La existencia de Satanás
El Concilio Vaticano II afirma que "toda la historia humana está impregnada por una tremenda lucha contra los poderes de las tinieblas; la lucha comenzó en el principio del mundo y está destinada a durar, como dice el Señor, hasta el último día" (Gaudium y Spes, 37). La Sagrada Escritura nos advierte que el mundo entero esta bajo el poder de satanás y lo nombra 431 veces llamándolo: Lucifer, serpiente, diablo, mal, dragón. Si esta es la verdad, ¿por qué ignorarla? Al ignorarlo simplemente aumentamos el poder de Satanás dejándolo operar libremente.
Jesús vino a la tierra para destruir las obras de Satanás (v. 1Gv. 3,8) y muchas de sus obras, dirigidas a este propósito, se reportan en los Evangelios. “Entonces se le presentó un hombre indomable, ciego y mudo, y lo sanó, porque el mudo habló y vio” (Mt 12,22); “Traedme aquí al niño; entonces, con palabras amenazadoras, Jesús mandó al demonio que saliera de él; de eso Momento él fanc I fue curada" (Mt. 17,18). “Ten piedad de mí, oh Señor, Hijo de David. Mi hija está siendo atormentada por el diablo" (Mateo 15.22). Jesús escucha a la mujer y sana a la hija.
Pablo VI
Negar la existencia de Satanás significa estar fuera de los dogmas de la fe católica. En la audiencia general del miércoles 15 de noviembre de 1972, Pablo VI hizo la pregunta: "¿Cuáles son las mayores necesidades de la Iglesia hoy? Él respondió: "No te sorprendas por lo simplista, o incluso lo supersticiosa y poco realista que es nuestra respuesta: una de las mayores necesidades es la defensa contra ese mal que llamamos mal. El diablo no es sólo una deficiencia, sino una eficiencia, un ser vivo, espiritual, pervertido y pervertido. Horrible, misteriosa y aterradora realidad. Aquellos que se niegan a reconocer su existencia, se ponen fuera de la enseñanza bíblica y de la Iglesia; como aquellos que creen que el mal es un principio autónomo, que no, como toda criatura, tiene su origen en Dios; o que, al final, quieren s para explicarlo un conceptual y forma fantástica de personificación de las causas desconocidas de nuestras desgracias".
Juan Pablo II
Domingo 17 de febrero de 2002, primer domingo de Cuaresma, Giovanni Paolo II habló de la "acción insidiosa de Satanás", tanto en la homilía como en el discurso del Ángelus: "¡Vete, Satanás! ¡Vete! La actitud decidida del Mesías, - dijo Giovanni Pablo II, - constituye un ejemplo para nosotros y una invitación a seguirlo con valiente determinación.
“El diablo, “príncipe de este mundo”, continúa su acción furtiva incluso hoy. Cada hombre, además de su propia lujuria y el mal ejemplo de los demás, también es tentado por el diablo y es aún más tentado cuando menos lo nota. Cuántas veces tan ligeramente cede ante las falacias halagadoras de la carne y del maligno, y luego experimenta ilusiones amorosas. Debemos permanecer vigilantes para responder con disposición a cualquier ataque... ".
El Papa Juan Pablo II también dijo: "El diablo existe, tiene su reino, tiene su programa, que requiere una estrecha lógica de acción, una lógica tal que el reino del mal puede manejar, más bien, que se desarrolla en los hombres a quienes está dirigido" es por eso que El lucha entre el reino del mal, del espíritu mal y el reino de Dios no ha cesado, no ha terminado. En esta etapa la lucha persiste en las nuevas generaciones de la historia de la humanidad (del diario La Stampa del 27 de marzo de 1981).
La visión de León XIII y la oración a San Miguel Arcángel
El 13 de octubre de 1884, Leo XIII terminó de celebrar la Sagrada Capilla del Vaticano Messanella. Se quedó quieto durante 10 minutos.
Entonces, corrió a su oficina sin dar la más mínima explicación a nadie cerca de él que lo vio ponerse furioso. Leo XIII inmediatamente compuso una oración a San Miguel Arcángel, dando instrucciones para que se recitara en todas partes al final de cada Misa Baja. El Papa dará más tarde su testimonio diciendo (sintéticamente) que había oído a Satanás y a Jesús y que había tenido una visión aterradora del infierno: "Vi la tierra envuelta en tinieblas y un abismo, vi legiones de muchos que se extendieron alrededor del mundo d destruir el obras de la Iglesia y atacar a la misma Iglesia que he visto reducidas al extremo. Y entonces apareció S. Michele y arroja a los espíritus malignos de vuelta al abismo. Entonces vi a S. Michele Arcangelo intervino no en aquel momento, sino mucho después, cuando la gente había multiplicado sus fervientes oraciones al arcángel ».
En 1994, el Papa Juan Pablo II pidió que esta oración se hiciera actual: «que la oración nos fortalezca para la batalla espiritual... El Papa León XIII ciertamente tuvo un vívido recuerdo de esta escena cuando introdujo en toda la Iglesia una oración especial a San Miguel el Arcángel... Pido a todos que no lo olviden y que lo reciten para ganar ayuda en la batalla contra las fuerzas de la oscuridad y contra el espíritu de este mundo.»
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha se nuestra ayuda contra la malicia y las trampas del diablo, que Dios expulse la súplica que renegue de ti, y Tú Príncipe de la Milicia Celestial con fuerza Divina repeler a satanás en el infierno y los otros males piritas que están vagando a la perdición de las almas para el mundo y que así sea. Amén
Source:ourladyofilourdesassociation
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