"El infierno consiste en la condenación eterna de quienes, por libre elección, mueren en pecado mortal" (Catecismo de la Iglesia Católica, Compendio, 212)
San Miguel Arcángel pesando las almas en el Juicio Final
Gravedad del pecado mortal en sus castigos eternos
"A la primera cuestión, en la cual se inquiere cómo se castiga el mal, respondo: El mal se castiga con eternidad de penas; y que esto debe ser así se prueba, en primer lugar, por razón de la divina ofensa, la cual es de tanta gravedad cuanto lo es la dignidad de la persona ofendida. Siendo, pues, Dios infinito, infinita debe ser la ofensa del pecado. Justo es, por consiguiente, que se castigue con pena infinita; pero esta ofensa no puede ser castigada con pena intensivamente infinita; luego es de todo punto necesario que se castigue con pena infinita en cuanto a la duración eterna.
La segunda razón es ésta: El que delinque en el gremio de la ciudad, puede con toda justicia ser separado por el destierro, de la convivencia de los ciudadanos durante toda la vida y mientras la ciudad dure. Consiguientemente, si el pecador es un traidor en la ciudad de Dios, cuya duración es eterna, justa cosa es que sea castigado con el destierro perpetuo.
La tercera razón es: El pecador es juzgado no sólo por el acto exterior, sino también por el acto interno de la voluntad. Ahora bien, el que peca, siempre que ofende a Dios adhiriéndose al placer transitorio, prefiere la perpetuidad de éste, desde el momento en que no se arrepiente de ello en toda su vida; luego debe ser castigado en la misma manera que si el placer durase perpetuamente.
La cuarta razón es: El pecador, en todo pecado mortal, abusa de aquellas cosas que le deben ayudar y respecto de las cuales debe proceder ordenadamente en su uso. Ahora bien, siendo él parte del universo, recibe ayuda de los cuerpos elementales, celestes y supracelestes, y se relaciona con lo pasado, presente y venidero; abusa, pues, de todas estas cosas, luego todo cuanto existe en el universo debe conspirar contra el pecador, tanto en lo que se refiere a su conversión como a su duración. Forzoso es, pues, que sea castigado con adversidad universal y eterna, y, por ello, con desgracia de pena que no tendrá fin.
La quinta razón es: Habiendo sido creada el alma racional en la línea de la eviternidad y del tiempo, y hallándose situada en el tiempo por razón de su unión con el cuerpo, desaparecida esta unión, necesariamente entra el alma en el estado de la eviternidad. De ahí que si muere en pecado mortal, en él persevera toda la eternidad; pero no se da la ignominia del pecado sin el esplendor de la justicia, luego si la culpa dura eternamente, con eterno suplicio debe ser castigada.
El castigo eterno producirá en los cuerpos cuatro taras contrarias a las dotes de los cuerpos gloriosos. Serán oscuros: Sus rostros, caras chamuscadas. Pasibles, si bien nunca llegarán a descomponerse, puesto que constantemente arderán en el fuego pero jamás se consumirán: Su gusano no morirá, y su fuego no se extinguirá. Pesados y torpes, porque el alma estará allí como encadenada: Para aprisionar con grillos a sus reyes . Finalmente, serán en cierto modo carnales, tanto en alma como el cuerpo: Se corrompieron los asnos en su propio estiércol.
La pena del llanto
Debe decirse que en el llanto corporal se hallan dos cosas. Una es la resolución de las lágrimas. Y en cuanto a esto el llanto corporal no puede existir en los condenados. Porque después del día del juicio, descansando el movimiento del primer móvil, no habrá ninguna generación, o corrupción, o alteración del cuerpo. Y en la resolución de las lágrimas es preciso que haya generación de aquel humor que destila por medio de las lágrimas. Por lo cual en cuanto a esto no podrá haber llanto corporal en los condenados. Lo otro que se halla en el llanto corporal es cierta conmoción y perturbación de la cabeza y de los ojos. Y en cuanto a esto podrá haber en los condenados, llanto después de la resurrección. Porque los cuerpos de los condenados no sólo serán afligidos en lo exterior, sino por lo interior, según que el cuerpo se cambia para el padecimiento del alma en bien, o en mal, Y en cuanto a esto el llanto de la carne indica la resurrección, y corresponde a la delectación de la culpa, que hubo tanto en el alma como en el cuerpo.
La pena del fuego
Del fuego con que serán atormentados los cuerpos de los condenados después de la resurrección es preciso decir que es corpóreo porque al cuerpo no puede adaptarse convenientemente la pena, sino es corpórea. Por lo cual San Gregorio, prueba que el fuego del infierno es corpóreo por lo mismo que los réprobos después de la resurrección serán arrojados en él. También San Agustín, manifiestamente confiesa que aquel fuego con que serán atormentados los cuerpos es corpóreo Y de esto versa la cuestión presente. Pero de qué manera las almas de los condenados son atormentadas por este fuego corpóreo, ya se ha dicho en otra parte.
La pena que causará el conocimiento.
Debe decirse que así como por la perfecta bienaventuranza de los santos no habrá en ellos nada que no sea materia de gozo, así también en los condenados no habrá nada que no sea en ellos materia y causa de tristeza; ni faltará nada de cuanto pueda pertenecer a la tristeza para que su desdicha sea consumada. Mas la consideración de algunas cosas conocidas bajo algún concepto induce al gozo o por parte de las cosas cognoscibles, en cuanto se aman, o por parte del mismo conocimiento, en cuanto es conveniente y perfecto. Puede también haber razón de tristeza ya de parte de las cosas cognoscibles, que son aptas para contristar; ya de parte del mismo conocimiento, según que se considera su imperfección; como cuando uno considera que le falta el conocimiento de alguna cosa cuyo perfecto conocimiento apetecería. Así pues en los condenados habrá actual consideración de aquellas cosas que antes supieron, coma materia de tristeza, y no como causa de delectación. Pues considerarán las cosas malas que hicieron por las que han sido condenados, y los bienes deleitables que perdieron, y por ambas cosas se atormentarán. Del mismo modo también serán atormentados porque considerarán que el conocimiento que tuvieron de las cosas especulativas era imperfecto, y que perdieron su perfección suma, que podían haber adquirido.
Pena de daño
Esa pena será inmensa en primer lugar por la separación de Dios y de los buenos todos. En esto consiste la pena de daño, en la separación, y es mayor que la pena de sentido. Arrojad al siervo inútil a las tinieblas exteriores. En la vida actual los malos tienen tinieblas por dentro, las del pecado, pero en la futura las tendrán también por fuera. Será inmensa, en segundo lugar, por los remordimientos de su conciencia. Sin embargo, tal arrepentimiento y lamentaciones serán inútiles, pues provendrán no del odio de la maldad, sino del dolor del castigo.
En tercer lugar, por la enormidad de la pena sensible, la del fuego del infierno, que atormentará alma y cuerpo. Es este tormento del fuego el más atroz, al decir de los santos. Se encontrarán como quien se está muriendo siempre y nunca muere ni ha de morir; por eso se le llama a esta situación muerte eterna, porque, como el moribundo se halla en el filo de la agonía, así estarán los condenados. En cuarto lugar, por no tener esperanza alguna de salvación. Si se les diera alguna esperanza de verse libres de sus tormentos, su pena se mitigaría; pero perdida aquélla por completo, su estado se torna insoportable.
En el infierno se sufrirá de muchas maneras
Debe decirse que, según San Basilio, en la última purificación del mundo se hará separación en los elementos, de modo que cuanto es puro y noble permanecerá arriba, para gloria de los bienaventurados; pero cuanto es innoble y manchado será arrojado al infierno para pena de los condenados; de suerte que, así como toda creatura será para los bienaventurados materia de gozo, así también para los condenados será aumentado el tormento por todas las creaturas, conforme a aquello , peleará con él el orbe de las tierras contra los insensatos. También compete a la divina justicia que así como los que apartándose de uno por el pecado constituyeron su fin en las cosas materiales, que son muchas y varias, así también sean afligidos de muchas maneras por muchos.
La pena que causará el gusano.
Debe decirse que después del día del juicio en el mundo renovado no quedará animal alguno, o cuerpo alguno mixto, sino sólo el cuerpo del hombre, porque no tiene orden alguno respecto a la incorrupción, ni después de aquel tiempo se ha de verificar generación y corrupción. Por lo cual el gusano que se supone en los condenados, no debe entenderse que es corporal, sino espiritual, el cual es el remordimiento de la conciencia, que se llama gusano en cuanto nace de la podredumbre del pecado, y aflige al alma como el gusano corporal nacido podredumbre aflige punzando.
Le besa los pies a Jesús, y los separo.” No supe q paso, pero vi q un hueco inmenso se abrió bajo los pies del señor. No sé si viajamos atraves de el, pero pronto me vi en el infierno. Escuche, gritos, lamentos, había desesperación, aquel lugar era horrible. Sentí miedo, sentí morirme de pavor, y me dije, hay de mi señor donde estoy!!!! El señor me dijo: “no temas nada, nada te pasara, yo estoy contigo, observa bien”
Entonces vi una hornilla como la boca de un volcán. De ella salían llamas inmensas. Era como un fondo donde se cocina la caña para hacer miel. Como un lago de azufre hirviendo a borbollones, había ahí mucha gente que gritaba y pedía auxilio sin ser escuchados. Unos insultaban, otros estaban vestidos lujosamente, otros estaban sin ropa. Creo que estaban con la ropa que lo enterraron. Un hombre muy rico, con mantos y anillos en los dedos, y cadenas en el cuello, sacaba la mano y decía, sálvame por esto! y mostraba como un gajo de cebolla. Pero las llamas empezaban a consumir el gajo de cebolla hasta quemarle los dedos. Creo que fue algo que dio, pero sin amor, o lo único que regalo en su vida.
El tormento era cruel, no había paz, le pegunte al Señor, este es el rechinar de dientes? Y me contesto “No, todavía no es. Es solo parte de sufrimiento, de los condenados”
Alrededor de la hornilla había demonios con las piernas cruzadas, todos tenían un trinche largo. Su aspecto era horrible, sus ojos rojos, boca malvada, sonrisa malévola, de un color casi negro como gris. Fumaban y fumaban algo que los hacía más rebeldes. Y bebían un líquido rojizo que los llenaba de soberbia.
De pronto todos se colocaron de pie en posición firme. Los condenados deseaban desaparecer. Se consumían en el lago de fuego, era una multitud incontable. El infierno se estremeció, todo tembló. Por una puerta entraba un demonio como de casi 2 metros de alto, más horribles que los otros demonios. Este tenía cuernos, garras, cola y alas como de murciélago. Los demás no tenían nada de eso. Grito y zapateo, y todo volvió a temblar, pregunte quien era, y me dijo:” Es Satanás, Lucifer, rey del inferno.”Hasta los demás demonios le tenían miedo, a una orden dada por el, todos corrieron ante él con el trinche en la mano, en fila como un batallón de soldados. Les dijo algo que no alcancé a escuchar, púes tenía demasiado miedo. Y no le pregunte al Señor. Si el Señor no me hubiera sostenido en ese momento, yo hubiera muerto de terror.
El Señor me dijo:” Acá no hay paz ni un segundo, acá no hay nada de amor, es el reino del odio. Aquí vienen todos aquellos que me despreciaron cuando estaban vivos, libre y voluntariamente, prefirieron el mal en lugar de bien. Ahora observa bien, pues para algunos comienza el rechinas de dientes, sufrimiento y muerte eterna, gusano que no muere y fuego que no se apaga. Porque el que no está conmigo, está muerto, esa es la verdadera muerte. No la que llaman ustedes muerte”. Los demonios corrieron hacia la hornilla después de la orden de Satanás, y metían el trinche, sacaban a los condenados traspasados por los trinches. Se movían como culebras sin poder soltarse. Gritaban, se contorsionaban. Les salía sangre, alguno fueron traspasados por la espalda, otros por las piernas, otros por la cabeza agarraban los trinches queriendo salir. Pregunte al Señor: ¿porque esas almas tiene sangre? Y me dijo:”Al infierno vienen en cuerpo y alma, como al cielo van en cuerpo y alma. Estamos en el primer infierno, y ya fueron juzgados, aquí están todos los condenados desde la creación del mundo hasta el diluvio."
Los demonios colocaron a los condenados como en una lamina de zinc, galvanizada y los agarraban a trinchazos entre dos o tres demonios. Luego como con un cortaúñas, un poco más largo, les prendían pedazos de carne y poco a poco le arrancaban las uñas, los dedos, el pelo, los gritos eran desesperados, eran gritos que terminaban en lamentos….
Para que no gritaran, sacaron una especie de arma no vista en la tierra por mí. Se la metieron en la boca. Aquella arma se abrió como una mano, y al cerrarse le agarró la lengua, y le arrancaban, bien torciéndola o tirándola. Luego con un cuchillo bien afilado, le comenzaban a volver cecina, a destazar, volver pedazos como de vistel. Los condenados no podían gritar, sus ojos parecían salirse de ellos. Y sus mandíbulas pegaban una con otra haciendo un rechinar de dientes horrible!!! Después de desprender la carne, trozaban los huesos y los volvían nada. Por último partían la cabeza, hasta quedar trizas, todo parecía nada en al lamina. Sangre, carne en trozos, huesos, aquello era horrible. Y en los huesos había gusanos.
Entonces dije al Señor, pobres personas!!! Pensé que no iban a morir, por fin murieron, aunque los pedazos de carnes se mueven. El me dijo: “Aquí no existe la muerte fíjate bien”. Los demonios tomaron esa lamina y echaron los trozos de la persona sobre un hueco donde había llamas y fierros filosos, una especie como de molino para volver todo polvo. En la parte de abajo de ese hueco estaba otra vez el hueco de la hornilla.Al caer ese polvo vi que las personas volvían a tener cuerpo y el que se dejaba agarrar por el trinche volvía a padecer lo mismo. Entonces pregunte al Señor: ¿Qué pasa, porque tiene que volver a vivir? El me dijo: “La muerte ya no existe, como los hombres la llaman. Aquí se padéce la muerte eterna, que es la separación de DIOS.Y para llegar a este lugar de tormentos, cada uno llego aquí libre. Ésa fue la elección de ellos. Yo ya no puedo hacer nada por ellos. Cuando podía me despreciaron y llegaron a este lugar no creado para los hombres, para los hombres fue creado el cielo. Este lugar fue creado para Satanás y sus ángeles.”
Me di cuenta que a mayor pecado, mayor el sufrimiento. Cada uno paga según sus deudas. Y cada uno tiene castigos diferentes, pero todos sufren terriblemente. Me di cuenta que con el órgano que pecan es con el que más sufren.Según se hundían en el lago de fuego, aparecían en un lugar de arenas candentes, al rojo vivo. El calor era sofocante, no se podía respirar y gritaban, tengo sed!!!
Entonces un demonio se le subía a la nuca y le abría la boca, hasta desgarrarla hasta los oídos. Otro demonio agarraba la arena caliente, para que la bebieran. Era tal el desespero que corrían sin control en la oscuridad iluminada únicamente por las arenas.
Chocaban con otros condenados y peleaban como perros callejeros. Al llegar al final había rocas con puertas, cada uno miraba solo una puerta, al abrirla había un hoyo, donde estaban los animales ponzoñosos y aquellos que más temían cuando estaban en la tierra. El Señor me dijo que eran castigos psicológicos. No pregunte qué era eso.
Oh pobres condenados!! Que desesperación, que pesadilla sin fin!!!Cuando lograban salir de allí, se veían esos animales por el cuerpo y que salían por la boca y por todo lugar. Por lo único que podían correr, es por un desfiladero de piedras cortantes, se caían y se cortaban. Unos caían de frente y se cortaban todo, otros de espalda y al final había una planada, el que no lograba pararse rápidamente, una piedra redonda lo aplastaba como una cucaracha. Al lograr levantarse se botaban por un hueco que había, y caían a la hornilla del inicio, y todo volvía a repetirse.
El Señor me dijo: “¿Te diste cuenta que acá no hay descanso ni un segundo? Ahora te voy a mostrar otro lugar que está esperando a esta generación perversa y malvada. Le voy a mostrar quien sufre más y quienes van por el camino al infierno”. Vi entonces tres hornos más grandes que el primero y Satanás gritaba: Qué se haga el juicio, eh trabajado bastante para darle la bienvenida a mi reino, he inventado nuevos castigos, y tormentos. Que vengan aquí los que pudieron salvarse y no quisieron, que vengan a mí los que me sirvieron en la tierra.
Entonces vi unas mujeres, arrastradas con cadenas, llevaban cargas como mulas, eran golpeadas atrozmente y atormentadas. Les habrían sus vientres, las dejaban gritar, la despedazaban, les daban con unas cuerdas como de hierro, las insultaban, les mostraban sus hijos que ellas habían asesinado y se las amarraban a sus pechos. Ellas escuchaban el llanto y los gritos de sus hijos (porque me mataste mama!!!) al grito del niño, sus pechos se desgarraban y comenzaban a sangrar, sus oídos sangraban y todo aquellos era horrible. Y pregunte al Señor: ¿Señor JESUS quienes son esas mujeres y porque sufren tanto? Me contestó:”Son todas aquellas que matan a sus hijos en el aborto, sufren porque hicieron de sus vientres tumbas, y el vientre es para dar vida. Él pecado del aborto le es a mi Padre muy difícil de perdonar. No basa con confesarlo, sino hay verdadero arrepentimiento. Hay que hacer mucha oración y penitencia, pidiendo misericordia a DIOS Padre como al hijo que asesinaron. Sus gritos y llantos estarán al frente del trono de DIOS y su sangre clamara desde la tierra al cielo”.
Y me dijo:”Ore, Ore, por ellas, porque algunas están vivas y pueden arrepentirse. Pues muchas van por el camino del infierno”. Vi al lado de ellas hombres y mujeres que sufrían iguales tormentos que ellas. Y pregunte, ¿estos quienes son, y porque sufren iguales tormentos? El Señor me dijo:”Son todos los cómplices del aborto, los que las ayudaron. Aquí pueden venir médicos, amigos, enfermeros, parientes, o alguna persona que escucho que iban a abortar, y no les dijo no lo hagas.”
Seguimos andando por ese ancho camino y vi hombres que venían cari bajos, con la lengua afuera, se la machacaban con piedras, les quemaban las manos y pies y se la atravesaban con punzones. Lo demonios descargaban toda su ira contra estos hombres. Vi como sufrían y pregunte ¿estos quiénes son y por que sufren tanto? Y me dijo el Señor:”Son los llamados a la más alta gloria de los cielos pero la han perdido. Se han vendido y me han vendido. Ellos son mis sacerdotes. Los pecados del sacerdote son doble pena para mí, por eso su castigo es doble. Son martirizados en la lengua porque han callado mi palabra y han sido perros silenciosos, tartamudean al hablar. Se han consumido en las pasiones y llenado de mosto, vino. Para ellos la maldición y el fuego.”Vi mujeres y hombres al lado de ellos que sufrían grandes penas y pregunte ¿Quiénes son estos? Y me dijo:” Son los que han pecado con ellos. La mujer que hace caer a un sacerdote, más le valiera no haber nacido, porque es más maldita que Judas. Lo mismo el hombre que haga pecar a un sacerdote.”
Detrás de estas había una multitud que seguían ese camino y sufrían iguales tormentos. ¿Y estos quiénes son? Y me dijo:”Son todos aquellos que se alejaron de mi y de mi iglesia por el pecado del sacerdote y no oraron por él. El sacerdote se hizo para salvar a los hombres. Si no lo hace, lo ayudan a condenar. Pues mi palabra dice, los guardianes de mi templo están ciegos, ninguno hace nada, son todos perros mudos incapaces de ladrar, vigilantes perezoso que les gusta dormir. Perros hambrientos que jamás se hartan. Y son ellos los pastores, pero no saben comprender, cada uno va por su camino. Cada uno busca su interés, vengan dicen, busquen vinos y emborrachémonos con los licores, no ayudan al inocente y hacen desaparecer a los hombres fieles (Isaias-56-9)”.
Vi detrás de estos, hombres y mujeres que sufrían iguales tormentos, y le dije ¿quiénes son? Y me dijo “Son todos los religiosos y religiosas. Ore, ore por ellos, para que me amen y logren salvarse. No hablen nunca mal de los míos. Es como si untara el dedo con chile y me lo metiera en el ojo. Solo ore, ore por ellos, y no me causes tormentos.”Vi hombres y mujeres que llevaban vendados los ojos, detrás de ellos iban muchos encadenados. Los demonios los insultaban, los golpeaban, y los violaban. Su tormento era cruel, y pregunte ¿quiénes son esos? Y me dijo: “Son todos los brujos, hechiceros que se han dejado enceguecer por Satanás. A ellos les esperan los tormentos inmensos, porque vivieron más cerca de Satanás acá en la tierra, más que a mí. Y sufrirán más que nunca, por haber servido en el mal, libre y voluntariamente. Los encadenados son todos aquellos que los consultan, y todos aquellos que mandan a hacer un mal de brujería. Es preferible que mataran cara a cara, y no así. Pues escrito esta, que mi Padre no salvara a esa raza, fuera de mi perros malditos, para ustedes no habrá fuego ni brazas para calentar el pan (Isaías 47- 12)”.
“Ore, ore, porque hay muchos que pueden arrepentirse. También la multitud que les siguen y sufren tormentos son los creyentes en horóscopos, invocadores de espíritu, toda persona que quiera saber el futuro, o consulte a uno de ellos, es merecedor del fuego eterno del infierno. Vi luego hombres y mujeres atados por cadenas en las manos, cada uno tiraba por su lado, se tiraban y se caían entre sí. Los demonios les decían, por su culpa sufre, dele más duro. Y pregunte ¿Quiénes son? Y me dijo:”Son todos mis matrimonios que no viven en paz. Son dos bestias atadas por la misma cuerda.” y pregunte ¿Por qué van al infierno? Y me dijo:”Besa mi mano” lo hice y me la coloco en los ojos. Y vi que en esos hogares había insultos, celos, peleas, y Satanás le gritaba a JESUS. Mire, mire como tengo a sus matrimonios!! ¿Qué saco con santificarlos en el sacramento? como la primera pareja me pertenecen, pero ahora hare que pierdan la gloria, no permitiré que oren ni que vayan a misa. Y se reía a carcajadas…Mientras JESUS lloraba. “Oren, porque hay muchos que pueden arrepentirse y cambiar”.
Vi hombres y mujeres atados por los pies, y sufrían peor que los anteriores. Y pregunte ¿estos quiénes son? Y me dijo:”Son todos los que viven sin casarse, o han cometido adulterio o fornicación”. Y pregunte: ¿porque van al infierno? Y me toco los ojos y vi que JESUS bendecía todas las uniones entre el hombre y la mujer cuando estaban íntimamente, como la primer pareja. Pero cuando no estaban casados, era Satanás el que dormía al lado de ellos. Golpeando al Señor JESUS, le escupía la cara diciendo: mira tú criatura el hombre convertido por mí en un animal. Aun peor que ella, ¿de qué le sirvió morir por ellos? yo destruiré tu sacramento que les permite unirse santamente. Pero yo hare de cada lecho un fuego infernal envuelto en pasiones aun no permitidas. Pues a mí si me escuchan, aunque yo no les ofrezco un reino de paz, sino de dolor…Y JESUS me dijo:” Mi sufrimiento para ellos ha sido inútil, por eso van al infierno.”Y vi que unos de los castigos para ellos, es ver al hombre o mujer por el cual se condenaron en el pecho, y Satanás le daba un cuchillo filoso y ellos mismos se cortaban, y sacaban pedazos de carne hasta llegar al corazón. Diciendo, maldito, maldito, por tu culpa estoy aquí en este infierno. Te quiero sacar del pecho para siempre pero no puedo.El Señor me dijo:”Ore, ore, porque algunos están vivos, y se pueden arrepentir.”
Vi hombres atados con hombres, y mujeres atadas con mujeres, atados por la cintura, que se balanceaban, como animales salvajes, arrastrando una presa. Y estos quiénes son y porque sufren? El Señor me dijo:”Son toda clase de homosexuales y lesbianas, que libre me rechazaron, y no fueron capaces de ser castos ofreciendo su vida”. Y vi como Satanás, se revolcaba en el lecho de estos pobres seres, dándoles más deseos sin llegar hacer saciados nunca. Y vi como los espíritus los atormentaban en sus partes con los que pecaron. Y vi que le atravesaban palos desde el ano hasta la boca, y le giraban.Y pregunte ¿La presa? Y me contestó:”Son todos aquellos que se acostaron con ellos. Ore, porque aun hay vivos que pueden salvarse, al arrepentirse. La persona homosexual que ofrezca su castidad a mí, y viva sin hacer pecar a nadie, yo derramo mi infinita misericordia, porque los amo inmensamente.”Toda relación, anal es condenada por el Señor, es contra la naturaleza. No podemos condenar a quienes practican la homosexualidad, si hacemos lo mismo.
Vi hombres y mujeres con caras de animales, y sufrían inmensamente. Y al lado de ellos, unos que llevaban como unas cintas y unas hojas o revistas donde habían mujeres y hombres desnudos. También sufrían y van al infierno. Y le pregunte al Señor: ¿quiénes son, y también van al infierno? Si van al infierno sino se arrepienten. Los primeros son todos los que han tenido, intimidad con los animales. Rebajándose al nivel de la bestia, y aun mas que ella, porque si ella pensara, no lo haría. Y todo aquel que haga del sexo una obsesión atreves de películas, revistas, chistes grotescos, prostitución, palabra de mal sentido. Son dignos del fuego eterno, con todos sus tormentos, pues han aprendido a hablar la bajeza de Satanás y no a hablar y vivir la santidad y pureza de DIOS uno y trino.
Vi hombres y mujeres de diferentes edades, y caminaban como ciegos golpeándose con todo. Y un demonio estaba al pie de ellos, haciéndoles caer más y más. ¿Y estos quienes son Señor? Y me dijo: “Son todos los borrachos, alcohólicos van porque han destrozado el templo de Espíritu Santo, donde mora la trinidad santa. Su propio cuerpo. Y han hecho daño a sus semejantes, a sus familias, olvidándose del primer mandamiento. Amar a DIOS y al prójimo como a sí mismo. Estos no han aprendido ni siquiera a amarse.”
Y al lado de ellos, iban de diferentes edades reventados los labios, con humo en la nariz, ¿Y estos quiénes son?, pregunte, y me dijo:” Son todos los fumadores de toda clase de hierbas, droga, cigarros o vicio. Y van porque no han amado su propio cuerpo, y los que van con ellos, son todos los que ofrecen, o llevan a pecar. Yo les he dicho, que el que regala un vaso de agua, es digno de cielo eterno. Pero también quien ofrece, o hace pecar a alguien, es digno del fuego eterno. Ore, porque algunos pueden cambiar su vida, y librarse de este castigo”
Vi hombres y mujeres en minifalda, o con vestidos indecentes, y detrás de ellos, un gran número de hombres y mujeres. Y pregunte: ¿Porque van al infierno, y porque los atormentan? Me contesto: “La mujer que use minifalda va al infierno, por corromper al hombre seduciéndolo con su vestuario. Y lo mismo el hombre, van por dejarse seducir. Cuidado con el vestuario. La mujer no debe llevar pantalón y si lo lleva que no sea ajustado. Muchas parecen mulas con frenos. Los hombres no deben llevar el pantalón apretado, pero tampoco, aquellos que parecen faldas.”
Vi que iban hombres y mujeres de toda edad, hasta niños con las manos cortadas, algunos sin dedos. Y le pegunte ¿Quiénes son y van al infierno? Y me dijo: “Son todos los tramposos, los ladrones, los estafadores, los que no pagan sus deudas, los que solo se dedicaron al trabajo, los avarientos, los que en su corazón solo estaba el Dios dinero, los que nunca dieron una limosna al pobre, ni ayudaron al más pequeño de sus hermanos. Son todos aquellos que al final les tendré que decir, apártate de mi maldito, vaya al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles. Pues tuve hambre y no me dieron de comer, sed y no me dieron de beber. Fui forastero y no me alojaron, desnudo y no me vistieron, enfermo y en la cárcel y no me visitaron. Ore, ore por ellos, porque algunos están vivos y pueden cambiar su corazón de piedra (Mateo 25.)”.
Vi hombres y mujeres de todas las edades, que llevaban la lengua afuera, y un demonio, iba montado sobre sus hombros, metiéndole su lengua en la boca de ellos. Era una gran cantidad y le pregunte al Señor ¿Quiénes son Señor, y porque traen ese demonio? Me dijo:” Son todos los chismosos, calumniadores, mentirosos, son todos aquellos incapaces de domar la lengua. Que hicieron mal, pues esta cargada de veneno mortal, como escrito está en mi apóstol Santiago “Sepan domar su lengua” El demonio que llevan es el demonio del chisme, ore para que se conviertan, porque algunos están vivos, y no vengan a este lugar de castigo.”Vi hombres y mujeres que de sus bocas salían sapos, y víboras. ¿Y estos quiénes son? Pregunte. “Son todos los que pudieron enseñar mi fe y mi doctrina y no lo hicieron. Pero si enseñaron cosas falsas basadas en teorías sin poderse comprobar. Son los maestros, escritores, catequistas, sacerdotes y padres de familia y todo el que pueda enseñar mi fe. Y toda persona que destruya la fe de mis pequeños niños. Yo les he escrito, hay del que enseñe otra palabra, hay del que escandalice a uno de estos pequeños, mas le valiera amarrarse una piedra de moler al cuello y tirarse al mar. Ore, ore porque para ellos, el castigo es tremendo. Y no lleguen al lugar del castigo.”
Vi familias y padres e hijos golpeándose. De sus bocas salieron llamas de fuego. Y pregunte: ¿porque vienen aquí y porque los atormenta el demonio, y porqué sale fuego? Y me dijo: “Son los padres que no se hicieron amar y respetar con sus hijos, los insultaron. Son los hijos altaneros y groseros con sus padres.” Y pregunte: ¿Por qué van ellos ahí? Y me dijo:”Al final cuando cada uno se presente ante el justo juez, sino fueron buenos van a decir, maldito de mi por no haber respetado y amado a mis padres. Y por esa maldición va al infierno. O va a decir, maldito por no obedecer y seguir la fe católica. O al contrario, van decir, maldito mis padres porque no me enseñaron a respetarlos y amarlos. Por esa maldición los padres van al infierno.Al contrario los padres deben respetar y dar amor a sus hijos. Jamás con insultos. “Ore, ore, porque algunos pueden salvarse”
Vi que en esas casas, donde el padre y la madre, insulta a sus hijos, los demonios salen de sus bocas como gusanos o serpientes que se arrastran. Y poco a poco van y se meten al otro hijo, o al esposo que está lejos. Vi que la única manera para acabar esos demonios en esas casas, es rezar y especialmente el santo rosario.
Vi gente de toda clase y edades que votaban dinero al aire y alrededor de ellos, gente muriéndose de hambre. ¿Y estos quiénes son y porque van al infierno? Y me dijo:” Son todos los que desperdician el dinero en lo que no sirve, son los que compran cosas innecesarias, son los que hacen fiestas para sus gustos, invitan únicamente a los que puede llevarles algo o lo invitan a otra fiestas. Son todos los que desperdiciaron comprando en demasiadas cosas y la dejan dañar en sus refrigeradores en vez de regalarlas. Y nunca hacen obras de misericordia, solo piensan en ellos mismos mientras alrededor del mundo se mueren de hambre. Ore, ore por ellos para que se conviertan, y no vayan al lugar del castigo”.
Vi jóvenes que llevaban aparatos en sus oídos, no pregunte que aparatos porque no los conozco, conectados a una radio, caminaban como sonámbulos. Por esos aparatos les entraban escorpiones, sapos y muerte. Y pregunte ¿Quiénes son? Y me dijo: “Son todos aquellos que escuchan música satánica, rock, la música metálica y se han convertido en adoradores del diablo que los llevan a su propia muerte y les hacen perder el sentido de la vida, son todos los que entran a culto satánico, discotecas u en sus casas se encierran escuchando a alto volumen esa maldita música, para ellos la vida no tiene sentido, ni estudiar ni nada. Se vuelven perezosos y rebeldes. Pobre juventud va a la perdición, ya no hay inocencia en los mayores de 4 años. La maldita televisión y la música los han pervertido, y su corazón enceguecido se van alejando de mí. Ore, ore, para que yo pueda rescatarlos, pues viajan como moscas al mortecino. Ore, ore para que abandonen todo, y no lleguen al lugar de castigo elegido por ellos”.
Vi hombres y mujeres de toda clase, que caminaban de espalda, y un demonio los arrastraba y al caminar, tropezaban con otros, y los hacían caer. Pregunte quienes son, y me dijo: “Son todos aquellos que me iban siguiendo por el camino del cielo, pero las dificultades, los tropiezos, el desaliento, los problemas con los mismos grupos, los hicieron que me abandonaran, y hoy van camino al infierno, y se llevan a otros. A estos les es difícil volver a mí. Porque tiene un demonio que los detiene, este demonio al final los entregara a Satanás, y recibirá más orgullo por haber vencido a uno de los míos. Ore, ore por ellos, pues mi corazón se hiere continuamente, por estos nuevos judas que no quieren sufrir por mí”.
Vi hombres y mujeres de diferentes edades y clases, golpeándose el pecho con un cuchillo, luchaban por quitar un espectro humano, desde los pechos hasta sus ingles .Al golpearse sus heridas sangraban mientras que un demonio les gritaba, tú has sufrido mucho por culpa él , dele más duro, dele más duro, no le perdone no le perdone!!. Entonces pregunte: ¿Quiénes son Señor, y quienes son los que están en el pecho? El Señor me dijo: “Son todos aquellos que nunca han perdonado la falta de sus hermanos, guardan rencores, odio, resentimiento, rencillas, pensando que fueron los únicos que sufrieron. Las personas que llevan en el pecho, son sus supuestos enemigos. Y por eternidad de eternidades, lo tendrán en el pecho como castigo. Oren, oren, para que perdonen, como yo perdono, porque si no perdonan las faltas de sus hermanos, mi Padre tampoco les perdonara.”
Vi hombres y mujeres de todas las edades, sus manos sangraban, y ellos al mirarlas gritaban de terror. Y un demonio les cortaba con una espada, los pasaba por parte y parte, volviéndolos nada. Pregunte ¿Quiénes son Señor? Dijo: “Son todos los asesinos, los secuestradores, los atracadores, son todos aquellos que le han quitado la vida, a alguien, física psíquica, y espiritualmente. Son aquellos que pudiendo salvar una vida, no lo hicieron, su sangre clama, desde la tierra a cielo. La vida yo la doy y la quito cuando quiero, nadie fuera de DIOS puede quitar la vida, ni a un niño, ni aun anciano, ni aun un enfermo, solo DIOS dispone de ellos. Quien lo hace le esperan los mas grandes castigos y tormentos, en el lago de azufre donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Ore, ore, porque hay muchos que están vivos y pueden arrepentirse, hija mía ora, especialmente por los médicos”.Seguimos caminando y vi hombres y mujeres, jóvenes y niños de todas las clases, iban dando vueltas entre sí como perdidos y confusos, los demonios los cubrían con sus sombras, y les decían, no crean, no crean. Y pregunte ¿Quiénes son? Y me dijo: “Son todos aquellos, que pertenecen a mi iglesia o pertenecieron, pero que abandonaron los sacramentos, o si acuden no creen en ellos, ni en la gracia ni en el poder santificador atreves de ellos. Han despreciado al DIOS de la verdad por la mentira. Quienes más sufrirán, son los que no creyeron en mi real presencia, en la sagrada eucaristía, y se hicieron sacrílegos, pues mi carne es verdadera comida mi sangre es verdadera bebida y quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo le resucitare el ultimo día. Ore, ore porque algunos pueden regresar”.
Vi hombres, jóvenes, mujeres y niños con edad de razón, en gran cantidad, caminaban a tientas, pisaban cualquier luz que los podía iluminar, los demonios gritaban, no crean en la luz no crean! Y pregunte ¿Quiénes son? Y me dijo: “Son todos aquellos, que han cometido cualquier pecado y no lo han confesado, por pena, o porque no creen. O si lo confesaron, no lo hicieron con verdadero arrepentimiento. DIOS conoce el corazón de cada hombre. Ore, ore para que se conviertan. Nadie que no confiese su pecado puede entrar en el reino de los cielos”.
Entonces exclame, Señor JESUS, DIOS mío quien puede salvarse!!!!!Me contesto: “Tu ven y sígueme. Para DIOS nada es imposible.” Calle, y seguimos caminando. Encontramos miles, y miles que iban al camino del infierno. No pegunte quienes eran ellos, solo iba pensando, misericordia DIOS mío, misericordia Señor....
El no me dijo quienes eran, ni cual fue su pecado, era de toda edad, y de toda clase, y por algo que yo no entiendo, se me dio a saber, que era de toda religión, fe y creencia. Porque DIOS hace juicio sobre toda persona que vengan a esta tierra, nazca donde nazca y crea en lo que crea. Después de caminar y caminar JESUS me dijo: “Aquí termina el camino al infierno” y se sentó sobre una piedra. Sus llagas sangraban, sus ropas eran rojas y estaba llorando. Le dije ¿Qué tienes Señor y DIOS mío? ¿Porque sus vestidos están rojos, si llegaste de blanco y porque sangran y porque está llorando?
Y me dijo: “Lloro al saber, que para ellos mi sacrificio fue inútil, y mi sangre se derramo en vano. Pues ellos no quisieron salvarse, me despreciaron. Mis ropas están rojas empapadas por mi sangre que he vertido en el dolor de sus pecados, y que ellos no quisieron recibir. Ya que mi perdón esta dado por parte de mi Padre pero ellos no me recibieron. Y yo les he escrito, el que me reciba lo hare hijo de DIOS. Oh hija mía!!, ore, ore, ayúdame a la salvación de los hombres y de las almas. Nos abrazamos y lloramos juntos, de pronto yo estaba en mi cuarto, abrazada fuertemente en él, el miedo era espantoso, todo mi cuerpo temblaba. Le dije Señor tengo miedo. Me coloco la mano sobre la cabeza y me dijo: “esto que has visto no lo contaras hasta dentro de 6 meses que te hayas repuesto completamente. Luego te llevare al cielo, y te mostrare el camino de quienes van por el”. Oramos juntos, se despidió dejándome en paz, lo vi partir, me volvió a mirar. Aun iba llorando, sus ropas iban rojas, sus llagas, sangraban, me dijo adiós con la mano, y desapareció de mi vista.
Preámbulo: "No se pronuncio respecto a la veracidad, de estas apariciones. Sin embargo la siguiente descripción del infierno, nos parece reflejar la teología Católica respecto al mismo."
" ...En un momento, me encontré en un lugar oscuro, profundo y pestilente; escuché voces de toros, rebuznos de burros, rugidos de leones, silbidos de serpientes, confusiones de voces espantosas y truenos grandes que me dieron terror y me asustaron. También vi relámpagos de fuego y humo denso. ¡Despacio! que todavía esto no es nada.
Me pareció ver una gran montaña como formada toda por mantas de víboras, serpientes y basiliscos entrelazados en cantidades infinitas; no se distinguía uno de las otras. Se escuchaba por debajo de ellos maldiciones y voces espantosas. Me volví a mis Ángeles y les pregunté qué eran aquellas voces; y me dijeron que eran voces de las almas que serían atormentadas por mucho tiempo, y que dicho lugar era el más frío. En efecto, se abrió enseguida aquel gran monte, ¡y me pareció verlo todo lleno de almas y demonios! ¡En gran número! Estaban aquellas almas pegadas como si fueran una sola cosa y los demonios las tenían bien atadas a ellos con cadenas de fuego, que almas y demonios son una cosa misma, y cada alma tiene encima tantos demonios que apenas se distinguía. El modo en que las vi no puedo describirlo; sólo lo he descrito así para hacerme entender, pero no es nada comparado con lo que es.
Fui transportada a otro monte, donde estaban toros y caballos desenfrenados los cuales parecía que se estuvieran mordiendo como perros enojados. A estos animales les salía fuego de los ojos, de la boca y de la nariz; sus dientes parecían agudísimas espadas afiladas que después reducían a pedazos todo aquello que les entraba por la boca; incluso aquellos que mordían y devoraban las almas. ¡Qué alaridos y qué terror se sentía! No se detenían nunca, fue cuando entendí que permanecían siempre así. Vi después otros montes más despiadados; pero es imposible describirlos, la mente humana no podría nunca nuca comprender.
En medio de este lugar, vi un trono altísimo, larguísimo, horrible ¡y compuesto por demonios! Más espantoso que el infierno, ¡y en medio de ellos había una silla formada por demonios, los jefes y el principal! Ahí es donde se sienta Lucifer, espantoso, horroroso. ¡Oh Dios! ¡Qué figura tan horrenda! Sobrepasa la fealdad de todos los otros demonios; parecía que tuviera una capa formada de cien capas, y que ésta se encontrara llena de picos bien largos, en la cima de cada una tenía un ojo, grande como el lomo de un buey, y mandaba saetas ardientes que quemaban todo el infierno. Y con todo que es un lugar tan grande y con tantos millones y millones de almas y de demonios, todos ven esta mirada, todos padecen tormentos sobre tormentos del mismo Lucifer. Él los ve a todos y todos lo ven a él.
Aquí, mis Ángeles me hicieron entender que, como en el Paraíso, la vista de Dios, cara a cara, vuelve bienaventurados y contentos a todos alrededor, así en el infierno, la fea cara de Lucifer, de este monstruo infernal, es tormento para todas las almas. Ven todas, cara a cara el Enemigo de Dios; y habiendo para siempre perdido Dios, y no tenerlo nunca, nunca más podrán gozarlo en forma plena. Lucifer lo tiene en sí, y de él se desprende de modo que todos los condenados participan de ello. Él blasfema y todos blasfeman; él maldice y todos maldicen; él atormenta y todos atormentan.
- ¿Y por cuánto será esto?, pregunté a mis Ángeles.
Ellos me respondieron:
- Para siempre, por toda la eternidad.
¡Oh Dios! No puedo decir nada de aquello que he visto y entendido; con palabras no se dice nada. Aquí, enseguida, me hicieron ver el cojín donde estaba sentado Lucifer, donde eso está apoyado en el trono. Era el alma de Judas. Y bajo sus pies había otro cojín bien grande, todo desgarrado y marcado. Me hicieron entender que estas almas eran almas de religiosos; abriéndose el trono, me pareció ver entre aquellos demonios que estaban debajo de la silla una gran cantidad de almas. Y entonces pregunte a mis Ángeles:
- ¿Y estos quiénes son?
Y ellos me dijeron que eran Prelados, Jefes de Iglesia y de Superiores de Religión.
¡Oh Dios!!!! Cada alma sufre en un momento todo aquello que sufren las almas de los otros condenados; me pareció comprender que ¡mi visita fue un tormento para todos los demonios y todas las almas del infierno!
Venían conmigo mis Ángeles, pero de incógnito estaba conmigo mi querida Mamá, María Santísima, porque sin Ella me hubiera muerto del susto. No digo más, no puedo decir nada. Todo aquello que he dicho es nada, todo aquello que he escuchado decir a los predicadores es nada. El infierno no se entiende, ni tampoco se podrá aprender la acerbidad de sus penas y sus tormentos. Esta visión me ha ayudado mucho, me hizo decidir de verdad a despegarme de todo y a hacer mis obras con más perfección, sin ser descuidada. En el infierno hay lugar para todos, y estará el mío si no cambio vida.
¡Sea todo a gloria de Dios, según la voluntad de Dios, por Dios y con Dios!"
Il “Luzifer” di Br. Peter Stiegnitz (1936-2017) per Massoni austriaci
08 Aprile 2020 - 10:57
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(P. Paolo Siano) Dopo il mio articolo sul libro Gott ohne Kirche (2003), ho appreso che il massone Peter Stiegnitz ha scritto anche un libro che non conoscevo prima e che non compare su wikipedia né su Freimaurer-wiki.de.
Stiegnitz è iniziato massone nel 1970 a Vienna nella Loggia Humanitas della Großloge von Österreich (GLvÖ), fa parte di altre Logge (GLvÖ) e ricopre vari incarichi a livello di Gran Loggia. Nella vita profana è docente universitario a Budapest e funzionario presso la Cancelleria Federale d’Austria. Nel suo 80° compleanno (2016) Stiegnitz riceve una Decorazione al Merito dalla GLvÖ, dunque dal Gran Maestro Georg Semler che l’anno seguente (al discorso funebre) lo definirà «un Grande» massone («ein Großer unseres Bundes»).
Passo ora a quel libro di Br.·. Stiegnitz, Die Luzifer-Methode (Edition Va Bene, Wien-Klosterneuburg 2009) che è tutto un elogio a LUCIFERO. Il libro è stato stampato con il sostegno del Ministero Federale della Scienza e della Ricerca in Vienna e del Dipartimento Culturale della Città di Vienna, Promozione della Scienza e della Ricerca: «Gedruckt mit Unterstützung des Bundesministeriums für Wissenschaft und Forschung in Wien und der Kulturabteilung der Stadt Wien, Wissenschaft- und Forschungsförderung» (p.4). Lo stesso Kulturabteilung der Stadt Wien (MA7) ha sostenuto anche il recente libro filo-massonico di mons. Michael H. Weninger, Loge und Altar, Erhard Löcker GesmbH, Wien 2020 (cf. p. 4).
Presento alcuni punti del Die Luzifer-Methode di Stiegnitz il quale ringrazia Lucifero, Portatore di Luce e Avversario di Dio: «Dank Luzifer, dem Lichtbringer. […] Luzifer, Gottesgegenspieler» (p.11). Stiegnitz afferma che Lucifero, Diavolo («Teufel»), Stella del Mattino («Morgenstern») e Portatore di Luce («Lichtbringer»), era la figura preferita da sua madre («die Lieblingsgestalt meiner Mutter»: p.12). Secondo Stiegnitz, Lucifero è il figlio più giovane del Diavolo ed è fratello di «Beelzebub», ma mentre Beelzebub dirige il male, Lucifero invece, per incarico ricevuto da Dio, è il diffusore della Luce e della Conoscenza tra gli uomini (cf. p.16). Inoltre, Stiegnitz afferma che «Beelzebub» è maschio, invece «Luzifer» è versatile («vielseitig»: p. 18), «è bello come una donna o almeno come un giovane greco omoerotico» («Er ist schön wie eine Frau, aber zumindest wie ein homoerotischer griechischer Jüngling»: p.18). Secondo Stiegnitz «gli ottusi satanisti» («Die dumpfen Satanisten») non hanno nulla in comune con Lucifero (cf. p.18). Gli uomini hanno demonizzato Lucifero invece di vederlo come strumento di Dio; lo hanno visto come principe delle tenebre invece che come Luce, Luce di Dio e Luce della Conoscenza. Lucifero adora Dio, ama l’Uomo, ed insegna il suo Metodo che è la Dualità, ossia la necessità degli Opposti che consente la Conoscenza e lo Sviluppo (cf. p.19). Gli Opposti, cioè Luce-Tenebre, Bene-Male, Uomo-Donna, ecc. (cf. p.20). Lucifero è Portatore di Luce e Motivatore della Conoscenza («Luzifer, der Lichtbringer und Erkenntnismotivator»: p. 24). Stiegnitz afferma di essere massone (cf. p.25) e che la Luce e le Tenebre hanno bisogno l’una dell’altra (cf. p.26). L’Uomo ha acquistato la Conoscenza grazie a Lucifero per volere di Dio (cf. p.82, p.114). Stiegnitz elogia il pensiero panteista di Giordano Bruno indicando quel frate eretico come uno dei prediletti di Lucifero, un martire, uno spirito luminoso (cf. pp.116-117). Stiegnitz afferma che «Luzifer» non è il principe delle tenebre ma, come indica il suo nome, è una forma dello Spirito che dà agli uomini il piacere e la Luce («Wie schon sein Name sagt, eine Gestalt des Geistes, der den Menschen Lust und Licht beschert»: p.164). Secondo Stiegnitz è stato Aronne ad inventare la storia del Serpente della Genesi per demonizzare il dio dei Cananei, perciò il Dio biblico non c’entra niente. Così Stiegnitz vuole riabilitare sia Lucifero che Dio (cf. pp.166-167)… Stiegnitz, se da un lato non vuol identificare Lucifero con Satana, però dall’altro riconosce che Lucifero è Diavolo (cf. p.59) e che il Diavolo è Satana (cf. p.167). Stiegnitz ritiene che la Religione è un’opera puramente umana e che le Religioni monoteiste temono Lucifero (cf. p.175). Stiegnitz lamenta che non solo nell’Islam ma anche nel Cristianesimo, principalmente in quello cattolico, c’è un assurdo pregiudizio verso gli adoratori del Diavolo («das absurde Vorurteil gegenüber den „Teufelsanbetern”») e anche verso Lucifero (cf. p.180). A questo riguardo Stiegnitz dice che nel 1886 l’ex massone Leo Taxil accusava i massoni di essere adoratori del Diavolo, o Luciferiani, venerando Satana come Dio di Luce (cf. p.180). Eppure Br.·. Stiegnitz ammette che Taxil non aveva tutti i torti poiché il Massone e Lucifero hanno molte somiglianze tra loro (cf. pp.180-181)!
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Stiegnitz si lamenta del fatto che per Papa Leone XIII, non «Luzifer», bensì la Chiesa è il modello di Luce, e così i sostenitori della Libertà di Pensiero vengono ritenuti agenti di Tenebre (cf. p.181). Secondo il massone Stiegnitz, la Chiesa, la Civiltà e il Progresso hanno bisogno di «Luzifer», «Lichtbringer» (cf. p.182).
È bene sapere che il Luciferismo intellettuale di Br.·. Stiegnitz non è un caso isolato nella Massoneria austriaca, ma è una sorta di tradizione iniziatica che di tanto in tanto emerge dalla stampa massonica. Troviamo un elogio a Lucifero già su Der Zirkel (Nr. 13-14 del 1° luglio 1875), rivista della Loggia Humanitas di Vienna, dove il massone Br.·. Dr. Jos. Wagner accusa i Gesuiti di essere Nemici della Ragione, Nemici della Luce e della Conoscenza. Poi Br.·. Wagner afferma che in fondo «il loro principale nemico è Lucifero Portatore di Luce» che essi condannano nell’abisso dell’Inferno («ist ja doch der Lucifer (Lichtbringer), ihr Hauptfeind, den sie von jeher in den Abgrund der Hölle verwünschten»: p.100). Wagner definisce i massoni quali “Figli della Luce” («Kinder des Lichtes»: p. 100).
Nel 1922, a Vienna, il celebre conte Richard Nikolaus Coudenhove-Kalergi (1894-1972) viene iniziato nella Loggia Humanitas e si unisce anche alla «Kapitolloge Mozart» del Rito Scozzese Antico e Accettato (cf. E. Semrau, Erleuchtung und Verblendung, Innsbruck 2012, p.95). Kalergi, filosofo e politico austriaco, ha fondato il Movimento Pan-Europa sostenuto sin dall’inizio da massoni tra cui il Gran Segretario della Großloge von Wien Wladimir Misar (cf. O. Zuber, Richard Graf Coudenhove-Kalergi als Freimaurer, in Jahrbuch der Forschungsloge Quatuor Coronati Nr. 32, Bayreuth 1995). Kalergi auspicava la realizzazione degli Stati Uniti d’Europa.
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Nel suo libro Praktische Idealismus. Adel–Technik–Pazifismus (Pan-Europa Verlag, Wien-Leipzig 1925), il massone Kalergi afferma che nella mitologia giudaica lo Spirito Europeo corrisponde a Lucifero, in greco Prometeo, al Portatore di Luce che porta la scintilla divina sulla terra, il principe di questa Terra, il Padre della lotta, della tecnica, dell’Illuminazione («In der jüdischen Mythologie entspricht der europäische Geist Luzifer – in der griechischen Prometheus: dem Lichtbringer, der den göttlichen Funken zur Erde trägt, […] der Vater des Kampfes, der Technik, der Aufklärung und des Fortschrittes […]»: p.83). Lo Spirito dell’Europa («Der Geist Europas») ha infranto il dispotismo politico e il dominio delle forze della Natura (cf. p.83). Ancora secondo Kalergi, solo con l’emancipazione dal Cristianesimo l’Europa ha trovato se stessa (cf. pp.84-85).
Ho riportato solo tre casi in cui «Luzifer», o «Lucifer», viene elogiato da massoni austriaci, filantropi ed europeisti. Anche il caso Stiegnitz, dignitario della Massoneria regolare austriaca, conferma l’incompatibilità tra Chiesa e Loggia.