Pon atención, blasfemo: si tú le dices "perro" a Dios, entonces yo te digo "perro" a ti, porque los enemigos de Dios son mis enemigos. No se puede permitir que se ofenda a Dios de un modo tan cruel, despiadado y blasfemo. Arrepiéntete, mientras tengas vida, porque esta vida es para recibir a la Divina Misericordia. Si no te arrepientes de tus blasfemias, cantante sacrílego, ladrarás de dolor por la eternidad.
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