«Dice San Eutimio: “Cristo nos enseñó a no creer nunca a los demonios, aun cuando lo que digan sea verdad. Porque como ellos aman la falsedad, y son hostilísimos hacia nosotros, nunca hablan la verdad sino para engañar. Ellos usan la verdad como si fuera un anzuelo”. Porque, como los mentirosos que son, ellos ocultan y disfrazan sus mentiras bajo color de verdad. Al comienzo dicen algunas cosas que son verdaderas, y después entretejen con ellas lo que es falso, para que aquellos que han creído a lo primero puedan creer también a lo último. Por esta razón San Pablo expulsó al espíritu pitónico que lo alababa (Hechos XVI, 18)»
PADRE CORNELIO ALÁPIDE SJ, Comentario sobre San Marcos I, 25.