29 de marzo de 2019
La ceremonia parecería sacada de Harry Potter, pero fue en el mundo real. Sucedió en Moscú y fue noticiada ampliamente por la BBC.
El círculo magico estaba compuesto mayoritariamente por mujeres cubiertas por capuzas obscuras y símbolos rojos en las espaldas, rezando fórmulas ocultistas procurando un efecto demoníaco sobre la política.
«Que venga con grandeza el poder de Rusia y dirija el camino de Vladimir Putin. Respira, oh Madre Tierra, abrazando a Rusia», invocaba la jefa del grupo, Alyona Polyn, mientras las otras brujas pronunciaban conjuros.
El grupo de hechiceras de denomina «Imperio de las Brujas más poderosas» y practica llamados diabólicos, o «círculos mágicos de poder«, para apoyar al presidente Putin, formado en la KGB.
«Una debe apoyar a Vladimir Putin antes de cualquier cosa», dice la hechicera Yulia. «Queremos que los villanos [que atacan a Putin] se queden en silencio», agregó la bruja Irina a la agencia Reuters.
Las brujas lanzaron maleficios contra los enemigos de Rusia y de su dictador.
Polyn, que dice ser la maga principal, explicó a los medios rusos que sus ceremonias tienen siempre el apoyo del Estado y del presidente «porque él es el rostro de Rusia».
Según Jüri Maloverjan, correspondiente de la BBC en Moscú, la asociación ocultista practica los ritos creados por Polyn. Ella es calificada por los medios oficiales de «bruja más prominente de Moscú» y articuladora del «mayor grupo de hechiceros del país«.
Si bien el hecho sea risible bajo ciertos puntos de vista, es revelador de una siniestro aspecto de fondo en Rusia, y queno viene de hoy.
El culto de Satanás está enquistado en el Patriarcado de Moscú y en el mundo cismático ruso en general.
El tiempo del zarismo tuvo horrorosos representantes, como el muy conocido Rasputín, dotado de poderes paranormales asombrosos y filósofos panteístas y/oocultistas ampliamente glosados en círculos occidentales no menos infectados de los poderes de las tinieblas.
El bienaventurado carmelita y gran exorcista, Padre Francisca Palau y Quer escribió abundantemente sobre ese siniestro poder concedido por los infiernos alcisma ruso.
El Padre Amorth se inspiró en los escritos del Beato Palau para promover el actual movimiento mundial católico por el exorcismo.
El arzobispo Mons. André Sheptyskyi, líder de la Iglesia Católica en Ucrania durante las persecuciones de Lenin y Stalin, escribió al Papa Pio XII: «Este régimen sólo puede explicarse como un caso de posesión diabólica colectiva«.
Y pidió al Pontífice que sugiriese a todos los sacerdotes y religiosos del mundo que «exorcizasen» a la Rusia soviética«. Algo muy parecido al llamamiento del beato Palau al Concilio Vaticano I.
El satanismo no paró con Rasputín y esos filósofos de las tinieblas, sino que se desenvolvió en la propia URSS y hoy alcanza una auge bajo liderazgo «mágico»de Vladimir Putin.
¡Y eso al punto de intentar sistematizar los poderes diabólicos en un esfuerzo deguerra contra el Occidente cristiano! ¡Y al servicio del triunfo de un Carlomagno de Oriente!
La BBC agrega que la referida masonería de brujas pretende ser la «única organización involucrada en la magia y en la hechicería» a nivel mundial que ofrece toda especie de «servicios» con maldiciones o conjuros, o contra ellos, para «atraer el amor».
Por otra parte, como describe el beato Palau, son punto de partida de incontables posesiones diabólicas individuales y colectivas.
La práctica es ampliamente popular en Rusia, y hasta «mucho más popular que en cualquier otro lugar de Europa occidental», opina el periodista de la BBC.
Según el Ministerio de la Salud ruso, citado por dl diario The Moscow Times, más de 800.000 rusos trabajaban comocuranderos, médiums, psíquicos, en «servicios» similares en 2017.
Maurice Paleologue, embajador de Francia en San Petersburgo durante el fin del zarismo, describe con pormenores lainfluencia perversa de esos curanderos distribuidos por todo el clero cismático.
Putin se mantiene muy próximo a la Iglesia Ortodoxa «a la Rasputín», en un punto tal que hasta los ortodoxos de Ucrania se separaron formalmente de esa falsa iglesia dirigida por Moscú.
Maloverjan explica que Putin no muestra inclinación al ocultismo barato que existe en los ambientes populares.
Pero sustenta formas de ejercicios paranormales que en las altas esferas iniciáticas tendrían el poder de mudar la cabeza de los occidentales.
No es de espantar que el histriónico «Imperio de las Brujas más Poderosas» haya sido acusado de charlatanismo, deengaños a clientes y/o realizar prácticas dolosas.
En ese submundo el embuste es ley, y el demonio es el maestro y «padre de la mentira». Pero él está siempre presente, hasta ofreciendo conseguir enormes ventajas.
El Marketing de Satanás promete y miente, pero cuando las potencias infernales pretenden obtener provechos de los maleficios, interviene de hecho. Es lo que explican renombrados exorcistas católicos con base en vasta y aterradora experiencia pastoral.
Las prácticas de las brujas de Putin vienen siendo imitadas por hechiceros contra Donald Trump y su gobierno.
O contra el presidente argentino Mauricio Macri y el Senado argentino que rechazó el aborto, o hasta – como recordó la TV putinista RT – para evitar que fuese aceptado Brett Kavanaugh en la Corte Suprema de los Estados Unidos.
¿Serán sólo en esos países?
Fuente: flagelorusso
(http://familiauruguayacristiana.com.uy/principal/rusia-central-mundial-de-maleficios-satanicos/?fbclid=IwAR3e2y61FhayJOERu6knO1jyiWYC8jwsIEVZ5rYBwtF7c5nW2gsmPmAUVDM)
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