíritus malhechores que se llaman demonios, pues la Sagrada Escritura nos lo atestigua y todas las naciones lo han unánimemente reconocido.

   Las naciones paganas han creído en la existencia de ciertos genios, unos buenos y otros malos; deduciendo de esto que era preciso ganar el afecto de los buenos con respetos, ofrendas y oraciones, y apaciguar la cólera y la malignidad de los malos. De ahí nacieron la idolatría, el politeísmo, las prácticas supersticiosas, la magia, adivinación, etc. Esta creencia ha sido también la de los filósofos paganos...

   La revelación ha venido a ilustrarnos sobre la existencia de los demonios. Moisés nos dice que la primera mujer fué engañada y desobedeció a Dios por sugestiones de un enemigo pérfido oculto bajo la forma de serpiente. (Gen. III. 1). Dice el libro del Deuteronomio que los israelitas inmolaron sus hijos e hijas a los demonios.

   Jesucristo ha hablado de la existencia de los demonios; los arrojaba del cuerpo de los poseídos. También nos hablan de ellos los Apóstoles. La existencia de los demonios es un dogma de la Iglesia católica...

¿QUÉ SON LOS DEMONIOS?

   Demonio quiere decir espíritu, genio, inteligencia: así es que esta palabra, que significa un ser dotado de conocimiento, nada tiene de odioso en sí mismo. En el Nuevo Testamento, el nombre de demonio se toma siempre a mala parte, significa un espíritu malo, enemigo de Dios y de los hombres...

   Al principio de la creación, Dios sacó los ángeles de la nada, como todo lo demás. Los hizo buenos; porque Dios no puede ser el autor de ninguna cosa mala. Está escrito que todas las obras de Dios eran muy buenas: (Gen. I. 31).

   La Escritura nos enseña qne desde el momento de su creación todos estos ángeles, que eran casi innumerables, se hallaron colocados en el cielo. Nos enseña también que muchos de entre ellos se rebelaron contra su Criador, y que en castigo de su crimen fueron condenados a eternos suplicios. A estos últimos aplica la Escrituro el nombre de demonios. Los demás ángeles permanecieron fieles a Dios, y fueron confirmados en la gracia.

   Por su naturaleza los ángeles son espíritus inteligentes, activos, inmortales, desprendidos de toda materia, y destinados por Dios a vivir y a alimentarse puramente de la contemplación...

   Los ángeles son las criaturas que más de cerca se parecen a la majestad divina, infinita en perfecciones. Dios los ha creado para formar su corte. Y es una cosa segura que la munificencia de Dios ha derramado a manos llenas sobre aquellas hermosas inteligencias los dones naturales de que hemos recibido algunas partículas.

   Al caer, nada han perdido los ángeles rebeldes de su naturaleza, de su vasta inteligencia, de su agilidad, de su espiritualidad; no han perdido más que su inocencia, su hermosura, su felicidad. Bien es verdad que para ellos es una pérdida inmensa ¿Qué ha sido de estos ángeles caídos? Nos lo dice San Agustín. El demonio es el doctor de la mentira, el adversario del género humano, el inventor de la muerte, el preceptor del orgullo, el príncipe de la malicia, el autor de los crímenes, el príncipe de todos los vicios, el instigador de los vergonzosos deleites. ¿Puede darse nada más corrompido ni más malo que nuestro enemigo?

   La Sabiduría pinta a los demonios del modo siguiente: Son monstruos de una especie desconocida, llenos de un furor inaudito, respiran llamas, vomitan negro humo, y lanzan de sus ojos horribles centellas; no sólo pueden exterminar con sus mordeduras, sino que únicamente con su vista pueden matar de espanto.

   Jesucristo y sus apóstoles atribuyen a los demonios los mayores crímenes, la incredulidad de los judíos, la traición de Judas, la ceguedad de los paganos, las enfermedades crueles, las posesiones y las obsesiones. Llaman a Satanás padre de la mentira, príncipe de este mundo, príncipe del aire, antigua serpiente, diablo.

   En los exorcismos, el demonio es llamado espíritu inmundo, miserabilísimo, tentador, engañoso, padre de la mentira y de las herejías, feroz, serpiente, autor de la impudicicia, ser desprovisto de prudencia, insensato, devastador, horrible, afeminado, envenenador, monstruo de los monstruos, ser arrojado del paraíso, de la gracia de Dios, de la mansión de la felicidad, de la asamblea y de la sociedad de los ángeles, criatura reprobada y maldita de Dios por la eternidad, orgullosa, infame, llena de crímenes, de abominaciones y de blasfemias, cubierta de maldiciones, cargada de excomuniones y merecedora de los fuegos del infierno. He aquí los nombres y los títulos que la Iglesia da al demonio, apostrofándole en los exorcismos, por ellos, juzgad lo que es efectivamente.

CAUSAS DE LA CAÍDA DE LOS DEMONIOS.


   Tertuliano, San Basilio, San Cipriano, San Bernardo, el abate Rupert, Suarer, y una multitud de teólogos, dan como probable que lo que hizo pecar a Lucifer en el cielo y le llevó al orgullo, fué la envidia que experimentó en el momento en que Dios le reveló que su Hijo se haría hombre, y le mandó sujetarse a Jesucristo encarnado. Tuvo envidia de que el Hijo de Dios tomase la naturaleza humana, y no pudo sufrir ser pospuesto al hombre, él, el más noble, el más hermoso y el más inteligente de los ángeles; no pudo sufrir esta unión hipostática del hombre con el Verbo; deseó que esta unión se verificase en él mismo, y se negó a reconocer por superior suyo al hombre hecho Dios por la encarnación, no habiendo Dios querido acceder a su deseo, Lucifer se rebeló contra él y contra Jesucristo, y aconsejó a los ángeles que le siguiesen en su rebeldía. En su carta a los Hebreos, parece que San Pablo favorece este sentimiento: Y otra vez Dios al introducir a su primogénito en el mundo, dijo: Adórenlo todos los ángeles de Dios. Los ángeles que adoraron los secretos de Dios, se sometieron  su voluntad y reconocieron por dueño suyo a Jesucristo hecho hombre, fueron conservados en su feliz estado; aún más, fueron elevados hasta lo más alto de los cielos y confirmados en la gracia.

   El orgullo es el que hizo caer al ángel desgraciado, que ha sido comparado, a causa de sus luces, a la estrella de la mañana. ¿Cómo, dice Isaías, caíste del cielo, oh lucero, tú que tanto brillabas por la mañana? ¿Cómo fuiste precipitado por tierra?  (XIV. 12). ¿Cómo, o Lucifer, te has vuelto tenebroso y eres el espíritu malo de las tinieblas? ¿Cómo has caído del punto más alto al grado más bajo, de la gloria a la ignominia, de la vida a la muerte, del cielo al infierno?

   El príncipe de los ángeles rebeldes se llama Lucifer, porque brillaba de gracia y de gloria en el cielo, como brilla en el firmamento la estrella de la mañana, que se llama Lucifer, esto es, porta-luz.

   Esto, en sentido místico, significa que la ruina de Lucifer tuvo lugar en la aurora, esto es, en el mismo principio de la creación del mundo.

   Lucifer, continúa Isaías, tú decías en tu corazon: Escalaré el cielo y levantaré mi trono sobre los astros de Dios: (XIV. 14). ¿Cómo has caído, tú que eras el sello de la imagen de Dios? Esto es, ninguna criatura se parecía más a Dios que tú; estabas lleno de sabiduría y colmado de hermosura; vivías en medio de las delicias del paraíso de Dios; en tus vestiduras brillaban toda suerte de piedras preciosas; perfecto has sido en tus obras desde el día de tu creación, y has permanecido tal hasta que la maldad se ha hallado en ti. (Ezech. XXVI1I. 12-15). Y ¿cuál ha sido esta iniquidad, sino haberte mirado demasiado a ti mismo y haberte hecho un lazo con tu propia excelencia?

   Desgraciada, cien veces desgraciada, exclama Bossuet, la criatura que no quiere mirarse en Dios, y fijándose en sí misma, se separa del manantial de su ser, que lo es también, por consiguiente, de su perfección y de su felicidad, este orgulloso, que se había constituido en Dios de sí mismo, puso el ciclo en rebelión; y Miguel, que se halló a la cabeza del orden en que esta rebelión hacia tal vez más prosélitos, exclamó: ¿Quién es como Dios? ¿Quis ut Deus?

   Y de esto le viene el nombre de Miguel, esto es: ¿quién es como Dios? Como si hubiera dicho: ¿Quién es el que quiere presentársenos como otro Dios, y ha dicho en su orgullo: Me elevaré hasta los cielos, dominaré lodos los espíritus y seré semejante al Altísimo? ¿Quién es pues este nuevo Dios que así quiere alzarse sobre nosotros? Pero no hay más que un sólo Dios; unámonos todos para seguirle, y digamos todos juntos: ¿Quién es semejante a Dios? Porque, ved lo que de repente sucede a este falso este Dios que quería hacerse adorar: Dios le ha herido, y ha caído como los ángeles imitadores suyos. Tú que te elevabas a lo más alto de  los cielos, has sido precipitado al infierno, a la más honda mazmorra: En su caída, conservó todo su orgullo, porque su orgullo debe  ser su suplicio. (Bossuet, sobre los Demonios).

   Se trabó una gran batalla en el cielo, dice el Apocalipsis: Miguel y los ángeles suyos peleaban contra el dragón; y el dragón con sus ángeles lidiaba contra él. Pero éstos fueron los más débiles, y después no quedó ya para ellos lugar ninguno en el cielo. Asi fué abatido aquel dragón descomunal, aquella antigua serpiente llamada diablo, y también Satanás, que anda engañando a toda la tierra; y fué precipitado, y con él los ángeles suyos.

   Seré semejante al Altísimo. El demonio, dice San Bernardo, no permaneció en la verdad, porque no se apoyó en el Verbo. Quiso sentarse, él que ni de pié podía tenerse por sí mismo. Y él decía: Me sentaré. Pero Dios, pensando de  otra manera, no le permitió sentarse ni quedarse de pié; entonces el demonio cayó; Jesucristo lo dice: Yo estaba viendo a Satanás desde el principio del mundo caer del cielo a manera de relámpago. (Luc. X. 18). Asi pues, que no se fie de sí mismo el que está de pié, si no quiere caer; descanse antes bien sobre el Verbo. El Verbo lo dice: Sin mi nada podéis hacer.

   Me sentaré, seré semejante al Altísimo. ¡Oh impudente! exclama el mismo padre: oh ¡imprudente! Millones de ángeles le sirven, y centenares de millones están prontos para ejecutar sus órdenes; y tú te sentarás. Los querubines están de pié, y no se sientan. ¿Qué has hecho para ser digno de sentarte?

   He visto, dice Isaías, al Señor sentado en un solio excelso y elevado; y los serafines estaban de pié (VI. 1-2). ¿Por qué, prosigue San Bernardo, tú que aparecías por la mañana, o Lucifer, porque no permaneciste en la verdad, sino es porque no fuiste Serafín? Pues Serafín quiere decir iluminado é inflamado.

   Pero tú, miserable, has tenido la luz sin calor. Más te hubiera valido ser abrasado que brillante: debías reprimir aquel orgullo de parecer; y como tú servías de espejo, debías humillarte. Pero, al contrario, tú dijiste Subiré sobre las nubes, y me sentaré. Y has caído. Los serafines están de pié y firmes, porque la caridad nunca fenece, dice San Pablo (1. Cor. XIII. 8). Están de pié, admirados, perdidos en la contemplación de aquel que está sentado sobre su trono; permanecen en eterna inconmutabilidad y en inconmutable eternidad. Tú, Lucifer, te propusiste sentarte. ¡Oh impío! Por esto vacilaron tus pies, y queriendo subir, caíste. El Hijo del Eterno, que está sentado sobre un trono, es el Señor de los ejércitos que lodo lo juzga con calma. Solo la Trinidad se sienta: solo tiene inmutabilidad; pero los serafines están de pié. (Serm. III. In Isai.).

   El crimen de los ángeles rebeldes fué pues: 1° una excesiva complacencia en su hermosura y excelencia; 2° su negativa a querer depender de Dios, la voluntad de bastarse a sí mismos y de vivir únicamente por ellos; 3° haber querido irrogarse la beatitud y alcanzarla con sus propias fuerzas, sin querer obtenerla del poder y de la bondad de Dios; 4° haber querido elevarse sobre los otros ángeles, y haberse negado a estar bajo las órdenes de nadie, ni siquiera de Dios.
   Lucifer pecó: 1° por un orgullo intolerable; 2°  por su rebelión, asi como por la de sus ángeles, contra Dios y contra la Iglesia celestial 3° Lucifer y sus ángeles cometieron un crimen de lesa majestad divina, queriendo apoderarse del trono del mismo Dios 4 ° Lucifer trató de arrastrar a la rebelión a los ángeles; y trata aún todos los días de alistar a los hombres bajo su enseña; 5° es el autor de todos los pecados; pero también es la criatura que se halla sumergida en lo más profundo del infierno.

   La primera causa de la caída de los ángeles fué el orgullo.

   La segunda causa de su caída fué su misma nada. Tenían su grandeza y su perfección de la mano de Dios: hubieran debido reconocerlo asi; pero pobres y débiles, a causa de la nada de que habían sido sacados, quisieron descansar sobre sí mismos: no hallaron más que la nada, y cayeron. Alejándose de Dios, su única fuerza, quedaron reducidos a la debilidad suprema.

   La tercera causa de su caída fue el mal uso que hicieron de su libertad.

   ¿Qué han ganado? ¡Ay! todo lo han perdido Eran ángeles de luz, y se han convenido en espíritus de tinieblas; eran buenos, hermosos y felices, y se han vuelto malos, perversos, horribles y muy desgraciados.

   Las mismas causas que han perdido A los ángeles, pierden a los hombres que les imitan. Adán quiso seguir su ejemplo, y cayó en un abismo de males, del que jamás habría salido sin la infinita misericordia de Dios.

   Temblemos Si los ángeles han caído estando en el cielo, sí Adán ha caído estando en el paraíso terrenal, si Sansón, David y Salomón han caído, si caen los cedros del Líbano, ¿qué temor y qué humildad no debemos abrigar nosotros que no somos más que débiles cañas? Por esto el gran Apóstol nos exhorta a trabajar en la obra de nuestra salvación con temor y temblor. (Philip. II. 12).



“Tesoros de Cornelio Á Lápide”
(http://sanmiguelarcangel-cor-ar.blogspot.com.ar/2017/07/demonios-por-cornelio-lapide-parte-i.html)

jueves, 26 de octubre de 2017

Halloween: ¡una vez al año sí hace daño! Explicación bíblica.


Una vez al año, Halloween sí hace daño. El Padre Sam nos habla de esta fiesta a la luz de la Sagrada Escritura.

8 cosas que todo cristiano debe saber sobre Halloween

Imágenes: Calabazas (Flickr: The-B's) - Bruja (Flickr: Lumiago) - Demonio (Flickr: Adrian Scottow)

REDACCIÓN CENTRAL, 21 Oct. 17 / 04:13 pm (ACI).- “¿Cómo hace el demonio para alejarnos del camino de Jesús? La tentación comienza levemente, pero crece: siempre crece. Segundo, crece y contagia a otro, se transmite a otro, trata de ser comunitaria. Y, al final, para tranquilizar el alma, se justifica. Crece, contagia y se justifica”, advirtió el Papa Francisco en abril del 2014.

Cercanos a la noche de Halloween, que se celebra cada 31 de octubre, compartimos 8 cosas que todo cristiano debe saber sobre esta fiesta pagana que poco a poco se ha expandido en todo el mundo.

1. El origen del nombre

La Solemnidad de todos los Santos es el 1 de noviembre y en la Iglesia se empieza a celebrar desde la noche anterior. Por ello la noche del 31 de octubre, en el inglés antiguo, era llamada “All hallow’s eve” (víspera de todos los santos). Más adelante esta palabra se abrevió a “Halloween”.

2. Las raíces celtas

Ya en el siglo VI A.C., los celtas del norte de Europa celebraban el fin de año con la fiesta de “Samhein” (o La Samon), festividad del sol que se iniciaba la noche del 31 de octubre y que marcaba el fin del verano y de las cosechas. Al respecto, ellos creían que aquella noche el dios de la muerte permitía a los muertos retornar a la tierra, fomentando un ambiente de terror.


Según la religión celta, las almas de algunos difuntos se encontraban dentro de animales feroces y podían ser liberadas con sacrificios de toda índole a los dioses sacrificios, incluyendo sacrificios humanos. Una forma de evitar la maldad de los espíritus malignos, fantasmas y otros monstruos era disfrazándose para tratar de asemejarse a ellos y así pasar desapercibido ante sus miradas.

3. Su mezcla con el cristianismo

Cuando los pueblos celtas fueron cristianizados, no todos renunciaron a sus costumbres paganas. Asimismo, la coincidencia cronológica de la fiesta pagana del “Samhein” con la celebración de todos los Santos y la de los difuntos, al día siguiente (2 de noviembre), hizo que las creencias cristianas se mezclaran con las antiguas supersticiones de la muerte.

A través del arribo de algunos irlandeses a Estados Unidos, se introdujo en este país el Halloween, que llegó a ser parte del folklore popular del país norteamericano. Luego, incluyéndose los aportes culturales de otros migrantes, se introdujo la creencia de las brujas, fantasmas, duendes, drácula y diversos monstruos. Más adelante esta celebración pagana se propagó a todo el mundo.

4. Una de las principales fiestas satánicas

Según el testimonio de algunas personas que practicaron el satanismo y luego se convirtieron al cristianismo, Halloween es la más importante fiesta para los cultos demoníacos porque se inicia el nuevo año satánico y es como una especie de “cumpleaños del diablo”. Es en esta fecha que los grupos satánicos sacrifican a jóvenes y especialmente a niños porque son los preferidos de Dios.

5. ¿Truco o Dulce?

En Halloween los niños y no tan niños se suelen disfrazar de seres horribles y temerarios y van de casa en casa exigiendo “trick or treat” (truco o dulce). La creencia es que si no se les da alguna golosina, los visitantes harán una maldad al residente del lugar. Hay quienes consideran que los inicios de esta costumbre están en la persecución que se hacía a los católicos en Inglaterra, donde sus casas eran presa de amenazas.

6. Jack y la calabaza

Existe una antigua leyenda irlandesa, en la que se cuenta de un hombre llamado Jack que había sido tan malo en vida que supuestamente no podía ni entrar al infierno por los demasiados trucos que le había jugado al demonio. Es así que tuvo que permanecer en la tierra vagando por los caminos con una linterna, hecha de un vegetal vacío con un carbón encendido.


La gente supersticiosa para ahuyentar a Jack ponía una linterna similar en la ventana o al frente de su casa. Más adelante, cuando esto se popularizó, el vegetal para hacer la linterna pasó a ser una calabaza con agujeros en forma del rostro de una calavera o bruja.

7. Un gran negocio

Hollywood ha contribuido con la expansión celebrativa del Halloween a través de sus numerosas películas en las que la violencia gráfica y asesinatos crean en el espectador un estado morboso de ansiedad y angustia, provocando muchas veces una idea errónea de la realidad. Asimismo, las máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos son motivo para que algunos empresarios fomenten el “consumo del terror” y saquen su provecho económico de esta “moda” norteamericana.

8. La fiesta de disfraces

Según el Padre Jordi rivero, gran apologeta, celebrar una fiesta con disfraces no es intrínsecamente malo, siempre y cuando se cuide que el disfraz no vaya en contra del pudor, del respeto por lo sagrado y de la moral en general.

Es por ello que en los últimos años ha ido en aumento la celebración alternativa del “Holywins” (la santidad vence), que consiste en disfrazarse del Santo o Santa favorito y participar la noche del 31 de octubre en diversas actividades de la parroquia, como Misas, vigilias, grupos de oración por las calles, adoración eucarística, canto, música y baile en “clave cristiana”.
(https://www.aciprensa.com/noticias/8-cosas-que-todo-cristiano-debe-saber-sobre-halloween-48850)

10 sugerencias para que disfrutes celebrar a los Santos y te “olvides” de Halloween



CIUDAD DE MÉXICO, 22 Oct. 17 / 07:25 pm (ACI).- En un artículo publicado por el SIAME la licenciada Alejandra María Sosa Elízaga, propone 10 sugerencias prácticas para festejar en familia, en grupo o con la comunidad parroquial la víspera de la Solemnidad de Todos los Santos el martes 31 octubre.

“Como cada año por estas fechas, comercios y calles se inundan de diablos, fantasmas, monstruos, calacas (calaveras), y demás parafernalia de ‘Halloween’, mucha gente lo toma como algo normal e incluso divertido, pero pensándolo bien, desde el punto de vista cristiano, ¿qué tiene de divertido disfrazar a los niños o decorar la casa con personajes que representan el mal, la tiniebla, lo opuesto a Aquél que es la Luz del mundo, enemigos del Señor en quién creemos?”, explica la autora en el artículo titulado “¡Celebremos a los santos, no a los espantos!”.

Además, añadió que la intención es organizar “un festejo sencillo, divertido, en el que estén presentes las dos cosas que más gustan del Halloween a los niños: disfrazarse y recibir dulces, pero dándoles un giro, para que no sea una fiesta pagana y mucho menos anti cristiana”.

Aquí 10 sugerencias prácticas para una buena celebración:

1. Disfraces de santos

Que todos, niños y adultos, vayan disfrazados de santos, y cada uno platique por qué eligió ese disfraz, qué es lo que le gusta de ese santo o santa.

2. Dulces con estampitas


A los niños que toquen a la puerta pidiendo dulces, no darles golosinas decoradas para Halloween, sino golosinas normales a las que se les dibujen caritas sonrientes con aureola, y regalar también estampitas de santos (se pueden mandar hacer fotocopiadas y recortadas, por ejemplo, de nuestro nuevo niño santo, San Joselito).

3. Realizar actividades por equipos

Dividir a los asistentes a la fiesta en equipos, darles material (papel crepé, de china, cuerdas, etc.) para que se diviertan elaborando un disfraz de santo para disfrazar a algún miembro del equipo, y que cada equipo explique por qué eligió ese santo, y cuente lo que sepa de su vida. Y a todos darles premio por su ingenio y esfuerzo.

4. Dibujar a los santos

Que chicos y grandes se entretengan haciendo e iluminando dibujos de sus santos favoritos, (no le hace que no les salgan perfectos), para pegarlos en la pared como exposición.

5. Tomar fotografías de los asistentes con “aureolas”

Recortar aureolas de papel y pegarlas en la pared a diferentes alturas, para que los asistentes se paren delante de la pared y se les tome foto y parezca que tienen aureola. Quedan muy simpáticas las fotos de todos convertidos en ‘santitos’.

6. Contar anécdotas e historias

Que cada uno de los asistentes se prepare con anticipación para contar alguna anécdota interesante, conmovedora o divertida de algún santo.

7. Festival de videos


Organizar un mini festival de videos de vidas de santos.

8. Frases de santos por toda la casa

Poner entre los avisos de la iglesia o en alguna pared de la casa, papeles con frases favoritas de diversos santos, sobre todo del santo patrono de esa iglesia particular.

9. Celebrar una Misa

Asistir juntos el día 1 de noviembre a la Misa de la Solemnidad de todos los Santos.

10. Leer el Catecismo

Leer lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de los santos (entre los numerales del 956 al 957), y al final hacer una oración para pedir la intercesión de los santos, en especial de los patronos o favoritos de los asistentes.

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Etiquetas: Santos, Halloween, Todos los Santos
(https://www.aciprensa.com/amp/noticias/10-sugerencias-para-que-disfrutes-celebrar-a-los-santos-y-te-olvides-de-halloween-38351)

Un exorcista resalta la influencia de Satanás en Hollywood y revela sus exorcismos a tres artistas

Un exorcista resalta la influencia de Satanás en Hollywood y revela sus exorcismos a tres artistas

El padre Antonio Mattatelli cuenta la relación entre Satanás y el mundo del espectáculo: Fama, poder a cualquier precio, libertinaje sexual, drogas...

J. Lozano / ReL26 octubre 2017
Antonio Mattatelli es el exorcista oficial de la diócesis italiana de Tricarico, en la provincia de Potenza. A sus 45 años, el también párroco de Santa María Assunta en Montemurro, ha sido durante bastante tiempo el exorcista más joven del país.

Pese a su edad, ya tiene una amplia experiencia en su lucha contra el demonio y en una entrevista vincula los graves escándalos que se han destapado en Hollywood durante las últimas semanas con una actuación intensa de Satanás en el mundo del espectáculo.

La oscuridad del caso Weinstein 
Durante décadas, las películas de Hollywood han entrado en los hogares de cientos de millones de todo el mundo, convirtiendo a esta industria  en un elemento de influencia ideológica de primer orden. Y según el exorcista italiano, el demonio ha sabido aprovechar esto.



Ahora que ha saltado el caso Weinstein, el todopoderoso productor que habría abusado sexualmente a decenas de actrices y trabajadoras a cambio de impulsar sus carreras, han quedado de manifiesto las cloacas de Hollywood.

Las cloacas de Hollywood
Son ya numerosas las voces que admiten que lo sabían y no hicieron nada. El último ha sido el director Quentin Tarantino. Y mientras tanto, las actrices que fueron víctimas de Weinstein durante años han desfilado de su mano en la alfombra roja mientras se erigían en baluartes del feminismo.

Pero lo más llamativo es que los casos de abusos sexuales, e incluso en el pasado se habló de pedofilia, parecen no han sido aislados sino más bien generalizados. Y cada vez hay más denuncias.

Según explica el exorcista Mattatelli en una entrevista en Radio Campus Cussano, “Satanás está en estas cosas. El demonio está en todo este mecanismo perverso de una sociedad sexualizada. Una sociedad que chantajea a las personas a cambio del éxito. Que chantajea sexualmente. Personas que pueden tener una adicción sexual, como la que se puede dar al juego”.

"Esclavos de sus propias pasiones"
Concretamente, con respecto al último escándalo de Hollywood, el padre Mattatelli afirma que “en lo que sucedió, Satanás está en el productor que pregunta, pero también en la mujer que acepta dar. En ambas situaciones hay pecado".

A su juicio, se produce una “profanación del yo que viola el santuario de la conciencia. Satanás no está solo en el productor que pide sexo a cambio de algo, sino también en la mujer que acepta el trueque”.

“Por el éxito no se puede negar a los mandamientos de Dios”, agrega. Y recalca que “en este caso no vale el mal menor. Las personas que hacen esto creen que son inteligentes, pero en realidad son esclavos de sus propias pasiones”.

Tres artistas a las que ha realizado exorcismos
Sin embargo, lo más interesante de la entrevista se produjo cuando contó su vínculo como exorcista con el mundo del espectáculo. Durante los últimos años ha atendido a tres mujeres de este ámbito con distinto grado de influencia demoniaca, por lo cual ve un especial interés del demonio en las personas de este ámbito.


El padre Mattatelli alerta de la importancia que Satanás da al mundo del espectáculo

El padre Mattatelli no quiso identificar a estas tres mujeres sino que las quiso dejar en el anonimato y habla de “tres mujeres del espectáculo”, una muy conocida en Italia.

“Realicé exorcismos a una mujer del espectáculo particularmente poseída aunque he tenido que ayudar a varias personas de este mundo. También una persona muy conocida e inesperada que se ha convertido, que era famosa antes y ahora ha desaparecido de ese mundo. Esa persona tenía problemas relacionados con el sexo, de los cuales ha sido liberada”, cuenta el exorcista.

Satanás y su relación con el mundo del espectáculo
Este sacerdote cuenta que las tres mujeres que acudieron a él tenían problemas de posesión. “Una está ya liberada, otra todavía está en proceso y una tercera ha sido transferida a otro sacerdote”.

Y recalca que estas tres mujeres, una especialmente conocida, “ha tenido este problema de posesión como resultado del contacto con este mundo del espectáculo en el cual Satanás está muy presente, con la búsqueda del éxito a cualquier precio, una sexualidad vivida de modo libertino y sin escrúpulos, una vida materialista de dinero y cocaína”.

Las advertencias de otros exorcistas
El conocido exorcista de la diócesis de Indianopolis, Vincent Lampert, ya alertaba hace unos meses la necesidad de formar más exorcistas ante los numerosos casos que les van llegando y que les sobrepasan.

En su opinión, “el problema no es que el demonio haya aumentado su juego sino que más personas están dispuestas a jugar”. Y cita específicamente el consumo masivo de pornografía, las drogas y el contacto con el ocultismo. “Donde hay actividad demoniaca, siempre hay un punto de entrada”.
(https://www.religionenlibertad.com/exorcista-resalta-influencia-satanas-hollywood-revela-60145.htm)