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jueves, 17 de octubre de 2024

Halloween no es un hábito cultural, es una práctica religiosa satánica

 



Halloween no es un hábito cultural, es una práctica religiosa satánica

Las raíces celtas (paganas) de la celebración de Halloween

Ya en el siglo VI A.C., los celtas (paganos) del norte de Europa celebraban la fiesta de “Samhein” (o La Samon), festividad pagana en la que adoraban al sol, que indicaba marcaba el fin del verano, el final de la temporada de cosechas y el comienzo del invierno​ o la “mitad más oscura” del año. La celebración de Samhain​ es una fiesta celta que comienza en la tarde del 31 de octubre y termina al atardecer del 1 de noviembre, ya que el día celta comenzaba y terminaba al atardecer.

El fundamento de esta festividad pagana consiste en que ellos creían que en aquella noche el dios de la muerte permitía a los difuntos retornar a la tierra, fomentando un ambiente de terror.

Según la religión celta, las almas de algunos difuntos se encontraban dentro de animales feroces y podían ser liberadas con sacrificios de toda índole a los dioses, incluyendo sacrificios humanos.

Una forma de evitar la maldad de los espíritus malignos, fantasmas y otros monstruos era disfrazándose para tratar de asemejarse a ellos y así pasar desapercibido ante sus miradas.

Aquí encontramos el origen de dos características centrales de Halloween: el disfraz macabro y diabólico de quienes participan de Halloween y los sacrificios humanos y las profanaciones eucarísticas que se llevan a cabo en Halloween, por parte de sectas satánicas: todo se hace para complacer a los demonios, ángeles caídos y sobre todo al Príncipe de las tinieblas, Satanás, porque en la realidad el dios de la muerte en quien creían los celtas no es otro que Satanás y los espectros, fantasmas y animales feroces en los que supuestamente habitaban los difuntos, no son otros que los demonios o ángeles caídos. Es en esta fecha en la que los grupos satánicos sacrifican a jóvenes y especialmente a niños porque son los preferidos de Dios, y en la que también se perpetran profanaciones de la Eucaristía en las iglesias católicas y ya vimos la razón: mimetizarse con los demonios o con las almas condenadas, o también ofrecer sacrificios para agradar al Demonio.

Todo esto es confirmado por quienes han formado parte de sectas satánicas y luego han salido de estas sectas.

Celebrada en Irlanda y Escocia durante siglos, los inmigrantes irlandeses y escoceses llevaron muchas costumbres de Halloween a Norteamérica en el siglo XIX y luego, por influencia estadounidense, Halloween se extendió a otros países a finales del siglo XX y principios del XXI.

Precisamente, debido a esta última característica, a su forma de difusión, a través de la cultura anglosajona, que ha promocionado y difundido Halloween como una inocente fiesta infantil y como un hábito cultural y como una parte de la cultura estadounidense, sin mayores connotaciones que esto, una simple práctica cultural, no debemos caer en este engaño, puesto que Halloween no es un hábito cultural, es una práctica religiosa satánica. Tal vez el mayor logro del satanismo teísta, que es el que está detrás de Halloween y su difusión, es el haber conseguido promocionar a esta celebración satánica no como lo que es en realidad, como una celebración satánica en toda la regla, sino como una inocente práctica cultural sin connotaciones religiosas; en esto consiste su mayor triunfo, porque de esta manera se practica hoy en todo el mundo el satanismo encubierto de Halloween, disfrazado bajo la máscara de una inocente fiesta familiar, mientas se adora y festeja al Diablo y a los habitantes del Infierno y al mismo tiempo se maldice a Dios y a su Presencia Eucarística. Para que veamos la verdadera importancia de Halloween y para que tomemos dimensión de la realidad de Halloween, de que no es un hábito cultural, sino una práctica religiosa satánica, recurrimos a una voz autorizada en el tema, nada menos que al fundador de la Iglesia de Satanás, Anton Szandor LaVey (1930-1997), quien dijo lo siguiente: “Me alegro de que los padres cristianos permitan que sus hijos adoren al Diablo al menos una noche por año”. Es decir, los mismos satanistas lo admiten: Halloween no es una inocente fiesta, un simple hábito cultural, una mera fiesta de origen nord-europeo que se celebra una vez al año para la diversión de las familias: es una verdadera práctica satánica, en donde se adora, explícita e implícitamente, al Demonio y a los habitantes del Infierno, a los ángeles caídos.

Halloween es una fiesta importante dentro del satanismo

Según el testimonio de algunas personas que practicaron el satanismo y luego se convirtieron al cristianismo, Halloween es la fiesta más importante para los cultos demoníacos porque se inicia el “año nuevo satánico”; nosotros podríamos agregar que es como la antítesis o como la contraparte de la fiesta de Todos los Santos: así como el Cielo celebra a sus habitantes en la Fiesta de todos los Santos, así el infierno celebra a sus habitantes en Halloween.

         La respuesta de la Iglesia: promover la devoción a Nuestra Señora de la Eucaristía

         La forma de contrarrestar a la fiesta demoníaca de Halloween es, por un lado, evitando toda forma de participación en esta fiesta satánica; por otra parte, celebrar a los habitantes del Cielo, vistiendo a los niños como sus santos preferidos y no como demonios, brujos, espectros, fantasmas, etc.; otra forma, es promoviendo la devoción a la Virgen, en su advocación de Nuestra Señora de la Eucaristía, cuya fiesta es el 30 de octubre y cuyo objetivo es desagraviar las ofensas y sacrilegios cometidos contra la Eucaristía en Halloween; finalmente, rezar el Santo Rosario, confesar sacramentalmente, asistir a la Santa Misa y comulgar en reparación por los sacrilegios cometidos contra la Eucaristía en la fiesta demoníaca de Halloween.

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