San Miguel Arcángel pesando las almas en el Juicio Final

miércoles, 30 de julio de 2014

Satanismo encubierto en el "género musical" llamado "reggaetón"


El reggaetón, como género musical, transmite un mensaje explícitamente violento, abusivo y denigrante contra la mujer, degradándola a una condición inferior a la de un animal o a la de un objeto destinado a la satisfacción de las pasiones más bajas del varón, el cual a su vez, es tratado como un ser irracional, dominado por sus instintos más primitivos. 
Esto, desde el punto de vista espiritual, no es otra cosa que satanismo, pues el satanismo persigue, precisamente, la degradación de la raza humana a una condición más baja que las bestias sin razón, como modo de ultrajar y arruinar -de ser posible, para toda la eternidad-, al hombre -varón y mujer-, creado "a imagen y semejanza de Dios" (cfr. Gn 1, 26).
En otras palabras, sin ser satanismo explícito, el reggaetón -junto con el rock pesado y otros géneros musicales más, como la cumbia villera, por ejemplo-, transmite a sus oyentes, por medio del contenido de las letras de sus "canciones", además del ritmo de sus "melodías", un satanismo encubierto, que consiste en la satisfacción de las pasiones más bajas y viles 
-la acción realizada por el varón sobre la mujer- 
y en la degradación de la imagen de Dios 
-la violencia y ultraje sufridos por la mujer-.
Ambas acciones, en conjunto, constituyen el satanismo encubierto, propagados por el reggaetón, por el rock pesado, por la cumbia villera y por muchos otros géneros musicales más. 
Las fotografías del siguiente artículo -hemos excluido otras, por pudor-, realizadas por estudiantes colombianos basándose solamente en el contenido de las letras del reggaetón, demuestran la increíble carga de violencia, abuso sexual, degradación y, en fin, satanismo, que este "género" musical infunde en sus seguidores. 
Lo mismo se diga del rock pesado, del rock en general, de la cumbia villera, de la música "pop" (Lady Gagá, etc.), y de muchos otros géneros más. A continuación, el texto del artículo, tal como fue publicado en la prensa colombiana y las fotos.

Miércoles, Julio 30, 2014

"Gata, mami, loba, abusadora o maliciosa": estos son algunos de los sustantivos y calificativos que utilizan en una gran parte de las canciones de reggaetón para referirse a la mujer, lo que inspiró a dos estudiantes colombianos a crear unas impactantes imágenes.

Los estudiantes pertenecientes a la Unipanamericana de Colombia crearon un proyecto en contra de este género, en donde basados en una investigación sobre el contenido del discurso de las canciones, recrearon (de manera exagerada) parte de las letras de cuatro grandes de la industria en cuatro imágenes diferentes.



Las letras de las canciones orientadas a la denigración de la mujer, a su área sexual y a la violencia, hicieron que bajo el lema "Usa la razón, que la música no degrade tu condición", estos jóvenes comenzaran una campaña publicitaria en el país para generar conciencia y terminar con la denigración de la mujer.

La campaña lleva varios meses activa en redes sociales, consiguiendo miles de seguidores que buscan "el respeto y la igualdad".



Lineyl Ibáñez, fotógrafa y una de las fundadoras de la campaña aseguró que la única idea es criticar el contenido de las canciones que ven a las mujeres como objetos sexuales.

(extraído de: http://www.canalntn24.com/galeria/quiere-saber-como-ve-el-reggaeton-a-las-mujeres-descubralo-aqui-20604)

lunes, 28 de julio de 2014

Asombrosa historia de un marine que es rescatado por el Arcángel San Miguel antes de ser llevado al infierno

Una experiencia cercana a la muerte increíble.

Hay muchos relatos de experiencias cercanas a la muerte, en realidad hay mas de visitas al cielo que al infierno. Esta que presentamos aquí es una supuesta experiencia de un marine norteamericano que estuvo muerto por 8 minutos, fue tomado por un demonio para llevarlo al infierno profundo, cuando fue rescatado por una figura angélica, que resultó ser el Arcángel San Miguel.

 san miguel arcangel

Arcángel San Miguel 



Cuando uno lee las declaraciones del marine parece que estuviera leyendo un cómic de aventuras, pero el marine afirma, con lágrimas, la realidad del suceso.

¿No será que cada uno recibe su experiencia de la vida futura en el estilo que le es familiar y con lo que está acostumbrado a pensar? Porque un marine esta entrenado para el combate, esa es su profesión, la pelea.

Este es un material para meditar y discernir.

He aquí la historia.

Un infante de marina de Louisiana llamado Shawn Weed dice que estuvo fuera de su cuerpo y se dirigió a ese “otro lugar” durante un episodio de muerte de ocho minutos causada por una travesura que salió terriblemente mal.

En un descanso de la Infantería de Marina y para relejarse con dos amigos marinos (uno del cuerpo y el otro agente de inteligencia S-2), Weed y sus amigos estaban haciendo se los tontos tomando fotografías de una soga que se colocaban en su cuello, cuando fue atrapado por detrás por uno de los hombres, que pensó que sería aún más divertido apretar el nudo un poco, Weed fue repentinamente incapaz de inhalar, sin el conocimiento de sus colegas, que pensaron que Weed había prolongando el truco.

Fue todo lo contrario.

Weed se encontró incapaz de respirar. Desesperado, el marine había intentado aflojar la soga estrangulándolo. Eso le resultó imposible. De repente, se encontró allí, en la habitación, pero de una forma completamente nueva, ahora mirando a su propio cuerpo en la misma habitación con sus amigos marinos, que se tomaron un tiempo terriblemente largo para darse cuenta de que estaba inconsciente y en problemas. Su espíritu había dejado su cuerpo.

Con la misma rapidez, Weed se encontró fuera de la habitación y en un lugar de otro mundo totalmente desconocido con una oscuridad tan densa y sólida, negra que casi no tenía una textura: una vasta región o plano que parecía no tener tierra o el piso, y sin embargo, estaba de pie en algo, como en el aire.

Un lugar que no conocía en absoluto: no había luz, no había viento, sin sonido, de pie sobre la nada, como en un almacén gigante. La única luz era una tenue luz que venía de su propia forma. Se sentía atrapado a pesar de dar grandes zancadas hacia adelante para encontrar una salida. “No tenía ni idea”, dice, “donde estaba”.

“Empecé a darme cuenta de que estaba de pie en el intervalo entre dos planos paralelos que se extienden por siempre y no hay paredes, no hay puertas, no hay ventanas, estoy atrapado entre estos dos planos paralelos, y no hay manera de salir”.

“A partir de ese momento me sentí muy asustado, pero antes de que pudiera pensar en otra idea salió de mis pies un demonio muy grande. Y, por supuesto, yo no sabía lo que había pasado. Era como ser golpeado por un camión y uno no tiene ni idea de que estaba viniendo. Esta cosa se había apoderado de mí muy rápido y me agarró con tanta sorpresa y era tan grande, que no es posible describir lo que se siente al estar en las garras de algo tan grande”.

“Tuve ese dolor punzante de mi cabeza a mis pies, como un rayo de electricidad, pero sin detenerse. Y tuve esa palpitante sensación, de estar lastimado, golpeado, con la sensación bajando de mi hombro izquierdo y vi estos dedos que bajaban a aproximadamente al fondo de mi pecho. El tamaño de sus manos eran desde el costado de mi cuello hasta mi hombro. Esa era la anchura de su mano. El color de su piel era negro y rojo. No sé si era roja con sombras negras moviéndose a través de ella o rojo con una sustancia aceitosa negra como una nube en movimiento debajo de la piel, por lo que tenía una percepción de movimiento mientras estaba detenido, como el cielo con las nubes en movimiento. Estaba viendo estos dedos rojos gigantes en la oscuridad en movimiento y esta cosa estaba aplastando mi hombro izquierdo”.

“Esta cosa me tenía y estaba sonriéndome, esperando a que yo lo viera. Cuando miré por encima de mi hombro, esta cosa era grotesca. Suena aún más loco, pero era como de cuatro metros de altura. Cualquier cosa que quisiera saber en este lugar se puede pedir en la mente y la respuesta es dada inmediatamente y cuando pensé en lo grande que era, ‘trece pies’ de vino a mí. Sólo sé que era enorme, arrasaba con mis músculos. Sin cabello, sin barba, totalmente sin pelo y de forma humanoide – dos piernas, dos brazos, una boca, una nariz, dos oídos. Las diferencias eran estas: en que nuestros ojos son de color blanco, los suyos era amarillos, y mientras nuestros iris son de color verde o azul o marrón, sus iris eran de oro y diamantes en forma de una serpiente. Tenía una nariz muy ancha y plana y relucientes dientes blancos y perfectamente en la forma de un ser humano. Lo único extraño en los dientes es que donde tenemos los caninos, tenía dos colmillos que salían de su boca como un jabalí, un cerdo salvaje”.

“La cosa me tomó como si no pesara nada. Y me llevaba a un paseo. Sólo miré su rostro por un segundo. Eso es todo lo que hice. Como hombre, yo no tengo miedo de ningún otro hombre sobre la faz de esta tierra. Lucharé contra cualquier hombre, no me importa cuánto más grande es que yo. ¿Pero esta cosa? No había como combatirlo. Era demasiado grande. Era como que pesaba tres o cuatro mil libras. Usted podría tomar uno sobre mí y poner otro encima de mí y aún así no sería tan alto. Esta cosa me tenía por el hombro y se movía a una velocidad muy rápida. Me sentía como yendo a un centenar de millas por hora y tenía el control completo. No había nada, nada en absoluto, yo no podía hacer nada para escapar. Había visto esa cara por tan solo un segundo y fue suficiente para asustarme. Estoy bastante seguro de que asustaría a cualquiera”.

Toda esperanza desapareció de Weed. Parecía que todo había terminado.

“Creo que la fuerza de la esperanza está con Dios, y sin Dios, cualquier esperanza realmente no tiene una razón para vivir y para luchar y no da ninguna fuerza en absoluto”, dice en el vídeo (que se puede ver más adelante).

“Sin esperanza usted no tiene fuerza. Después que la esperanza me dejó, me estaba llevando a donde quiera que quería llevarme”.

Una idea vino a él de que se dirigían desde las “tinieblas de afuera” (lo que más tarde se preguntó si no es lo que la Biblia llama el “seno de Abraham”) hacia la parte de fuego (el “fuego y azufre”) del infierno.

Esto confundió a Weed.

Él no era un santo. Él era indiferente (lo que la Biblia dice acerca de ser “tibio”). Él “bebía como un pez” muchas noches, y fumaba unos cigarrillos. Quién sabe qué más.

Pero él no se consideraba una persona “mala”. Él no era un asesino. Él nunca había molestado a un niño. De vez en cuando iba a la iglesia.

Y así le parecía “mortalmente atroz” que estuviera “siendo llevado al infierno” por un demonio imponente.

Suena absurdo, hasta que ves y escuchas a Weed contarlo.

¿Fantasía? ¿Igual que un cómic?

Si es así, es un cuento que hace que este rudo infante de marina llore en varias coyunturas.

Ese llanto comienza cuando describe (comenzando aproximadamente a los 52 minutos del video) cómo fue rescatado por un ángel.

“Yo era un tipo normal”, dijo. “Nunca me imaginé a mí mismo como malo”.

Mientras pensaba en estas cosas él vio un punto de luz.

“Cuando yo estaba pensando en mí mismo – que no soy un mal tipo – es cuando esa luz apareció”, dice, “como una estrella lejana en el cielo nocturno, algo tan pequeño e insignificante y lejano que no podía ayudarme”.

“Luego se marchó a la izquierda un poco y volvió a la derecha. Se movía y me pregunté: ‘¿Qué es eso?’ y empecé centrarme en ella y salió corriendo hacia mí como – la única manera de describirla – a la velocidad de un relámpago”.

“Vino a mí tan rápido que en un segundo era sólo una pequeña estrella pequeña en el cielo de la noche y al siguiente hubo un cegamiento de luz blanca y su mano estaba alcanzándome y era un ángel”. [aquí comienza a llorar] .

“Mi mano sólo se estiró y agarró su mano, mi reflejo fue sólo para tomar esta mano. Y tan pronto como toqué esta mano los tres estábamos inmóviles y de pie en esta tierra que no se puede ver”.

“Esta bestia, este demonio, todavía me tenía por el hombro e instintivamente supe que debía detenerme porque sabía que si me movía hubiera arrancado mi hombro y el brazo. Era muy fuerte. Hubo algo en mí que me decía, ‘No te muevas. No te muevas’”.

“Yo estaba allí de pie mirando a este ángel y ese ángel era como de nueve pies y seis pulgadas de alto y tenía el pelo castaño ondulado, empujado a la parte trasera y tenía la piel de color oliva-, en realidad no era blanco, no era realmente negro, era un punto intermedio, pero la luz que emanaba de su interior era tan brillantemente blanca que prácticamente eclipsaba el color de su piel”.

“Yo digo ‘eso’, porque en realidad no era un ‘él’ o ‘ella’ a pesar de que el cuerpo tenía la forma de un ‘él’, como un hombre, y cuando miré su rostro era como el hombre más guapo que haya visto combinado con la mujer más hermosa que jamás haya visto. Quiero decir, que cuando se mira a este ángel, piensas, ‘Wow, es hermoso’. Sé que esto es algo gracioso de decir. En la lengua vernácula, un hombre es ‘guapo’ y una mujer es ‘bella’”.

“Pero este ángel era simplemente hermoso”.

“Sus ojos eran azules, me refiero azul perfecto. Como si alguien tomó un pedazo de cielo y lo puso en sus ojos, o una taza del océano, y la puso en sus ojos, no había fallas en ellos. Simplemente perfecto. Simplemente hermoso”.

“Él tenía la forma de un hombre con un pecho y brazos fuertes y la nuez de Adán, un hombre fuerte, más como un fitness trainer fuerte, no un fisicoculturista fuerte como el demonio, con los músculos que resaltan donde no deberían estar. Pero se puede decir que este ángel estaba allí para luchar y tenía una túnica blanca con un corte en v en cuello en la parte delantera y bordada de oro a lo largo del borde de su cuello; este manto era como una especie de túnica romana blanca que llegaba justo debajo de las rodillas y los codos y yo estaba impresionado por ella”.

“Estaba mirándola y perdiendo la cabeza por su brillo y belleza, y al mismo tiempo, congelado porque se podía sentir el aire del demonio, que miró a su alrededor para ver qué lo había detenido. Se dio la vuelta y estaba dispuesto a luchar, no se equivoquen, este demonio estaba listo para batallar de la peor manera – pero cuando se dio la vuelta, este ángel – su velocidad era simplemente increíble y simplemente se adelantó y con la palma abierta golpeó a este demonio a la altura de la cabeza y en el pecho. No puedo describir la fiereza y el poder de esta cosa. Golpeó a este demonio con tal fuerza que su mano literalmente fue arrancada de mi hombro y no tenía ni idea de lo que le había golpeado”.

“Este demonio fue golpeado con tanta fuerza que literalmente se dobló y voló hacia atrás”.

El ángel, al parecer, de acuerdo con el marine, llama a Weed por un “largo” nombre místico.

“Me llamó por el nombre que me dejaba saber más o menos de que todavía tenía la oportunidad de estar en el cielo, que tenía un nombre celestial, y que yo lo dilapidé, me perdí, y si hubiera sido mi tiempo final, ahí es donde me habría quedado. Cuando me llamó con este largo nombre, era como sentirme en ‘casa’”.

El nombre fue removido con la misma rapidez de su memoria.

“Me miró y empezó a hablar de mí y su voz era como una cascada. Si una cascada pudiera hablar, como un sonido de ráfaga (Shawn), comprendí que estaba convirtiendo mi entendimiento para entender su idioma. Me elevó hasta entender su lengua y él me miró y dijo: ‘Hola, mi nombre es Michael’ [Weed llora otra vez]. De inmediato supe que era el Arcángel de la Biblia”.

El demonio estaba tratando de volver, afirma Weed, y el ángel

“me dio una mirada triste y me dijo: ‘tu tiempo aún no ha llegado. Ya es hora de que te vayas’”.

Inmediatamente el marine estaba de vuelta en su cuerpo, tan inmediatamente como lo había dejado. Shawn abrió los ojos; regresó a la “vida”; allí estaba, de nuevo en la sala con sus amigos; acostado en el sofá en que le habían puesto; él dijo que le tomó veinte minutos para recuperar el uso de su cuerpo, ya que trataron de reanimarlo (con éxito, afortunadamente, para los tres, ¿te imaginas ?).

El mensaje de Weed:

Dedicar la vida a Dios tanto como le sea posible.

No es suficiente decir que usted cree. Usted debe creer.

No es suficiente que no sea un asesino, o un abusador. Usted debe ser santo .

Y Weed reafirma,

“No nos damos cuenta de la realidad del lugar. Estuve a las puertas del infierno . Sé a ciencia cierta que existe, porque ahí es donde [antes de que Miguel llegara] me estaban llevando”.



Fuentes: Spirit Daily, Signos de estos Tiempos

viernes, 18 de julio de 2014

LAS ARMAS MÁS PODEROSAS CONTRA EL DIABLO: MEDITAR LA PALABRA DE DIOS, EL ROSARIO, LA CONFESIÓN, LA MISA



-Entrevista al presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, P. Bamonte: “No basta saber que los demonios existen, sino que es preciso conocer cómo actúan para no caer en sus trampas”

Recientemente, la Asociación Internacional de Exorcistas obtuvo el reconocimiento jurídico de la Congregación para el Clero, en el Vaticano. Con este motivo, el presidente de la Asociación, Padre Francesco Bamonte –de los siervos del Corazón Inmaculado de María-, exorcista de la diócesis de Roma, concedió una entrevista a Radio Vaticana. 

P.- El Papa Francisco ha mencionado muchas veces al demonio en sus homilías, recordándonos su existencia real y su actuar. 

R. – Sin duda, el fundamento de la predicación y de las enseñanzas del Papa Francisco es Jesucristo; pero el Papa nos exhorta a no olvidar lo que la Sagrada Escritura nos dice: que los demonios existen: son ángeles creados por Dios que se transformaron en malvados porque libremente eligieron rechazar a Dios y su Reino, dando origen así al infierno. 

Los demonios actúan en la historia personal y comunitaria de los hombres, tratando de propagar entre los hombres la elección del mal. Por eso, no basta saber que existen, sino que es preciso también conocer cómo actúan para prevenir y rechazar sus ataques y no caer en sus trampas. 

El Papa ha descrito a menudo cómo actúan los demonios a través de la tentación para separar a los hombres de Cristo. De hecho, quieren que seamos como ellos; no quieren la santidad de Cristo en nosotros, no quieren nuestro testimonio cristiano, no quieren que seamos discípulos de Jesús. 

El Papa también ha subrayado varias veces que los demonios –que son repelentes y repugnantes- se disfrazan de ángeles de luz para hacerse atractivos y engañar mejor a los hombres. Jesús en el Evangelio nos enseña cómo luchar y vencer a los demonios con su gracia. 

P. – ¿Cuáles son las armas más poderosas contra el diablo?

R. – El arma poderosa, ante todo, es la lectura y la meditación de la Palabra de Dios, como dice el Papa Francisco, que nos ha invitado a llevar siempre en el bolsillo un Evangelio. En nuestro interior, esta Palabra, cuando entra, vive, actúa y nos llena de la gracia del Espíritu Santo. 

Y luego está el Rosario, el encomendarse a la Virgen, a quien el demonio odia especialmente. Y la confesión frecuente: reconocernos pecadores humildemente, confesar nuestros pecados y pedir a Dios la fuerza para no pecar más. La participación en la Santa Misa los días festivos. Y también la lucha contra nuestros vicios, contra lo que el pecado original ha dejado en nosotros, para que triunfe el hombre nuevo en Cristo. 

P.- La presencia de un sacerdote exorcista en la diócesis ¿es necesaria?

R.- Es importantísima. De hecho, cuando no hay un sacerdote exorcista, a menudo la gente se dirige a magos, hechiceros, lectores de cartas y del futuro, sectas… Por otra parte, no tiene sentido pensar que si las personas saben que hay un exorcista en su diócesis, serán más propensas a creer que son víctimas de una posesión diabólica. La primera preocupación de todo exorcista con buen sentido es evitar que se forme o se mantenga la creencia de una posesión cuando ésta no existe. 

El exorcista es ante todo un evangelizador, un sacerdote, por lo que sea cual sea el origen del mal que padece quien acude a él, sea o no sea una auténtica forma de acción extraordinaria del demonio, el sacerdote exorcista se esfuerza por infundir serenidad, paz, confianza en Dios y esperanza en su gracia. 

Y cuando se comprueba realmente la existencia de un caso de posesión diabólica, el sacerdote exorcista acompañará a esos hermanos y hermanas que sufren a causa del maligno, con humildad, fe y caridad, para sostenerlos en la lucha, para darles ánimos en el duro camino de la liberación, y para reavivar en ellos la esperanza. 

P.- ¿Es grande el sufrimiento de las personas que sufren realmente el estado de posesión diabólica?

R.- En mi experiencia, como en la de muchos otros exorcistas –naturalmente relativa a personas realmente poseídas- encuentro hombres y mujeres perfectamente sanos de mente, pero expuestos a un nivel de sufrimiento difícilmente imaginable. 

Ante tanto dolor es imposible permanecer indiferente: deseo sinceramente que muchos otros hermanos sacerdotes se den cuenta de esta dramática realidad, a menudo ignorada o subestimada. El exorcismo es una forma de caridad en beneficio de personas que sufren. Está dentro de las obras de misericordia corporal y espiritual.

P. – Hablemos del servicio que ofrece el Vicariado de Roma…

R.- En algunas diócesis se ofrece un servicio de “primera escucha” para quienes piden un exorcista. Los sacerdotes cuentan con la ayuda de un equipo de voluntarios formado por médicos especialistas en psiquiatría y psicoterapeutas, que evalúan si es necesario los aspectos médicos. Hay personas que confunden problemas de origen médico con problemas de origen espiritual. Los casos que se consideran serios y en los que debe intervenir un sacerdote exorcista son limitados.

P.- La Asociación Internacional de Exorcistas que se ha creado recientemente es una novedad en la Iglesia

R.- En la larga historia de la Iglesia, aún no se había constituido una Asociación Internacional de Exorcistas: esto es un signo de los tiempos. El Espíritu Santo, en respuesta a las exigencias especiales de nuestra época, ha suscitado una toma de conciencia de que entre los mandatos que Cristo a la Iglesia, está incluido el de expulsar a los demonios en su Nombre. 

Al mismo tiempo, el Espíritu Santo ha inspirado en la Iglesia una asociación de sacerdotes exorcistas para que tengan la fuerza que deriva del estar en comunión con otros hermanos que ejercen el mismo ministerio; y para que, encontrándose periódicamente y compartiendo sus experiencias, puedan ofrecer una ayuda más eficaz a quienes se dirigen a ellos. 

El Papa Francisco envió un mensaje en septiembre a los exorcistas italianos, expresando su aprecio por el servicio eclesial que realizan con el ministerio del exorcismo, ejerciendo una forma de caridad en beneficio de personas que sufren y necesitan liberación y consuelo.
(extraído de News.va)

martes, 8 de julio de 2014

"Recuerda tus postrimerías, y nunca pecarás" (Ecli 7, 40)


Jesús, Justo Juez,
Terrible y Supremo,
en el Día del Juicio Final,
el Día de la Ira de Dios.
A su lado, su Madre,
María Santísima.

NOVÍSIMOS: MUERTE - JUICIO - INFIERNO - CIELO

"Meditare Novissima tua et in aeternum non peccabis" (Ecli 7, 40)


MUERTE:

Retrato de un hombre que acaba de morir

Polvo eres y en polvo te convertirás

Gn. 3, 19

Considera que tierra eres y en tierra te has de convertir. Día llegará en que será necesario morir y pudrirse en una fosa, donde estarás cubierto de gusanos (Sal. 14, 11). A todos, nobles o plebeyos, príncipes o vasallos, ha de tocar la misma suerte. Apenas, con el último suspiro, salga el alma del cuerpo, pasará a la eternidad, y el cuerpo, luego, se reducirá a polvo (Sal. 103, 29).

Imagínate en presencia de una persona que acaba de expirar. Mira aquél cadáver, tendido aún en su lecho mortuorio; la cabeza inclinada sobre el pecho; esparcido el cabello, todavía bañado con el sudor de la muerte; hundidos los ojos; desencajadas las mejillas; el rostro de color de ceniza; los labios y la lengua de color de plomo; yerto y pesado el cuerpo... ¡Tiembla y palidece quien lo ve!... ¡Cuántos, sólo por haber contemplado a un pariente o amigo muerto, han mudado de vida y abandonado el mundo!

Pero todavía inspira el cadáver horror más intenso cuando comienza a descomponerse... Ni un día ha pasado desde que murió aquel joven, y ya se percibe un hedor insoportable. Hay que abrir las ventanas, y quemar perfumes, y procurar que pronto lleven al difunto a la iglesia o al cementerio, y que le entierren en seguida, para que no inficione toda la casa... Y el que haya sido aquel cuerpo de un noble o un potentado no servirá, acaso, sino para que despida más insufrible fetidez, dice un autor.

¡Ved en lo que ha venido a parar aquel hombre soberbio, aquel deshonesto!... Poco ha, veíase acogido y agasajado en el trato de la sociedad; ahora es horror y espanto de quien le mira. Apresúranse los parientes a arrojarle de la casa, y pagan portadores para que, encerrado en su ataúd, se lo lleven y den sepultura... Pregonaba la fama no ha mucho el talento, la finura, la cortesía y gracia de ese hombre; mas a poco de haber muerto, ni aun su recuerdo se conserva (Sal. 9, 7).

Al oír la nueva de su muerte, limítanse unos a decir que era un hombre honrado; otros, que ha dejado a su familia con grandes riquezas. Contrístanse algunos, porque la vida del que murió les era provechosa; alégranse otros, porque esa muerte puede serles útil.

Por fin, al poco tiempo, nadie habla ya de él, y hasta sus deudos más allegados no quieren que de él se les hable, por no renovar el dolor. En las visitas de duelo se trata de otras cosas; y si alguien se atreve a mencionar al muerto, no falta un pariente que diga: “¡Por caridad, no me lo nombréis más!”

Considera que lo que has hecho en la muerte de tus deudos y amigos así se hará en la tuya. Entran los vivos en la escena del mundo a representar su papel y a recoger la hacienda y ocupar el puesto de los que mueren; pero el aprecio y memoria de éstos poco o nada duran. Aflígense al principio los parientes algunos días, mas en breve se consuelan por la herencia que hayan obtenido, y muy luego parece como que su muerte los regocija. En aquella misma casa donde hayas exhalado el último suspiro, y donde Jesucristo te habrá juzgado, pronto se celebrarán, como antes, banquetes y bailes, fiestas y juegos... Y tu alma, ¿dónde estará entonces? 

(“Preparación para la muerte” – San Alfonso María de Ligorio)



JUICIO: 

Del juicio particular

Porque es necesario que todos
nosotros seamos manifestados
ante el tribunal de Cristo.
2 Cor. 5, 10.

Consideremos la presentación del reo, acusación, examen y sentencia de este juicio. Primeramente, en cuanto a la presentación del alma ante el Juez, dicen comúnmente los teólogos que el juicio particular se verifica en el mismo instante en que el hombre expira, y que en el propio lugar donde el alma se separa del cuerpo es juzgada por nuestro Señor Jesucristo, el cual no delegará su poder, sino que por Sí mismo vendrá a juzgar esta causa. “A la hora que no penséis vendrá el Hijo del Hombre” (Lc. 12, 40). “Vendrá con amor para los buenos –dice San Agustín–, y con terror para los malos”.

¡Oh, qué espantoso temor sentirá el que, al ver por vez primera al Redentor, vea también la indignación divina! “¿Quién podrá subsistir ante la faz de su indignación?” (Nah. 1, 6).

Meditando en esto, el P. Luis de la Puente temblaba de tal modo que la celda en que estaba se estremecía. El V. P. Juvenal Ancina se convirtió oyendo cantar el Dies irae, porque al considerar el terror que tendrá el alma cuando vaya al juicio, resolvió apartarse del mundo; y así, en efecto, le abandonó.

El enojo del Juez, anuncio será de eterna desventura (Pr. 16, 14); y hará padecer más a las almas que las mismas penas del infierno, dice San Bernardo.

Causa a veces el miedo sudor glacial en los criminales presentados ante los jueces de la tierra. Pisón, con traje de reo, comparece ante el Senado, y es tal su confusión y vergüenza, que allí mismo se da muerte. ¡Qué aflicción profunda siente un hijo o un buen vasallo cuando ve al padre o a su señor gravemente enojado!...

¡Pues mucha mayor pena sentirá el alma cuando vea indignado a Jesucristo, a quien despreció! (Jn. 19, 37). Airado e implacable, se le presentará entonces este Cordero divino, que fue en el mundo tan paciente y amoroso, y el alma, sin esperanza, clamará a los montes que caigan sobre ella y la oculten del enojo de Dios (Ap. 6, 16).

Hablando del juicio, dice San Lucas (21, 27): Entonces verán el Hijo del Hombre. Ver a su Juez en forma humana acrecentará el dolor de los pecadores; porque la presencia de aquel Hombre que murió por salvarlos les recordará vivamente la ingratitud con que le ofendieron.

Después de la gloriosa Ascensión del Señor, los ángeles dijeron a sus discípulos (Hch. 1, 11): “Este Jesús, que ante vuestra vista ha subido a la gloria, así vendrá como le habéis visto ir al Cielo”. Vendrá, pues, el salvador a juzgarnos ostentando aquellas mismas sagradas llagas que tenía cuando dejó la tierra. “Grande gozo para los que le contemplen, temor grande para los que esperan”, dice Ruperto. Esas benditas llagas consolarán a los justos e infundirán espanto a los pecadores.

Cuando José dijo a sus hermanos (Gn. 45, 3): Yo soy José, a quien vendisteis, quedaron ellos –dice la Escritura– mudos e inmóviles de terror. ¿Qué responderá el pecador a Jesucristo? ¿Podrá acaso pedirle misericordia cuando antes le habrá dado cuenta de lo mucho que despreció esa misma clemencia? ¿Qué hará, pues –dice San Agustín–, adónde huirá cuando vea al Juez enojado, debajo el infierno abierto, a un lado los pecados acusadores, al otro al demonio dispuesto a ejecutar la sentencia, y dentro de sí mismo la conciencia que remuerde y castiga? 

(“Preparación para la muerte” – San Alfonso María de Ligorio)



INFIERNO: 

De las penas del infierno

E irán éstos al suplicio eterno.
Mt. 25, 46

Dos males comete el pecador cuando peca: deja a Dios, Sumo Bien, y se entrega a las criaturas. Porque dos males hizo mi pueblo: me dejaron a Mí, que soy fuente de agua viva, y cavaron para sí aljibes rotos, que no pueden contener las aguas (Jer. 2, 13). Y porque el pecador se dio a las criaturas, con ofensa de Dios, justamente será luego atormentado en el infierno por esas mismas criaturas, el fuego y los demonios; ésta es la pena de sentido. Mas como su culpa mayor, en la cual consiste la maldad del pecado, es el apartarse de Dios, la pena más grande que hay en el infierno es la pena de daño, el carecer de la vista de Dios y haberle perdido para siempre.

Consideremos primeramente la pena de sentido. Es de fe que hay infierno. En el centro de la tierra se halla esa cárcel, destinada al castigo de los rebeldes contra Dios.

¿Qué es, pues, el infierno? El lugar de tormentos (Lucas 16, 28), como le llamó el rico Epulón, lugar de tormentos, donde todos los sentidos y potencias del condenado han de tener su propio castigo, y donde aquel sentido que más hubiere servido de medio para ofender a Dios será más gravemente atormentado (Sb. 11, 17; Ap. 18, 7). La vista padecerá el tormento de las tinieblas (Jb. 10, 21).

Digno de profunda compasión sería el hombre infeliz que pasara cuarenta o cincuenta años de su vida encerrado en tenebroso y estrecho calabozo. Pues el infierno es cárcel por completo cerrada y oscura, donde no penetrará nunca ni un rayo de sol ni de luz alguna (Salmo 48, 20).

El fuego que en la tierra alumbra no será luminoso en el infierno. “Voz del Señor, que corta llama de fuego” (Sal. 28, 7). Es decir, como lo explica San Basilio, que el Señor separará del fuego la luz, de modo que esas maravillosas llamas abrasarán sin alumbrar. O como más brevemente dice San Alberto Magno: “Apartará del calor el resplandor”. Y el humo que despedirá esa hoguera formará la espesa nube tenebrosa que, como nos dice San Judas (1, 3), cegará los ojos de los réprobos. No habrá allí más claridad que la precisa para acrecentar los tormentos. Un pálido fulgor que deje ver la fealdad de los condenados y de los demonios y del horrendo aspecto que éstos tomarán para causar mayor espanto.

El olfato padecerá su propio tormento. Sería insoportable que estuviésemos encerrados en estrecha habitación con un cadáver fétido. Pues el condenado ha de estar siempre entre millones de réprobos, vivos para la pena, cadáveres hediondos por la pestilencia que arrojarán de sí (Is. 34, 3).

Dice San Buenaventura que si el cuerpo de un condenado saliera del infierno, bastaría él solo para que por su hedor muriesen todos los hombres del mundo... Y aún dice algún insensato: “Si voy al infierno, no iré solo...” ¡Infeliz!, cuantos más réprobos haya allí, mayores serán tus padecimientos.

“Allí –dice Santo Tomás– la compañía de otros desdichados no alivia, antes acrecienta la común desventura”. Mucho más penarán, sin duda, por la fetidez asquerosa, por los lamentos de aquella desesperada muchedumbre y por la estrechez en que se hallarán amontonados y oprimidos, como ovejas en tiempo de invierno (Sal. 48, 15), como uvas prensadas en el lagar de la ira de Dios (Ap. 19, 15).

Padecerán asimismo el tormento de la inmovilidad (Ex. 15, 16). Tal como caiga el condenado en el infierno, así ha de permanecer inmóvil, sin que le sea dado cambiar de sitio ni mover mano ni pie mientras Dios sea Dios.

Será atormentado el oído con los continuos lamentos y voces de aquellos pobres desesperados, y por el horroroso estruendo que los demonios moverán (Jb. 15, 21). Huye a menudo de nosotros el sueño cuando oímos cerca gemidos de enfermos, llanto de niños o ladrido de algún perro... ¡Infelices réprobos, que han de oír forzosamente por toda la eternidad los gritos pavorosos de todos los condenados!...

La gula será castigada con el hambre devoradora... (Sal. 58, 15). Mas no habrá allí ni un pedazo de pan. Padecerá el condenado abrasadora sed, que no se apagaría con toda el agua del mar, pero no se le dará ni una sola gota. Una gota de agua nomás pedía el rico avariento, y no la obtuvo ni la obtendrá jamás. 

(“Preparación para la muerte” – San Alfonso María de Ligorio)



CIELO: 

De la gloria

Vuestra tristeza se convertirá en alegría
Jn. 16, 20.

Procuremos ahora sufrir con paciencia las tribulaciones de esta vida, ofreciéndolas a Dios, en unión de los dolores que Jesucristo sufrió por nuestro amor, y alentémonos con la esperanza de la gloria. Algún día acabarán estos trabajos, penas, angustias, persecuciones y temores, y si nos salvamos, se nos convertirá en gozo y alegría inefable en el reino de los bienaventurados.

Así nos alienta y reanima el Señor (Jn. 16, 20): “Vuestra tristeza se convertirá en alegría”. Meditemos, pues, sobre la felicidad de la gloria... Mas, ¿qué diremos de esta felicidad, si ni aun los Santos más inspirados han acertado a expresar las delicias que Dios reserva a los que le aman?... David sólo supo decir (Sal. 83, 3) que la gloria es el bien infinitamente deseable...

¡Y tú, san Pablo, insigne, que tuviste la dicha de ser arrebatado a los Cielos, dinos algo siquiera de lo que viste allí!... “No –responde el gran Apóstol (2 Co. 12, 4)–; lo que vi no es posible explicarlo. Tan altas son las delicias de la gloria, que no puede comprenderlas quien no las disfrute. Sólo diré que nadie en la tierra ha visto, ni oído, ni comprendido las bellezas y armonías y placeres que Dios tiene preparados para los que le aman” (1 Co. 2, 9).

No podemos acá imaginar los bienes del Cielo, porque sólo formamos idea de los que este mundo nos ofrece... Si, por maravilla, un ser irracional pudiese discurrir, y supiese que un rico señor iba a celebrar espléndido banquete, imaginaría que los manjares dispuestos habían de ser exquisitos y selectos, pero semejantes a los que él usara, porque no podría concebir nada mejor como alimento.

Así discurrimos nosotros, pensando en los bienes de la gloria... ¡Qué hermoso es contemplar en noche serena de estío la magnificencia del cielo cubierto de estrellas! ¡Cuán grato admirar las apacibles aguas de un lago transparente, en cuyo fondo se descubren peces que nadan y peñas vestidas de musgo! ¡Cuánta hermosura la de un jardín lleno de flores y frutos, circundado de fuentes y arroyuelos y poblado de lindos pajarillos que cruzan el aire y le alegran con su canto armonioso!... Diríase que tantas bellezas son el paraíso...

Mas no: muy otros son los bienes y hermosuras de la gloria. Para entender confusamente algo de ello, considérese que allí está Dios omnipotente, colmando, embriagando de gozo inenarrable a las almas que Él ama...

¿Queréis columbrar lo que es el Cielo? –decía San Bernardo–, pues sabed que allí no hay nada que nos desagrade, y existe todo bien que deleita.

¡Oh Dios! ¿Qué dirá el alma cuando llegue a aquel felicísimo reino?... Imaginemos que un joven o una virgen, consagrados toda su vida al amor y servicio de Cristo, acaban de morir y dejan ya este valle de lágrimas. Preséntase el alma al juicio; abrázala el Juez, y le asegura que está santificada. El ángel custodio le acompaña y felicita y ella le muestra su gratitud por la asistencia que le debe. “Ven, pues, alma hermosa –le dice el ángel–; regocíjate porque te has salvado; ven a contemplar a tu Señor”.

Y el alma se eleva, traspone las nubes, pasa más allá de las estrellas y entra en el Cielo... ¡Oh Dios mío!, ¿Qué sentirá el alma al penetrar por vez primera en aquel venturoso reino y ver aquella ciudad de Dios, dechado insuperable de hermosura?...

Los ángeles y Santos la reciben gozosos y le dan amorosísima bienvenida... Allí verá con indecible júbilo a sus Santos protectores y a los deudos y amigos que la precedieron en la vida eterna. Querrá el alma venerarlos rendida, mas ellos lo impedirán, recordándole que son también siervos del Señor (Ap. 22, 9).

La llevarán después a que bese los pies de la Virgen María, Reina de los Cielos, y el alma sentirá inmenso deliquio de amor y de ternura viendo a la excelsa y divina Madre, que tanto la auxilió para que se salvase, y que ahora le tenderá sus amantes brazos y que le dejará conocer cuantas gracias le obtuvo.

Acompañada por esta soberana Señora, llegará el alma ante nuestro Rey Jesucristo, que la recibirá como a esposa amadísima, y le dirá (Cant. 4, 8): Ven del Líbano, esposa mía; ven y serás coronada; alégrate y consuélate, que ya acabaron tus lágrimas, penas y temores; recibe la corona inmarcesible que te conseguí con mi Sangre...”.

Jesús mismo la presentará al Eterno Padre, que la bendecirá, diciendo (Mt. 25, 21): Entra en el gozo de tu Señor, y le comunicará bienaventuranzas sin fin, con felicidad semejante a la que Él disfruta. 

(“Preparación para la muerte” – San Alfonso María de Ligorio)

miércoles, 2 de julio de 2014

El Vaticano reconoció jurídicamente a la Asociación Internacional de Exorcistas


Así lo informa hoy "L'Osservatore Romano", el periódico de la Santa Sede; fue creada en 1991 y hoy cuenta con 250 exorcistas presentes en treinta países

CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- La Congregación para el Clero del Vaticano reconoció jurídicamente a la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE), fundada por uno de los exorcistas más célebres del mundo, Gabrielle Amorth, informa hoy "L'Osservatore Romano", el periódico de la Santa Sede.

Mediante un decreto fechado el pasado 13 de junio, esta congregación de la Curia romana aprobó los estatutos de la AIE concediéndola personalidad jurídica de asociación internacional de fieles, en base al artículo 322.1 del Código de Derecho Canónico.

La idea de englobar a los exorcistas en una asociación surgió del padre Amorth en la década de los 80, con el objetivo de celebrar reuniones en las que compartir experiencias y reflexiones para así poder ayudar de un modo más concreto y eficaz a las personas que recurrían a ellos.

 El exorcismo es una oración oficial de la Iglesia católica en la que se invoca a Dios y se exige al diablo que libere a una persona determinada. Foto: Archivo  
Y es que, según indica el rotativo vaticano, en aquel periodo se produjo un incremento de la difusión de las "prácticas ocultas", por lo que un creciente número de fieles reclamaba la ayuda de los exorcistas.

LA CREACIÓN

El 4 de septiembre de 1991 surgió la Asociación Italiana de Exorcistas. Dos años más tarde, en 1993, el padre Amorth y sus colegas italianos participaron en un simposio organizado por el exorcista francés René Chenessau y por el teólogo René Laurentin.

"L'Osservatore Romano" recuerda que la experiencia fue positiva, por lo que se repitió en 1994, encuentro en el que se decidió finalmente dar continuidad a este evento dotándole de una estructura organizativa.

Francesco Bamonte, presidente de esta asociación desde 2012, aseguró al diario vaticano que la aprobación del AIE por parte de la Santa Sede es "motivo de alegría, no solo para los asociados, sino también para toda la Iglesia".

"Dios llama a algunos sacerdotes a ejercer este precioso ministerio del exorcismo y de la liberación con el fin de acompañar con humildad, fe y caridad a estas personas que requieren una atención espiritual y pastoral específica", agregó.

250 EN 30 PAÍSES

Actualmente, la AIE cuenta con cerca de 250 exorcistas presentes en una treintena de países. El exorcismo es una oración oficial de la Iglesia católica en la que se invoca a Dios y se exige al diablo que libere a una persona determinada.

Su ritual fue renovado en la época de Juan Pablo II, en 1998, cuando la Iglesia Católica decidió, después de casi 400 años, revisar el anterior texto -de 1614- debido a los cambios que supuso el Concilio Vaticano II (1962-1965) y a los avances de la ciencia en el campo de la mente.

En mayo de 2013, el canal TV2000, propiedad de los obispos italianos, retransmitió un supuesto exorcismo u "oración de liberación" que el papa Francisco realizó a un joven en la plaza de San Pedro del Vaticano, tras la misa de Pentecostés.

En dichas imágenes pudo verse cómo el muchacho, postrado en una silla de ruedas, abría la boca en el momento en el que el pontífice posaba sus manos en su frente y pronunciaba unas palabras ininteligibles.

La versión oficial de la Santa Sede fue que Bergoglio no llevó a cabo ningún exorcismo, sino que "simplemente rezó por una persona enferma que le fue presentada".