La Sal Bendecida o Exorcizada es uno de los sacramentales de la Iglesia Católica.
Probablemente estés muy familiarizado con el agua bendita. ¿Pero también lo estarás con la sal bendita?
Tanto la sal como el agua bendita son sacramentales, o signos sagrados que disponen a los fieles para recibir una gracia (cf. Sacrosanctum Concilium 60).
El uso de la sal con fines religiosos por el pueblo de Dios se remonta a miles de años tras hasta el pueblo judío antes de Cristo. Y también fue usado por los cristianos de la Iglesia primitiva, especialmente de rito romano.
Hoy en día el uso de la sal bendita en la liturgia se da con mayor frecuencia en la Forma Extraordinaria, especialmente en exorcismos, bautizo, la reconsagración de un altar, y la bendición del agua bendita. Pero también en la Forma Ordinaria la sal bendita puede ser usada para bendecir el agua.
La sal es también usada para bendecir hogares. Se puede rociar, o incluso dibujar una línea, la cual actúa como una línea espiritual de protección contra los espíritus malignos (es posible que hayas visto esto en las películas de terror… ¡pero es una práctica tradicional católica!). Algunas personas incluso la utilizan en la cocina.
Si deseas tener un poco de sal bendita solo debes tomar un poco de sal común y corriente y pedir a un sacerdote que la bendiga. ¡Así de simple!
(http://es.churchpop.com/2017/09/03/poco-conocido-poder-espiritual-la-sal-bendita/)
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