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jueves, 15 de noviembre de 2012

¡Estoy condenada!






LAS JÓVENES PECADORAS




Roma 1873. Una prostituta muere avanzada la noche en el hospital local. En ese instante, una de sus "colegas" del burdel, comenzó a gritar, despertando a todo el vecindario y alarmando a la policía. ¿Por qué? por que su amiga del hospital se le había aparecido de repente envuelta en llamas proclamando:


"¡Estoy condenada!"


Al amanecer, la pobre chica se fue.


Palabras seguidas por la muerte, la noche anterior, de su amiga en el hospital.


Palabras sobre estos sucesos luego difundidas por toda Roma.


Como siempre, el sabio oyó, el necio rió.

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