San Miguel Arcángel pesando las almas en el Juicio Final

jueves, 20 de diciembre de 2012

Un sacerdote es llevado al Infierno, al Purgatorio y al Cielo




Un sacerdote católico del norte de Florida declaró que durante un encuentro con la muerte le fue mostrado el mundo espiritual y vio sacerdotes y aún obispos tanto en el paraíso como en el infierno.

El sacerdote es el Padre José Maniyangat de la Iglesia de Santa María Macclenny.

El evento ocurrió el 14 de abril de 1975 – Domingo de la 
Divina Misericordia – cuando estaba aún en su patria India. 

Presentamos su testimonio para que Ud. haga su propio 

discernimiento.

Ahora de 54 años, y ordenado en 1975, el Padre Maniyangat recuerda que estaba de camino para celebrar Misa en una misión cuando la motocicleta que utilizaba – un medio común de transporte allí – fue impactada por un jeep conducido por un hombre que estaba alcoholizado.

El Padre Maniyangat, quien vino a América en 1986 – primero a Idaho, luego a Florida – dijo al Diario Espiritual que él fue trasladado de urgencia al hospital a 35 millas de distancia – y durante el trayecto, “mi alma se salió de mi cuerpo”.

Inmediatamente, vi a mi ángel de la guarda”, el relata. “Vi mi cuerpo y la gente quienes me estaban llevando hacia el hospital. Ellos estaban llorando, e inmediatamente el ángel me dijo, “Te voy a llevar al Cielo. El Señor quiere verte”. “El dijo que en el camino me quería mostrar el infierno y el purgatorio”.

Eso, relata Padre Maniyangat, fue cuando el infierno, una escena desagradable, se abrió frente a el. Fue espantosa. “Ví a Satanás y a la gente peleando, torturados, y gritando”. Declara el sacerdote. “Y el fuego también. Ví Fuego. Ví gente sufriendo y el ángel me dijo que eso era debido al pecado mortal y el hecho de que ellos no se habían arrepentido. Ese era el punto. El No Arrepentimiento”.

El sacerdote dice que el le dijo que había siete “grados” o niveles de sufrimiento en el infierno. Aquellos que cometieron “pecado mortal tras pecado mortal” en la vida estaban sufriendo el más intenso fuego. “Sus cuerpos se veían muy horribles, tan crueles y horribles, horroroso”. Dice el Padre Maniyangat. “Ellos eran humanos pero monstruos: espantosos, horribles – aspectos. Vi gente que conocía pero no puedo decir quienes eran. El ángel me dijo que no podía revelar esto”.

Los pecados que los condujeron a ese estado, el dice, fueron las transgresiones tales como el aborto, homosexualidad, odio, y el sacrilegio. Si ellos se hubieran arrepentido, hubieran ido al purgatorio – el ángel alegadamente le dijo eso a él. El se sorprendió a quienes vio en el infierno. Algunos eran sacerdotes. Algunos eran obispos. “Allí hay muchos, porque ellos pastorearon erróneamente a la gente”, declara, “Ellos eran personas que ni siquiera me lo esperaba”.

Después de eso, el purgatorio se abrió frente de él. Allí hay también siete niveles, dice, y fuego, pero está mucho menos intenso que aquél en el infierno y allí “no había desagrado ni pelea”. El sufrimiento principal es que ellos no pueden ver a Dios. El dice que las almas en el purgatorio pudieron haber cometidos numerosos pecados mortales pero están allí por virtud o simple arrepentimiento – y ahora tienen la alegría de saber que algún día ellos estarán en el Cielo. “Tuve una oportunidad de comunicarme con las almas”, dijo el Padre Maniyangat: “Ellos me pidieron que orara por ellos y piden que la gente ore por ellos también”.

Su ángel, él dice, era “muy hermoso y brillante y blanco”, muy difícil de decirlo en palabras, y llevó al Padre Maniyangat al Cielo. Ahí fue cuando un túnel – según experimentado por muchos cercanos a la muerte – se materializó.

“El Cielo se abrió y escuché la música, los Ángeles cantando y alabando a Dios”, el dice.
“Una música hermosa. Nunca había escuchado una música como esa en este mundo. Vi a Dios cara a cara, y a Jesús y a Maria, tan brillantes y luminosos. Jesús me dijo, “Te necesito. Quiero que regreses. En tu segunda vida serás un instrumento de sanación para Mi gente, y caminarás en una tierra extranjera y hablarás un idioma extranjero”.
Dentro de un año, el Padre Maniyangat se encontró en una tierra lejana llamada Estados Unidos.
El sacerdote dice el Señor era mucho más hermoso de lo que cualquier imagen pueda transmitir. Su rostro se asemeja al del Sagrado Corazón, pero es mucho más luminoso, dice Padre Maniyangat, que lo describe como "mil soles." La Santísima Madre estaba junto a Jesús. Una vez más, las representaciones terrenales de ella, subraya, son "sólo una sombra." El sacerdote dice que ella le dijo simplemente que hiciera lo que dice su Hijo.




El Cielo, dice, tiene una belleza, una paz, la felicidad y que es "un millón de veces" más que nada de lo que conocemos en la tierra.
"Vi a los sacerdotes y los obispos también", señala. "Las nubes son diferentes, y no oscuras o turbias, pero brillantes. Muy hermoso. Muy luminoso. Y hay ríos que son diferentes a los que vemos aquí. Esta es nuestra verdadera casa. Nunca he experimentado en mi vida este tipo de paz y alegría”.


 Él dice que la Santísima Madre y su ángel todavía se le aparecen. Ella viene cada primer sábado por la mañana durante su meditación. "Es personal, me guía en mi ministerio", dice el pastor, cuya iglesia está a treinta millas del centro de Jacksonville. "Las apariciones son privadas, no públicas. Su cara es la misma, pero un día ella aparece con el Niño, un día como Nuestra Señora de Gracia, o Nuestra Señora de los Dolores. Diferentes momentos se aparece en diferentes maneras. Ella me dijo que el mundo está lleno de pecado y me pidió que ayunara y orara y ofreciera Misa por el mundo, a fin de que Dios no lo castigue. Necesitamos más oración. Ella está preocupada por el futuro del mundo a causa del aborto, la homosexualidad y la eutanasia. Dijo que si la gente no vuelve a Dios, habrá castigo”.

El mensaje principal es, sin embargo, la esperanza: al igual que muchos otros, el Padre Maniyangat se vio después de la muerte como una curación con luz, y trajo algo de esa luz con él. Después comenzó un ministerio de curación y dice que ha visto la gente curarse de todo, desde asma hasta cáncer. Estas curaciones sirven como muestra de lo que vio y sintió en el cielo. 

[Fuentes: libros de la vida después de la muerte (afterlife books)]

2 comentarios:

  1. Hay que orar mucho por las almas hermoso testimonio..

    ResponderEliminar
  2. Que bueno este testimonio es bueno como Dios es tan mesiricodioso bueno tanto nos ama y. Mameta Maria por esta causa nosotros cambiar nuestra vida y Aripenterse de toda clase de nustras pecados y ayunar

    ResponderEliminar